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CERCLE OBERT DE BENICALAP DENUNCIA A LAS AUTORIDADES VALENCIANAS ANTE LA FISCALÍA ANTICORRUPCIÓN
El ciudadano tiene el deber de controlar a sus representantes día a día

Cercle Obert de Benicalap solicita la intervención urgente de la Fiscalía Anticorrupción para que investigue las conexiones que mantienen los políticos valencianos con ciertos grupos inmobiliarios

COMUNICADO DE PRENSA / 13 de noviembre de 2004.

Cercle Obert de Benicalap solicita la intervención de la Fiscalía Anticorrupción para que investigue las conexiones que mantienen los políticos valencianos con ciertos grupos inmobiliarios

Cercle Obert presentará el lunes, día 15 de noviembre, una petición oficial a la Fiscalía Anticorrupción, para que inicie una investigación rigurosa y urgente, en aras a determinar y evaluar las conexiones e implicaciones que puedan mantener los políticos valencianos, con ciertas empresas y grupos inmobiliarios.

Para la entidad cívica y cultural, existen demasiados e indudables indicios que evidencian que las autoridades valencianas -tanto locales, autonómicas y provinciales-, tienen demasiadas "obsesiones" preocupantes con el sector urbanístico, dado que conceden total y exclusiva prioridad a temas inmobiliarios, mientras la ciudad y la comunidad valenciana se desangra y se desatiende...

El incremento de la pobreza, el aumento vertiginoso de indigentes y transeúntes... la degradación permanente de barrios enteros, la falta de políticas preventivas en áreas de salud mental, la carencia de una integral red de equipamientos educativos, la consolidación de la precariedad laboral, la visible inseguridad a que estamos sometidos todos... son hechos conflictivos que no son abordados ni atendidos por los actuales gestores y responsables políticos de la Comunidad Valenciana.

Cercle Obert de Benicalap quiere invitar a las autoridades locales, autonómicas y provinciales, para que dejen de trabajar a favor de ciertos elitistas grupos inmobiliarios, activando ya un Plan de Choque urgente que ayude a paliar y resolver las numerosas situaciones de exclusión social, violencia e inseguridad que sufren numerosos colectivos sociales en nuestra Comunidad.

Igualmente, la entidad cívica y cultural de Benicalap, solicita a los representantes políticos valencianos que dejen de "obsesionarse" y "preocuparse" con temas ajenos a la realidad diaria y aprendan a escuchar, ver y conocer las demandas y peticiones ciudadanas.

La activación de programas destinados a canalizar y promover los Derechos cívicos y la participación activa en los asuntos locales, debe ser una prioridad esencial de la actual alcaldesa de Valencia y del presidente de la Generalitat, pues los barrios periféricos seguimos sufriendo el abandono, la desidia y el desprecio de nuestros supuestos "representantes".

Urge que las instituciones públicas, procedan a pisar tierra y abandonen sus obsesiones morbosas por emular a los faraones y jugar a los barquitos.

Por ello, Cercle Obert de Benicalap, solicita la intervención urgente de la Fiscalía Anticorrupción y de todos los organismos internacionales competentes, para así esclarecer y determinar las conexiones y vínculos que mantienen nuestros gestores con determinados grupos empresariales.

Detener el expolio que padecemos en nuestro entorno inmediato, en nuestros barrios, en nuestro patrimonio natural... es una necesidad urgente. Igualmente, estimamos prioritario la adopción de políticas sociales, educativas y participativas que permitan la implicación social de todas las personas y colectivos que intentamos vivir y crear una ciudad con alma, con sentimientos... Queremos seguir viviendo en una ciudad viva, en una ciudad que pueda ser parte de nuestro cuerpo, que pueda soñar con nuestros ojos...

Apoyar o diseñar grandes proyectos "intergalácticos", carece de sentido mientras no se atiendan y resuelvan las justas demandas y legítimas peticiones que numerosos colectivos ciudadanos y muchas personas anónimas reclamamos con argumentos racionales y lógicos.

