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ALONSOMANÍA
¿es la fórmula 1 realmente un deporte ?

-Alonsomanía


No podía ser de otra manera. Desde que aspirábamos a tener un campeón mundial de fórmula 1, y ahora con más motivo, todos los medios de comunicación sin excepción, lo alaban y lo elevan al nivel de los dioses del deporte. No tengo nada en contra de este campeón, pero sí muchas cosas en contra de este mal llamado deporte. Yo no me explico la unanimidad con que se aplica el calificativo de deporte a las carreras de coches, pues carecen de la mayoría de los valores que, a mi juicio, debe conllevar cualquier deporte como son el sentido lúdico, la amistad o compañerismo, el esfuerzo físico, el ser algo sano y la popularidad de su práctica. De todos estos valores, cero patatero para el automovilismo. No se puede negar que el automovilismo, al igual que los deportes de verdad (pero también muchas actividades o trabajos que no son deporte) contiene una alta dosis de competitividad y de afán de superación.
Pero además, si consideramos deportista al que se pone un chándal y echa una carrerita o se da una vuelta en bicicleta diariamente, sin ninguna pretensión de competitividad sino sólo de hacer una actividad saludable, ¿tendremos que considerar deportistas también a los que cogen su coche por la mañana para ir al trabajo o a dar una simple vuelta? Con razón el día “sin coches” es un fracaso en este país de grandes “deportistas”. A tenor de lo que aparecen las noticias de coches en las secciones de deporte de todos los medios de comunicación, se diría que es mucho más deportivo ir en coche que en trasporte público, andando o en bicicleta.
Por la misma razón, el conductor temerario es mejor “deportista” (aunque sea al margen de la ley y poniendo en peligro no sólo su vida) que los que vamos respetando los límites de velocidad, igual que hay grandes “deportistas” (también ilegales) que realizan carreras de coches fuera de circuitos de velocidad. Para más INRI, en la entrega de premios de las carreras de coches y motos nunca falta una botellita de champán para celebrarlo.
Nos difunden a un señor que va a 300 km/h, contaminando el aire muchísimo y luego celebrando sus victorias con una botella de champán como un ejemplo para nuestros jóvenes y luego les dicen que no conduzcan temerariamente, que respeten el medio ambiente y que si beben no conduzcan. ¿Cómo se come esto?
Hay quien opina que se deberían poner más circuitos de velocidad para popularizar este “deporte”. El que dice esto ¿sabe el consumo (o contaminación) de un coche de estas características? De 50 a 100 veces más que un turismo normal. ¿O quizás hay que recordarle que las abusivas emisiones de CO2 están contribuyendo al cambio climático y al calentamiento del planeta? A lo mejor esas emisiones “deportivas” sí son lícitas y los que tienen que reducir las emisiones son los países pobres o en vías de desarrollo. Así, los políticos fomentarán los karts, los quads y la práctica motorizada en general y, junto con los empresarios promotores de circuitos nos predicarán que la realización de éstos es una buena manera de promover el deporte, el progreso o el desarrollo (capaces de poner el adjetivo sostenible) para una comarca o zona donde se instalen.
Luego, los mismos que promueven circuitos de velocidad nos pedirán que contaminemos menos o que ahorremos energía, pura hipocresía.
Otra idea, ¿porqué si es un deporte no es olímpico o en los mundiales no se habla de España campeona mundial de automovilismo? Muy sencillo, los automovilistas nunca van a representar a países sino a escuderías auspiciadas por las grandes multinacionales del petróleo, mucho más poderosas que la mayoría de los países.
Por favor, el deporte debe ser algo sano y, aunque los automovilistas sean los que menos lo sufren, el automovilismo para el resto del mundo sí que es muy contaminante e insano. Popularicemos deportes sanos de verdad, no contaminantes y además baratos, donde se incentive el compañerismo y la amistad entre deportistas y países.
Para finalizar, el colmo de los colmos, un premio como el Príncipe de Asturias se lo dan al gran automovilista español. ¿No se le suponía a este premio unos valores éticos añadidos? Quizás a este “deportista” le hace falta una inyección de moral (se le ha dado poca importancia) o económica (gana poco dinero). Señores del Jurado de este premio, no se olviden de la cantidad de participantes y medallistas que tuvimos en las olimpiadas paraolímpicas, minusválidos que se esfuerzan a diario e intentan superarse a sí mismos en condiciones de inferioridad. Todos ellos sí que son grandísimos deportistas. O millones de personas de todo el mundo que hacen deporte por afición y no tienen tampoco ningún reconocimiento ni premio económico. Desde luego, si no hubo presiones externas (tengo mis dudas), no se rompieron la cabeza, dijeron ¿quien es el que más sale en la sección de deportes de los telediarios? Alonso…! y encima es asturiano!, pues ya está, adjudicado. Y pasaron a otro premio.






Pedro Prieto Altamira

>> Autor: Pedro (19/10/2005)
>> Fuente: -Pedro Prieto Altamira


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