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LAS POBLACIONES DE JABALÍ, EN LAS COMARCAS DEL SUR DE VALENCIA.
Comunidad Valenciana. España.

En las comarcas mediterráneas, se ha experimentado un considerable aumento de ejemplares, debido principalmente a la desaparición de sus depredadores superiores. En el presente documento, el Centro de Investigaciones muestra una serie de detalles que ha recopilado a lo largo de 15 años en diversos estudios de campo.

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Imágen tomada por los equipos del Centro de Investigaciones y Promoción de Iniciativas para Conocer y Proteger la Naturaleza. 1998.

La quema indiscriminada de los montes, ocasiona que estos ejemplares desciendan a los campos de cultivo en busca de alimento, produciendo numerosos destrozos y molestias, por lo que se comunican quejas contínuas por parte de los agricultores.

A veces no era causa de abundancia de ejemplares, si no que su constante desplazamiento, les permitia estar en diversos lugares en breve espacio de tiempo.

(imagen omitida)


* Acuarela y aguafuertes abajo, de Mariano Aguayo.

Por ello algunos cazadores en algunas sociedades de caza autorizadas por las administraciones autonómicas competentes, dedican gran parte del año a su persecución y esa no es la solución efectiva como se ha demostrado, puesto que las manadas con los años, han ido aumentando considerablemente sus indivíduos.

También es verdad que esta caza es más especializada por las armas empleadas y las autorizaciones limitadas, y la predilección de ciertos cazadores por estos ejemplares es menor. Aunque también es verdad que en algunos parajes, las batidas nocturnas son bastante contínuadas. Aunque es sabido, que las licencias de caza aunque en algunas comunidades autonómicas como esta se mantienen, cada vez son menos, los efectivos que salen al campo a cazar y a darse buenas caminatas por el monte, por que existen hoy cada vez más alternativas para el ocio y el tiempo libre en contacto con la naturaleza.

(imagen omitida)


Directivos de diversas asociaciones de cazadores nos comentan que algunos miembros de estas sociedades deportivas sin atender a sus juntas directivas, emplean métodos como la colocación de lazos y en algunos casos extremos hasta venenos, que a corto y medio plazo desequilibran el entorno de una forma grave, ya que estos sistemas empleados no tienen nada de selectivos con el jabalí, y todos los carnívoros silvestres del entorno son potencialmente víctimas y otras especies de los que estos de alimentan, disparan sus poblaciones como las ratas, ratones y topillos.
Ya que uno de los argumentos erróneos que se defienden, es que son los saqueadores principales de los nidos de perdiz. Y donde hay jabalíes, no pueden fructificar las nidadas de perdiz.

Toda plaga conlleva una presión sobre el ecosistema en general, esto es obvio, pero cuando hemos tenido la oportunidad de analizar los nidos de perdiz y de otras especies que nidifican en el suelo aparentemente saqueados por el "fenómeno jabalí", se ha comprobado que los causantes habían sido las ratas y otro tipo de depredadores, como el gato doméstico y en menos proporción la comadreja.

Nuestros trabajos con el jabalí se remontan hacia 1980, en parajes como el ríu de Barxeta ya en la comarca de la Costera en Xátiva, Plá de Corrals en Simat de la Valldigna, Plá de Suros en la Umbría de Barx sobre la comarca de la Valldigna.
Se han realizado también prospecciones de sus poblaciones aprovechando otros estudios en parajes como el Circ de La Safor y La Llacuna en el término municipal de Villalonga, paraje de la font del Barber, alt de les Creus, Plá de Cucons y Masalari en Tavernes de la Valldigna. Provincia de Valencia.

A lo largo de los años fuimos conociendo con detalle, el comportamiento de estos animales, sus zonas más habituales en verano y en invierno ya que varían. Así como sus rutas de movimiento preferentemente nocturnas, bien destacadas en la fisonomía del terreno, por los corredores y surcos que dejan por las grandes piedras removidas.
Algo verdaderamente expectacular y extremecedoramente ruidoso, que se acentúa si se puede observar durante el silencio de la noche.

Noches circulando por pistas forestales nos revelaron numerosas sorpresas, aunque para ello tuvimos que pasar largas y duras horas al acecho.

Estos animales dotados de un gran olfato, al principio nos detectaban facílmente en lugares fijos, amenudo el soblo de aire a su favor, descubría nuestra presencia y perdíamos la noche.

Posteriormente nos mimetizábamos embadurnados con gasoil, para evitar que pudiesen reconocer nuestro olor corporal, algo que nos llevo en numerosas ocasiones a vómitos y diarreas al pasar muchas horas escondidos y acurrucados en los estrechos haids.