Las personas somos siempre mucho más importantes que las obsesiones enfermizas que tienen algunos gestores públicos, políticos que viven siempre de espaldas a los ciudadanos, lejos de la tierra y de nuestra Valencia, de la Valencia real, esa que nada tiene que ver con la propaganda y las mentiras oficiales.

Exigir y depurar responsabilidades judiciales a todos aquellos que han generado y contribuido a que la ciudad de Valencia y toda la Comunidad Valenciana, tenga una de las mayores e "injustificadas" deudas públicas de toda España, es un deber ineludible y urgente que deben acometer y realizar con rigor nuestras autoridades judiciales.

Esa deuda no ha servido ni sirve para beneficiar y lograr el bienestar de los ciudadanos. Los problemas y los conflictos emergen con mayor virulencia, gracias a que las autoridades públicas han renunciado a canalizar y atender las demandas y peticiones cívicas.

Esperamos que los organismos competentes procedan, con esmero y ecuanimidad, a iniciar todo tipo de investigaciones y procesos judiciales, en aras a que los culpables intelectuales y materiales del visible desastre financiero, cultural, ambiental, urbanístico, económico... paguen por tanta irresponsabilidad y falta de respeto que sufrimos, diariamente, todos los ciudadanos y personas que habitamos en la Comunidad Valenciana.
Antonio Marín Segovia
Cercle Obert de Benicalap
Iniciativas Sociales y Culturales de Futuro
Benicalap - Valencia, a 13 de noviembre de 2004
Teléfono de contacto: 96.323.43.53 – 645.75.95.91
antoniod17@ono.com

LAS PERSONAS SIEMPRE PRIMERO Y LAS TORRES INTERGALÁCTICAS CUANDO LA COMUNIDAD VALENCIANA DEJE DE SER LA MÁS ENDEUDADA DE ESPAÑA

Valencia tiene suficientes referentes y elementos destacados y gigantescos que la definen y la hacen singular, irrepetible. Son tan valiosos que muchos permanecen desconocidos para casi todos, incluso para los que dicen representarnos y ocupan las poltronas oficiales de la administración pública.

A mi entender lo que sí debe hacerse con urgencia, es un monumento enorme, para que todos podamos conocer las obscenas deudas que tanta fatuidad, superficialidad y banalidad han logrado crear algunos conocidos y destacados desaprensivos, agazapados en lujosos despachos institucionales.

Hablando ahora en serio, si realmente queremos hacer algo sobresaliente y maravilloso por y para Valencia, debemos trabajar para permitir una convivencia plural, solidaria, responsable y reflexiva, huyendo de aquellas obsesiones patológicas e inoportunas que han supuesto que seamos la Comunidad con mayor nivel de deuda y caos administrativo-financiero de toda España.

No entiendo esa manía, esa perturbada e inadecuada insistencia en crear supuestos referentes gigantescos en una ciudad que tiene el mayor centro histórico de toda Europa en ruinas. Una medida estimulante para incrementar el flujo turístico seria recuperar el casco histórico, dotándolo de vecinos y favoreciendo el pequeño comercio, la artesania…

No entiendo ni puedo aceptar que se hable insistente e irracionalmente de construir cuatro enormes torres en una zona tan saturada y problemática, mientras el valioso patrimonio cultural y natural valenciano se degrada ante la indolencia y pasividad de las autoridades autonómicas, locales, provinciales…

Repito: no entiendo ni puedo asumir que se pretenda invertir en actividades urbanísticas gigantescas y desproporcionadas, mientras los ciudadanos valencianos padecemos los mayores niveles de contaminación acústica, atmosférica y lumínica de toda España… Y mientras sufrimos en silencio la degradación de nuestro entorno habitual, contemplamos impertérritos la ausencia de iniciativas institucionales que procedan a paliar los efectos de tanta contaminación y caos circulatorio.

