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MÁS DETALLES DE LOS CUCLILLOS. DE SU PARASITÍSMO.
El parasitismo entre las Especies.

No solo los cuclillos emplean los nidos de otras aves para criar a sus descendientes.

Nuestros Cucos europeos tienen entre los nidos que parasitan, a sus favoritos los carriceros, las lavanderas, las bisbitas, los chochines, etc.

Para meter mano en uno de los nidos ajenos a su propiedad y dar el cambiazo a los huevos, pasa gran parte del tiempo posado en lugares altos en el campo, para estudiar tranquilamente la situación y meter sus huevos cuando los anfitriones reales de esos nidos aún están colocando los suyos.

Espera pacientemente a que la hembra salga de su nido para buscar alimento, y acercarse para quitar un huevo y poner el de su propia cosecha. Para ello, a menudo se marcha con el huevo robado y vuelve para depositar el otro.

Como a veces el Cuco va corto de tiempo, lo deposita con las prisas en el borde de la taza y el ave engañada puede darse cuenta y destruye el huevo del Cuco.

Asombrosamente los cucos igualan en color de los huevos del nido que parasitan, y aunque es mayor, los padres adoptivos lo aceptan.

El Cuco hembra para dicha fechoría, puede retener su huevo en su tubo reproductor hasta 24 horas.
Normalmente los huevos de los Cucos eclosionan antes que los hijos de los verdaderos padres, ya que ese día de incubación dentro de la madre natural-cuco le da ventaja.

Este procedimiento cauteloso que emplean los Cucos para dar los correspondientes cambiazos a veces no tienen el éxito esperado y muchos padres estafados como los carriceros, pueden abandonar sus nidos e iniciar la construcción de otro nuevo nido, incluso a veces encima del anterior.
Esto depende mucho de la especie de que se trate.

Otras aves picotean el huevo del cuco para destruirlo.

Otras aves realizan nidos cada vez más cerrados por su entrada para impedir el descaro de los cuclillos y de otros depredadores oportunistas de nidos.

Pero hasta los cucos parece ser que han desarrollado una cascara mucho más dura de sus propios huevos que evita que estos al ser depositados por orificios difíciles, que al caer al fondo del nido puedan romperse.
¡Menudos pillos están hechos!

Una cosa que queremos destacar es que los Cucos se especializan en las especies a parasitar dependiendo de los lugares donde habitan, según la abundancia de determinadas especies como la Urraca. Pero estas también notan a menudo la cháchara y aprenden a identificar los falsos huevos.

Pero no solo los cuclillos emplean los nidos de otras aves para criar a sus descendientes.

Ultimamente observadores pacientes han dedicado su tiempo para vigilar los nidos de especies que crían en colonias y han detectado en Australia aparecen muchas hembras que ponen los huevos en nidos ajenos para que se los críen otros padres idénticos a ellos. Como los huevos son de la misma especie es muy difícil saber si alguien ha invadido el hogar metiendo un huevo más.
Entre ellos se encuentran los pinzones cebra.

Y es que también hay madres cómodas hasta para construir sus nidos.

Cabe pensar que a veces puede ser que no posean una pareja fiel que les pueda ayudar a construir y criar a las proles, y optan por este sistema. Y por otra parte, como no los tienen que criar, pueden poner más huevos que los que normalmente pondrían en su propia nidada.
Son todas, teorías hipotéticas.

Los observadores atestiguan que no han podido ser testigos oculares de estas fraudulentas prácticas, la de poner huevos en nidos de otros, pero los análisis de ADN llevados a cabo en estas nidadas de pinzones desveló sin lugar a dudas los hechos.

Por el contrario existen algunas aves como la oropéndola que es parasitada por el Molotro, de América Central, que a diferencia del cuclillo europeo, este es más bravucón y se presenta en el nido aunque la hembra se encuentre incubando, la expulsa y a plena luz del día sin miramientos de ningún tipo, coloca un huevo para que se lo críen.
Pero esta invasión de la intimidad es tolerada perfectamente por la Oropéndola, pues parece ser que le conviene. Ya que numerosos parásitos que se cuelan entre la pollada, la cría del Molotro se las come.
Aparecen unos moscardones que colocan sus larvas bajo la piel de algunos pollos y estas al nacer se alimentan de sus tejidos.
Aunque los polluelos pueden tolerar cierta cantidad de estas larvas, si es excesivo pueden acabar con la vida del pollo.

La cría del Molotro aunque es más resistente que las oropéndolas nace en estado avanzado y puede tragarse los moscardones que entren en el nido y destruirlos antes de que entren en el nido y pongan sus huevos.

De esta forma tan solidaria unos y otros salen beneficiados con el parasitismo del Molotro. En otras circunstancias, la supervivencia de las jóvenes oropéndolas se vería más comprometida.

>> Autor: silvia3942 (02/01/2003)
>> Fuente: Silvia Pons Oliver. Mail: silvia3942@latinmail.com


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