Pero daba resultado, al pasar inadvertidos incluso a escasas decenas de metros, algo que nos permitia no también sin problemas, obtener fotografías en la noche. Un flhas y un leve chasquido del opturador por nuestra cámara fotográfica, era suficiente para finalizar nuestra sesión fotográfica tan elaborada.

Interminables noches de esfuerzos, colgados con nuestras hamacas en lo alto de los pinos, nos permitieron fotografiar a duras penas, sus animadas fiestas en revolcaderos de barro habitualmente usados. Decenas de películas fotográficas reveladas, para obtener alguna imágen decente.

El hambre de los animales, en lugares tranquilos en la Umbría de Barx donde pudimos llevar un seguimiento de colocación de comida de forma regular, nos permitió en muy contadas ocasiones, fotografiar con toda la tranquilidad y disfrute sosegado.
Es impresionante como con larga dosis de paciencia, estos y otros animales pueden adaptarse a la presencia humana sin recelo.

Posteriormente con el tiempo, hemos podido ir reconociendo cada vez más con todo detalle sus huellas y rastros dejados en el terreno, al identificar el número de ejemplares, sus edades y sexo aproximadamente, siempre que el terreno húmedo nos permitió leer sus pisadas y el análisis del pelaje dejado sobre los troncos-rascadero.

Ya que analizando concienzudamente la longitud del pelaje hallado en la corteza de un tronco donde se ha rascado o entre el barro donde se ha revolcado, podemos conocer casi con detalle la edad del indivíduo y aproximar el peso del ejemplar.

Algunos cazadores expertos simpatizantes de estos estudios, nos ayudaron a numerosas veces en nuestra carrera por aprender las señales que la naturaleza nos dejaba y bien visibles, pero solo al alcance de ser traducidas para aquellos que husmean y analizan el terreno con esmero quirúrgico.

Conseguir fotografías fué lo más difícil y laborioso, pero como cualquier actividad, con tiempo, grandes dosis de paciencia y persistencia hasta la saciedad, pudimos ser testigos de imágenes al alcance de pocos.

Las grandes águilas, los lobos, los linces, zorros, ginetas y otros carnívoros que capturaban algunas crías, hacían que no todas llegaran a vida adulta.
Ya que una sola hembra puede dar a luz hasta 6 rayones.
Pero sus depredadores naturales han desaparecido, y todas las crías salen adelante. Por ello el aumento descontrolado de indivíduos.

Pero por otra parte, aparecen regiones donde el abandono de los montes a producido mucho matorral, que aporta abundancia de alimentos y algunas hembras llegan a parir hasta dos veces al año. Un parto en primavera, y otro en otoño. Destetan pronto a las crías, y empiezan un nuevo celo.

Los científicos barajan también una hipótesis de que en algunos lugares de España, ejemplares silvestres se hayan cruzado con cerdos domésticos que crían de normal dos veces al año, y escapados, se han entremezclado con ejemplares salvajes. Esto es posible que sea una de las causas que ha incrementado también el número de ejemplares. Y es uno de los objetivos que ha presentado nuestro programa de trabajo en estas comarcas mediterráneas a lo largo de los años.

A lo largo de los años, las escopetas de las sociedades de caza no han podido regular la cantidad de estos ejemplares, ya que se desplazan de una forma contínua y aparecen como desaparecen.
En algunas épocas del año, no logramos encontrar huellas de su presencia en determinados parajes donde eran muy frecuentes y habituales.

Huyen a parajes tranquilos altos y muy apartados. Cambian de regiones con facilidad increible, pudiendo recorrer más de 80 kilómetros en una sola noche.

En los meses de cría, es entonces cuando se hacen más sedentarios.

Durante la primera semana de vida de los rayones (las crías), permanecen ocultas en una cama de ramas y hojarasca, que construye la hembra. Materia orgánica que puede aportar calor en las primeras semanas de vida.

La madre solo acude una vez al día, para amamantarlos. (En alguna ocasión hemos comprobado que acude varias veces o se mantiene cerca de ellos recostada impasible).
Son peligrosas en presencia de las crías para cualquiera que pueda amenazar su campo de retirada en un barranco o roquedo.

En otras épocas, puedes circular por sendas entre matorral espeso y pasar junto a ellos sin inmutarse lo más mínimo.

Los motoristas que frecuentan amenudo pistas forestales más apartadas, nos cuentan con gran entusiasmo como los pueden sorprender galopar entre los arbustos, al escuchar los motores entre la vegetación.