Antes de crear pirámides y ocultar así las deudas enormes, las insoportables deudas generadas por unos comportamientos políticos irresponsables, los ciudadanos valencianos exigimos y necesitamos que las necesidades básicas y fundamentales: asistencia sanitaria, educación, empleo, respeto por nuestro medio ambiente, recuperación de nuestra memoria histórica y cultural… se asuman como objetivos prioritarios de aquellos que dicen ser nuestros gestores.

Y para finalizar la presente reflexión, debo insistir que no nos hacen falta torres ni debemos emular nunca a los faraones si realmente queremos evitar que alguna vez la deuda financiera se contenga. El presente, el día a día no precisa de torres o de nuevas atrocidades urbanísticas para poder existir con cierta calidad y serena pasión.

Y si me permiten, debo recordar a nuestros gestores y representantes públicos que los valencianos tenemos muchos inimitables y envidiados referentes históricos y naturales, pero no sabemos ni queremos apreciarlos y amarlos: La Lonja, los poblados marítimos del Cabañal, las alquerías de Benicalap, el Mercado Central, la huerta…

Benicalap – Valencia, a 11 de noviembre de 2004
Antonio Marín Segovia
Cercle Obert de Benicalap
Iniciativas Sociales y Culturales de Futuro
Teléfono de contacto: 96.323.43.53 – 645.75.95.91
antoniod17@ono.com



Arquitectos en Valencia.
CARLOS GONZALEZ TRIVIÑO - Abogado y militante del PSPV-PSOE.

En el plazo de muy pocos días hemos tenido noticia de tres grandes proyectos para la ciudad de Valencia. Hoy Jean Nouvel presentará en nuestra ciudad las propuestas que ha elaborado, como resultado de una iniciativa particular, para la fachada marítima. El pasado fin de semana Barberá y Camps presentaban una maqueta que incluía cuatro rascacielos diseñados por el arquitecto valenciano Santiago Calatrava. Ayer mismo conocíamos la identidad de quienes se han presentado al concurso convocado por Aumsa para la conexión del último tramo del antiguo cauce del río Turia con el mar.

Hemos pasado pues de una ausencia casi total de previsiones arquitectónicas para el futuro inmediato de la ciudad a una sobresaturación indigerible de propuestas que, a priori, excluye la articulación de un debate sosegado sobre lo que conviene hacer.

Con independencia de la calidad de las propuestas y del incuestionable perfil que las avala, los rascacielos de Calatrava y el proyecto de Nouvel han llegado en forma de estallido súbito. Y no es bueno que los actores profesionales, políticos y ciudadanos más significativos de la ciudad se enteren de estas cosas por la prensa como de hecho ha sucedido. La sorpresa no es un buen comienzo cuando de lo que se trata es de decidir sobre la ciudad.

Sobre las intenciones de Nouvel muy poco sabemos al momento de escribir este artículo. Y pese a lo tranquilizador que pueda resultar su currículum y el del resto de los arquitectos que tienen previsto colaborar con él (son incuestionables las figuras de Piano, Rogers o Gehry), tenemos una importante reserva metodológica que hacer al modo de anunciar el proyecto.

Tenemos muy asumido que correspondería a una sociedad bastante más avanzada que la nuestra una arquitectura que considerase al ciudadano en su modesta dimensión de usuario y no partiese de un premeditado análisis de sus potencialidades consumistas y de espectador de masas. La clase política dirigente ha promovido, salvo honrosas excepciones, el brutalismo soez de una arquitectura usurera y ramplona. Y lo que es peor, lo ha hecho con la complicidad de una sociedad civil nada convencida en general de que existe una arquitectura mucho más allá del espectáculo y de las lecturas banales.

Si esta situación no se gestiona con la suficiente transparencia como para garantizar la prevalencia del interés general, la calidad de ninguna arquitectura redimirá sus defectos éticos originarios. Pese al desconcierto reinante, en este momento se intuyen posibilidades excelentes para la arquitectura de la ciudad. Pero es absolutamente imprescindible que esas posibilidades sean desarrolladas previo un consenso social y un debate de profundidad proporcionada a la importancia de los cambios.

Así se haría en una ciudad estructurada sobre una democracia de carne y hueso. ¿Es Valencia este tipo de ciudad?

La recalificación infinita.
GREGORIO MARTÍN - Universitat de Valencia

Recalificar el triángulo que forma el camino de la Moreras, pista del Saler y las vías de ferrocarril tiene que salvar a la Ciudad de las Artes y las Ciencias, la de Mestalla al Valencia SAD, la de campos de naranjos en golf, al sector turístico. ¿Hasta dónde?

En una sociedad democrática no se pueden permitir zonas de impunidad: Si el político lo facilita, el periodista no lo debate y el ciudadano lo acepta, la confianza en el sistema se deteriora; sólo queda la obligación cívica de dar datos.

Esto se escribe horas después que la UE haya dada por buena, desde la óptica de la libre competencia, la operación de recalificación de la ciudad deportiva del Madrid. Muchos habrán interpretado que ahora le toca al Valencia con Mestalla, por lo que me voy a permitir tomar como ejemplo esta recalificación futbolera.

Con la perplejidad y desánimo de quien no entiende el tratamiento que Hacienda y las autoridades públicas están haciendo del mundo del fútbol, cuando se dio a conocer el presupuesto 2003/2004, uno pensó y escribió que el Valencia se vería obligado a reducir su capital social mediante la disminución del valor nominal de las acciones. El artículo 163 de la Ley de Sociedades Anónimas es contundente: «La reducción del capital tendrá carácter obligatorio para la sociedad cuando las pérdidas hayan disminuido su haber por debajo de las dos terceras partes de la cifra de capital y hubiese transcurrido un ejercicio social sin haberse recuperado el patrimonio». Naturalmente me equivoque, alguien pago por estas acciones una cantidad fuera de toda racionalidad, aunque por lo que se sabe, en el pecado ha encontrado su penitencia.

Los números cantaban y se sabía que se volverían a registrar pérdidas durante la temporada 2003/04 y así ha sido. Lo que vayan a hacer, responsables del Club autoridades reguladoras y accionistas de base, es algo que ya depende de las conciencias de unos y del ética de otros. El Valencia SAD me cuentan, ha cerrado los dos últimos ejercicios con unas pérdidas contables (antes de impuestos) de 13.860.325,13 euros (más de 2.300 millones de las antiguas pesetas) y ello después de vender en el último ejercicio 2003/2004, 1502 metros cuadrados del anexo a Mestalla (Levante-EMV 23/10/04) y con ello, poner en libros una plusvalía contable de 16.875.228,69 euros. Sin este apunte se habrían acumulado a las pérdidas reconocidas y estaríamos hablando de 30.735.553,82 euros, una situación que sería de proceso concursal o de quiebra voluntaria, pues incluso los Fondos Propios de la Entidad habrían sido negativos.

Como conviene que nadie se llame a engaño, en el Presupuesto de ingresos y gastos previsto para la actual campaña, que se someterá a la aprobación de la próxima Junta General de Accionistas, se incluye, entre los ingresos, una partida de Beneficio de inmovlizado material por importe de 18.664.434,70 euros. Hay que suponer que se está previendo (¿o tal vez ya está firmada la operación?) la venta de otra parte que se tendrá que segregar del actual Estadio. La pregunta de acerca de cuantas segregaciones habrá que hacer para cuadrar las cuentas surge de inmediato, a menos que estemos asistiendo a un teatro de operaciones, cuyo desenlace final ya es conocido por parte del Consejo, con la colaboración del Ayuntamiento.