Muchas veces pensamos que estos ruidos muy esporádicos pueden molestar a la tranquila vida de los animales, pero nos sorprende averiguar como se acercan a los núcleos urbanos y a las carreteras, acomodándose entre la espesura de ruídos urbanos.
* En determinados parajes, algunos mamíferos gozan de una época dorada.

Nuestros equipos de campo con la inestimable ayuda de naturalistas, aficcionados y cazadores conocedores del "tema jabalí", han llegado a contabilizar piaras (manadas) de hasta 15 ejemplares encabezados por una hembra adulta (con más de 5 años de edad) hasta en las cercanías de poblaciones.

En alguna ocasión, cuando en municipios pequeños enclavados en las laderas montañosas no se empleaban aún los contenedores de basura colectivos, y los basureros se depositaban a las puertas de las casas, descubrimos en plena calle, algún ejemplar, saboreando un buen festín a sus anchas, a altas horas de la madrugada.
(Población valenciana de Pinet)

En invierno frecuentan zonas de solana, y en verano buscan lugares de umbría más fresca. Esto lo hemos comprobado con minuciosidad colocando muestras de maiz bajo piedras en algunos puntos, donde mantuvimos un control casi a diario. Cuando no aparecían en época de caza, el maiz permanecía sin tocarse muchos meses.

En determinados rincones, aparecen indicios muy claros de su presencia, desde las huellas de sus patas que dejan hundidas en el barro, las rocas levantadas en busca de insectos, los revolcaderos en charcos donde se embadurnan de barro, los rascaderos en los troncos de los árboles donde se eliminan los parásitos, las cuchilladas en cortezas de árboles, los huecos que dejan con sus potentes hocicos al rebuscar entre la maleza, etc.
En verano y en terrenos secos, a veces es más difícil comprobar su nocturna presencia.

En algunos términos municipales, los cazadores furtivos emplean técnicas poco éticas durante la noche para capturar a estos ejemplares, colocándose en espera, vertiendo en puntos determinados restos de aceite o gasoil para atraer con el olor a estos animales, que se acercan para revolcarse.
En estos lugares, podemos encontrar restos de pelaje que analizado con detenimiento, puede facilitarnos datos concretos de su tamaño, peso y edad.

Amenudo, podemos encontrar pelos en las cortezas de pinos si observamos con detalle, ya que los friegues que realizan es con la finalidad de desprenderse el barro del pelaje, de los parásitos como las garrapatas, al mismo tiempo que marcan sus territorios los machos más adultos.

Algunos científicos argumentan que sus baños en barros en determinadas épocas es atribuido a su termorregulación corporal por el calor que les mantiene algo aislados, y en otras épocas más frías para destacar sexualmente en su estatus social marcando los territorios de campeo.

La colocación de lazos de acero en el monte, pueden producir heridas graves a algún ejemplar, que podrían desembocar en graves agresiones de estos poderosos ejemplares, a los transeuntes que pudiesen pasear por esos parajes. ¡Debemos tenerlo muy en cuenta!
Ha sido sorprendente el hallazgo de patas delanteras, atrapadas por lazos de acero abandonados en pleno monte. Una muestra fidedigna de una agonía sin precedentes.

La colocación ilegal de venenos en algunas comarcas, para controlar sus explosiones demográficas, es un error irreparable, ya que ocasiona la muerte de las poblaciones de carnívoros silvestres y la muerte de toda la cadena ecológica, incluyendo a las rapaces nocturnas.

Podemos identificar el número de ejemplares de la piara, con un recuento minucioso sobre las huellas. Si se trata de indivíduos jóvenes, de ejemplares hembras o por el contrario, machos adultos y desarrollados, por la señal de la defensa trasera que poseen en las pezuñas delanteras.

Podemos obtener información sobre el terreno, guiándonos por esta tabla aproximada empleada por muchos naturalistas:
* El rayón nacido pesa entre 15/30 kg.
* El de 1 año de edad alcanza 40/50 kg.
* El de 3 años de edad alcanza 60/80 kg.
* El de 5 años o más, puede alcanzar entre 90 y 120 kilos.

Durante más de 15 años, en nuestras incontables horas dedicadas a la observación, hemos podido disfrutar como niños recopilando información diversa en muchos paisajes, algo que nos ha enriquecido enormemente para comprender el comportamiento de unos animales en un entorno acosado por la destrucción de los ecosistemas mediterráneos de una forma tan abusiva como desenfrenada.
¡Es muy importante salir al campo con personal experto!