Aquí como en tantos otros casos el fenómeno de la recalificación que no cesa se mantiene, cuando en todas las Sociedades mercantiles, ante las necesidades económicas o se recurre a la ampliación de capital, si se puede o se reestructura la empresa. Si ello se hiciera así el verdadero beneficiado sería la solvencia profesional, no determinadas locuras de políticos o de especuladores profesionales como ha acabado ocurriendo con todo el trasiego febril de compraventas de acciones del Valencia SAD, donde como en toda operación especulativa uno ganó y otro perdió, pero desde luego ni el Club, ni la Ciudad se han beneficiado lo mas mínimo de todo ello.

Las recalificaciones tal como se están practicando en nuestra tierra son perniciosas y para empezar alguien debería plantear las cosas de forma coherente en nombre de muchos vecinos de determinados barrios de Valencia, en la Junta del Valencia SAD. Por el bien de la ciudad de Valencia, algo debería pasar antes que as brigadas recalificadotas alcancen sus últimos objetivos.

Si estos episodios siguen su rumbo seguiremos diciendo a las nuevas generaciones que nuestra solución como pueblo consiste en cambiar zonas verdes por rascacielos, polideportivos populares por grandes estadios y huertos de naranjas por campos de golf. Perdonen lo que pueda haber de demagógico en la conclusión, pero aquí algo no funciona, el silencio se extiende y la recalificación no puede servir para no exigir responsabilidades y abordar seriamente crisis muy profundas.


Publicado en el diario LEVANTE- EMV
SÁBADO, 13 DE NOVIEMBRE DE 2004
Edición digital n. 2484
* Consulta esta noticia en...

Las torres del ridículo.
Si los aviones vuelan por donde se van a construir las torres de Calatrava, se cambia la ruta de los aviones y punto. Y si las autoridades aéreas no lo permiten, se destituye a quien sea hasta que lo permitan. Si se destituyó al Síndic de Greuges cuando se opuso a la destrucción del Cabanyal, también se puede hacer ahora. ¿O es que va a permitir la alcaldesa que la dejen en ridículo?
Juan de López. Valencia.

MANIPULACIONES DE LA CIUDAD.
Desde determinadas instancias del poder, se han querido manipular hechos para deformarlos de cara a un público que suponían idiotizado por la tele basura: la huelga general fue un fracaso de participación; el Prestige no existió o bien fue beneficioso para nuestras costas; las armas de destrucción masiva, supuestamente en poder de Iraq, no existen pero la invasión de ese país se justifica porque los dirigentes iraquíes pensaban tenerlas (pecado de pensamiento); no hubo manifestantes contra la participación española en esa invasión; los atentados del 11M no tenían que ver con la foto de las Azores? Afortunadamente, la ciudadanía no estaba tan alelada como aquellos dirigentes suponían y éstos fueron desalojados del poder.

En Valencia, aún se mantienen en el poder gentes que hablan de proteger la Albufera permitiendo edificar en sus bordes: sólo 60 viviendas con la excusa de realojar a los errantes vecinos de La Punta, utilizados como el Cid, después de muertos, para justificar una operación que en realidad esconde más de 250 viviendas, la mayoría unifamiliares adosadas de alto standing, que nunca serán para ellos. Gente que afirma proteger la huerta y para ello proponen un nuevo estatus, la huerta garantizada, a la que se llegará por el procedimiento de edificar 3.045 viviendas, en 35 hectáreas de terrenos de huerta protegida en el barrio de la Torre. Gente que permite el supermercado de la droga en las inmediaciones de la partida de Dalt de Campanar, lindante con el parque de Cabecera, y utiliza el urbanismo como disciplina drogadicida recalificando el suelo no urbano en urbanizable.

Gente que se propone no perjudicar los intereses de un gran propietario y para ello sacrifica a las docenas de pequeños propietarios que han cuidado o rehabilitado sus viviendas en la calle Eugenia Viñes entre el mamotreto del hotel las Arenas (con el que se destruyó un histórico palmeral y se privatizó una propiedad pública) y las innecesarias piscinas olímpicas con forma de medio huevo duro acuchillado en su tercio trasero.

Gente que asegura que desea rehabilitar el Cabanyal y para ello se proponen derribar el 30% de su patrimonio edificado entre la Avenida del Mediterráneo y la calle del Pintor Ferrandis, es decir, su trama urbana y su arquitectura popular, ambas protegidas mediante su declaración como Bien de Interés Cultural, mediante la inserción de una avenida y la edificación que le acompaña, que pretende la asombrosa tarea de conectar por sí sola Valencia con el mar y, además, regenerar por completo los barrios del Canyamelar, del Cabanyal y del Cap de França, degradados por años de falta de interés municipal y permisividad para con la delincuencia que allí se ha establecido.

Todo esto tiene un denominador común: argumentos manipulados que benefician principalmente a las grandes empresas constructoras, verdaderos acumuladores de capital especulativo, que invertirán en las tecnologías más avanzadas para poder construir más y más deprisa, y por lo tanto necesitarán de más Albufera, de más huerta, de más partidas de Dalt, de más pequeños propietarios, de más cabanyales y, como no, de todo el litoral posible, para continuar acaparando capital, y tal y tal?

¿Hasta dónde llega el alelamiento? Quizá la gente no ve alternativas a esta manera de actuar, pero haberlas haylas. Quizá no son buenos tiempos para la reflexión y suene ingenuo proponer un debate ciudadano sobre un modelo de ciudad, pero la reflexión es posible, al menos sobre aquello que los valencianos apreciamos y estamos dispuestos a defender, pues si nos demoramos mucho, en un abrir y cerrar de maletines, desaparecerán devorados por la maquinaria pesada de la construcción especulativa.

Es desalentador escuchar el lamento de muchísimos ciudadanos por la pérdida de Las Arenas, por la sustitución de la playa a la que acudían de pequeños por el mamotreto del hotel edificado. ¿Qué hicieron para evitarlo? ¡Despierte la ciudadanía, aún quedan cosas que rescatar de la maquinaria!

No hacen falta las ideas potentes y monolíticas de los salva patrias ni de los especuladores que hoy sabemos a donde nos conducen, sino una manera de enfrentarse a los problemas más flexible, más acorde con los tiempos de mudanza que nos ha tocado vivir, donde haya ciudadanos con ánimo de participar, y donde los ciudadanos con ánimo de participar sean atendidos.

La planificación urbana en una democracia del siglo XXI, exige la participación ciudadana: nos jugamos nuestra ciudad.
Tato Herrero - Arquitecto.

De vergüenza.
De vergüenza lo de dar 100.000 metros cuadrados de edificabilidad al Valencia, pues roza lo delictivo por parte del Ayuntamiento de nuestra ciudad. Y que conste que yo soy valencianista y conservo mis nueve acciones que compré con mucho esfuerzo hace 10 años. Pero este club ya no es propiedad de los aficionados, sino de un grupo de empresarios inmobiliarios, encabezados por la familia Soler, que pretenden hacer negocio aprovechando lo que significa el Valencia para la mayoría de los ciudadanos y a costa de los vecinos de la zona de Mestalla, que van a ver cómo saturan de edificios lo que es el actual estadio. Espero que los Tribunales no permitan esta tropelia.

Fútbol y recalificaciones.
La recalificación del Mestalla no será como el pelotazo del Real Madrid, será peor; primero, porque al Valencia S.A.D o mejor dicho al grupo constructor que lo controla, se le permitirá hacer un estadio nuevo en un terreno público que estaba destinado a los vecinos de Benicalap. Antes de firmarse la recalificación ya vendieron parte de ésta para no caer en la ruina, también añadir que parte de la ampliación del Mestalla es ilegal y hubiera tenido que ser demolida, con lo cual el cambio de estadio les viene muy bien a los chotos.