Hemos hallado cadáveres envenenados debido al empleo de pesticidas agresivos empleados a través del goteo en campos de cítricos.
Ya que estos ejemplares, al alimentarse en la carroña en estos cadáveres de otros animales silvestres hallados, son afectados.

También es interesante destacar que durante nuestras localizaciones en noches de meses como julio y agosto, hemos sufrido la sorpresa ingrata de disparos cuando permanecíamos recostados y silenciosos entre la espesura de la noche.

El inicio de la época de caza, y la presencia del olor esparcido en los parajes por la presencia de perros dedicados a esta práctica, hacen que desaparezcan de determinadas zonas, durante muchos meses. Y vuelven a aparecer cuando la calma regresa a los territorios.

"También nos hemos llevado algunas desilusiones cuando después de la noche trabajada a la intemperie, nos hemos encontrado los vehículos en pleno monte con las ruedas cortadas."
Es el precio de la incomprensión que hemos tenido que pagar, por la actitud de una administración forestal poco afable con cierto público que frecuenta el monte, y que veía con amenaza nuestra presencia para cazar, unas veces a sus anchas, y otras durante ciertos meses del año en veda. Y en muchas ocasiones toda esta actitud, ha llevado como resultado la quema de gran parte del territorio valenciano.

Nunca hemos intercedido en estas labores, puesto que justamente en el "tema jabalí", en ciertos lugares, su presencia en muy abundante.

Como curiosidades podemos compartir con vosotros el hallazgo de algún ejemplar albino inesperadamente frente a los focos de nuestros todo-terrenos, pero no hemos podido descubrir hasta la fecha, que algún ejemplar haya sido abatido en ningún paraje, al menos legalmente que se pueda difundir abiertamente.

Algunos agricultores, cansados de las fechorias esporádicas de estos cerdos silvestres, que a veces provocan el malestar exagerado por detalles de muy poca monda, emplean trucos que dan resultado temporal que debe repetirse cada varios días, como es la colocación de ropa colgada, impregnada del sudor humano, y el esparcimiento de pelo humano proveniente de la peluquería de turno, para que ese olor, auyente a estos tragones incansables. Sorprendente pero efectivo!

Más información relacionada:
* Estado en que se encuentran los carnívoros silvestres.
* Programa Antídoto
* El Veneno.
* Plaguicidas en el Barranc de La Casella.
* Zorro (Vulpes vulpes).
* La Comadreja, autora secreta de muchas fechorias
* Algunos productos, dejan estériles a muchas aves.
* Trabajos con la Perdiz Roja en la Comunidad Valenciana.

Podeís encontrar amplia información en artículos en la Revista Quercus:
* Artículo "Los baños de barro del jabalí y su función sexual".
Cuadernillo nº 215. Pág. 22 Publicado en Enero 2004.
Detalles del Autor de este artículo en quecus: Veteriario que dedicó su tesis doctoral a diversos aspectos de la ecología del jabalí en Doñana. En la actualidad imparte clases de Biología y Geología en un instituto de enseñanza secundaria en Extremadura, y las compagina cin sus investigaciones sobre la biología y la gestión del jabalí en los ecosistemas mediterráneos. pfernandez@ctv.es
* También teneís un artículo de "La abundancia del jabalí en Doñana y sus implicaciones en la conservación del ecosistema".
Por Pedro Férnandez Llario y Juan Carranza.
Cuaderno nº 120 publicado en febrero 1996.

Podeís solicitar los ejemplares atrasados de la revista a: linneo@quercus.es

Teneis información sobre detalles de indentificación en el campo, en libros publicados por Benjamín Sanz en Zaragoza. España.
"Sobre huellas y rastros". Muskari. Pº del Canal, 33. 50007 - Zaragoza.
Telf. 976 371115.

Más información relacionada de proyectos y estudios específicos en Internet:
* Identificación de posibles hibridaciones entre jabalíes y cerdos.
La Doctora Mª Victoria Arruga Laviña del Dpto. de Anatomía, Embriología y Genética Animal, podría contaros muchos detalles de esta y otras especies animales como la perdiz roja, en algunos territorios de la Península Ibérica.
Facultad de Veterinaria. Universidad de Zaragoza.
C/ Miguel Servet, 177. 50013 Zaragoza.
mvarruga@posta.unizar.es

Si deseaís publicar detalles de este artículo, podeís poneros en contacto con el Centro de Investigaciones y Promoción de Iniciativas para Conocer y Proteger la Naturaleza. cin@iberica2000.org
Disponemos de un ámplio reportaje de imágenes.
Telf. 653 378 661.

>> Autor: cipi-cpn (03/03/2004)
>> Fuente: CIPI-CPN.


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