Segundo, porque están haciendo chantaje a la ciudad pidiendo una edificabilidad de 100.000 metros cuadrados cuando únicamente se podrían edificar 60.000 por ley, el Ayuntamiento de Valencia ya les ha concedido 80.000.

Tercero, porque los vecinos de Mestalla y Benicalap estamos en contra de este chanchullo que sólo sirve para saldar las deudas que dejó Paco Roig y pagar el gasto que tuvo que hacer el constructor Bautista Soler.
Jorge Sánchez González

La recalificación infinita.
GREGORIO MARTÍN - Universitat de Valencia.

Recalificar el triángulo que forma el camino de la Moreras, pista del Saler y las vías de ferrocarril tiene que salvar a la Ciudad de las Artes y las Ciencias, la de Mestalla al Valencia SAD, la de campos de naranjos en golf, al sector turístico. ¿Hasta dónde?

En una sociedad democrática no se pueden permitir zonas de impunidad: Si el político lo facilita, el periodista no lo debate y el ciudadano lo acepta, la confianza en el sistema se deteriora; sólo queda la obligación cívica de dar datos.

Esto se escribe horas después que la UE haya dada por buena, desde la óptica de la libre competencia, la operación de recalificación de la ciudad deportiva del Madrid. Muchos habrán interpretado que ahora le toca al Valencia con Mestalla, por lo que me voy a permitir tomar como ejemplo esta recalificación futbolera.

Con la perplejidad y desánimo de quien no entiende el tratamiento que Hacienda y las autoridades públicas están haciendo del mundo del fútbol, cuando se dio a conocer el presupuesto 2003/2004, uno pensó y escribió que el Valencia se vería obligado a reducir su capital social mediante la disminución del valor nominal de las acciones. El artículo 163 de la Ley de Sociedades Anónimas es contundente: «La reducción del capital tendrá carácter obligatorio para la sociedad cuando las pérdidas hayan disminuido su haber por debajo de las dos terceras partes de la cifra de capital y hubiese transcurrido un ejercicio social sin haberse recuperado el patrimonio». Naturalmente me equivoque, alguien pago por estas acciones una cantidad fuera de toda racionalidad, aunque por lo que se sabe, en el pecado ha encontrado su penitencia.

Los números cantaban y se sabía que se volverían a registrar pérdidas durante la temporada 2003/04 y así ha sido. Lo que vayan a hacer, responsables del Club autoridades reguladoras y accionistas de base, es algo que ya depende de las conciencias de unos y del ética de otros. El Valencia SAD me cuentan, ha cerrado los dos últimos ejercicios con unas pérdidas contables (antes de impuestos) de 13.860.325,13 euros (más de 2.300 millones de las antiguas pesetas) y ello después de vender en el último ejercicio 2003/2004, 1502 metros cuadrados del anexo a Mestalla (Levante-EMV 23/10/04) y con ello, poner en libros una plusvalía contable de 16.875.228,69 euros. Sin este apunte se habrían acumulado a las pérdidas reconocidas y estaríamos hablando de 30.735.553,82 euros, una situación que sería de proceso concursal o de quiebra voluntaria, pues incluso los Fondos Propios de la Entidad habrían sido negativos.

Como conviene que nadie se llame a engaño, en el Presupuesto de ingresos y gastos previsto para la actual campaña, que se someterá a la aprobación de la próxima Junta General de Accionistas, se incluye, entre los ingresos, una partida de Beneficio de inmovlizado material por importe de 18.664.434,70 euros. Hay que suponer que se está previendo (¿o tal vez ya está firmada la operación?) la venta de otra parte que se tendrá que segregar del actual Estadio. La pregunta de acerca de cuantas segregaciones habrá que hacer para cuadrar las cuentas surge de inmediato, a menos que estemos asistiendo a un teatro de operaciones, cuyo desenlace final ya es conocido por parte del Consejo, con la colaboración del Ayuntamiento.

Aquí como en tantos otros casos el fenómeno de la recalificación que no cesa se mantiene, cuando en todas las Sociedades mercantiles, ante las necesidades económicas o se recurre a la ampliación de capital, si se puede o se reestructura la empresa. Si ello se hiciera así el verdadero beneficiado sería la solvencia profesional, no determinadas locuras de políticos o de especuladores profesionales como ha acabado ocurriendo con todo el trasiego febril de compraventas de acciones del Valencia SAD, donde como en toda operación especulativa uno ganó y otro perdió, pero desde luego ni el Club, ni la Ciudad se han beneficiado lo mas mínimo de todo ello.

Las recalificaciones tal como se están practicando en nuestra tierra son perniciosas y para empezar alguien debería plantear las cosas de forma coherente en nombre de muchos vecinos de determinados barrios de Valencia, en la Junta del Valencia SAD. Por el bien de la ciudad de Valencia, algo debería pasar antes que as brigadas recalificadotas alcancen sus últimos objetivos.

Si estos episodios siguen su rumbo seguiremos diciendo a las nuevas generaciones que nuestra solución como pueblo consiste en cambiar zonas verdes por rascacielos, polideportivos populares por grandes estadios y huertos de naranjas por campos de golf. Perdonen lo que pueda haber de demagógico en la conclusión, pero aquí algo no funciona, el silencio se extiende y la recalificación no puede servir para no exigir responsabilidades y abordar seriamente crisis muy profundas.
Publicado en el diario LEVANTE- EMV.
SÁBADO, 13 DE NOVIEMBRE DE 2004
Edición digital n. 2484

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UNA CAMPAÑA DE AUN BUSCA EL APOYO DE LOS ESPAÑOLES AFECTADOS POR LA LRAU.
La asociación reclama «medidas» al Gobierno central contra la ley

La asociación Abusos Urbanísticos No (AUN) ha iniciado, en su lucha en contra de la Ley Reguladora de la Actividad Urbanística (LRAU) de la Comunidad Valenciana, una campaña para recoger el mayor número posible de apoyos entre los afectados de nacionalidad española. El colectivo busca, así, romper la falsa creencia de que la asociación reúne sólo las inquietudes de los residentes extranjeros en la Comunidad Valenciana.

Un escrito de AUN que ha comenzado a difundirse vía correo electrónico, que se inicia con la frase «Somos españoles y estamos en contra de los abusos urbanísticos en la Comunidad Valenciana», incluye un total de siete proclamas que resumen el posicionamiento de la asociación en estos momentos.

Por un lado, AUN se define «en contra de la depredación del medio ambiente y el desarrollo insostenible que ha propiciado la LRAU», así como «en contra de la corrupción y la especulación urbanística generados al amparo de» esta polémica ley.

A juicio de la asociación, la ley sitúa al agente urbanizador como «simple intermediario que encarece el proceso de urbanización», al tiempo que la LRAU deja a los pequeños propietarios en situación de «indefensión».

En el escrito, AUN exige «que los gobiernos central y valenciano tomen las medidas necesarias para asegurar el cumplimiento efectivo de los tratados internacionales y normas europeas que garantizan el respeto de los derechos fundamentales y la protección del medio ambiente».

Por último, en el escrito la asociación contra los abusos urbanísticos manifiesta su reconocimiento «por la labor de sensibilización pública que está realizando la comunidad de ciuadanos no españoles víctimas de la LRAU».
Abusos Urbanísticos No (aglutina a cerca de 30.000 socios).

Para más información dirigirse a...: manifesto@abusos-no.org

>> Autor: CERCLEOBERT (13/11/2004)
>> Fuente: Antonio Marín Segovia - Cercle Obert de Benicalap - Iniciativas Sociales y Culturales de Futuro


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