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El Sol se pone sobre el pueblo de Gavá.

(491)

DELTA DEL LLOBREGAT. BARCELONA.
Viaje por las tierras del Baix Llobregat, convertido en el patio trasero de Barcelona. Un grito para salvar los últimos ecosistemas amenazados, como no, por una promotora immobiliaria y el ayuntamiento.

EL SOL SE PONE SOBRE GAVÁ.

Quiero atraer vuestra atención hacia un lugar del planeta que, quizás por su sencillez nunca atraería la atención de nadie. Pero es precisamente en su sencillez que se encuentra la belleza de este pueblo mediterráneo, tan único en el litoral ibérico.

Os traigo a Gavá, donde a las faldas del Parque Natural del Garraf nace un pueblo a las orillas del antiguo Delta del Llobregat, cuya tradición agrícola se extendía hasta las orillas del mar.

Gavá es solo un pueblo más que comprende lo que hoy se entiende como el Baix Llobregat, convertida hoy en el patio trasero de una Barcelona desbordante que, sin orden ni conciencia se come de forma descabellada todo lo que a su paso encuentra.

En su día, el Llobregat fue depositando tierra y arena al llegar asu desembocadura, formando un delta cuya riqueza ecológica y agrícola, hoy por hoy, han casi desaparecido.

Muy castigado por las infraestructuras modernas que apoyan un ritmo económico desaforado; puerto, aeropuerto, industria, carreteras, cinturones, y el vertedero comarcal, solo permanecen algunas islas que recuerdan lo que un día fue un lugar encantado, donde las aves aterrizaban en sus largos viajes a repostar o a pasar el invierno, y los payeses araban sus tierras con mulas y caballos.

Gavá es una de esas islas que, hasta ahora, había logrado mantenerse al margen de la euforia urbanística. Su territorio aún conserva buenos ejemplos de unos ecosistemas que ahora son únicos en la zona. Pero la presión de lo que aún se denomina “progreso” acecha contra lo último que queda.

Quiero que vengáis conmigo en este viaje, por esta tierra rica en tantas cosas que aún todavía se pueden, y de deben salvar, encontrando un equilibrio entre naturaleza y actividad humana.

DEL GARRAF HASTA EL MEDITERRÁNEO.

Gavá nace en el corazón del Parque Natural del Garraf, un paraje alucinante de contrastes, donde la tierra caliza de grandes rocallas se mezcla con cañones vertiginosos de arcilla color morado.

Bosques densos de pinos, que en los valles se convierten en robles y encinas, dan vida a una espectacular mezcla de paisajes. Aquí conviven el madroño y el Senglar (jabalí en catalán), las jaras y la ardilla roja, el hurón y el brezo, y tantas otras especies de animales, flores y plantas, que dotan a este lugar de una riqueza incalculable.

Seguimos las afluencias de las rieras que recogen las aguas torrenciales que, a menudo bajan estrepitosas tras las fuerte tormentas que se suelen dar en esta zona; y llegamos así a las llanuras del Delta que se extienden hasta llegar al mar.

En este punto de encuentro, en esta frontera de ecosistemas, yace el pueblo de Gava, cuya ambición de hoy es convertirse en ciudad, en vez de conservar su integridad como pueblo agrícola y turístico. Hoy apuesta por la industria en detrimento de su riqueza natural.

El pueblo de Gavá no es especial en absoluto.
Un conjunto de casas variopintas, de distintas épocas, muchas de las cuales han dado paso a esos edificios feos y prácticos de ladrillo y ventanas de PVC, que no inspiran encanto alguno, rodean un pequeño nuecleo de casas pairales, donde todavía se ven en sus portales a las viejas vendiendo verduras y hortalizas que cosechan con sus maridos no muy lejos de allá.

Y es que las tierras del delta son muy fértiles y llevan alimentando generaciones de la zona. Tierras que antiguamente estaban inundadas, crenado un ecosistema parecido al del Delta del Ebro y el de Doñana, se fueron secando a lo largo del siglo pasado para poder cultivar.

Se crearon sistemas de canalizaciones para alimentar los campos, a menudo sin tener que regar.

De aquellos pantanos donde la caza del pato era costumbre queda poquito, dando paso a un espectacular mosaico de campos, en los que cientos de “payeses”, cada uno, cultivan hasta hoy fresas espárragos, zanahorias, cereales, y un sin fin de frutas y hortalizas que se dan en estas tierras.

Precisamente es Gavá centro de atención cada año por la Fira del Esparrec (Feria del Esparrago), donde su cosecha se celebra a bombo y platillo.

Hasta aquí bajan los jabalís del Garraf, a través de los corredores verdes que permanecen, en busca de manjares para satisfacer sus caprichosos paladares. Hombre y bestia, sin embargo, aquí encuentran la manera de vivir en paz.

La actividad agraria en el delta tuvo que luchar contra importantes factores naturales propias de la zona, pues el delta acaba a las orillas del Mediterráneo, y de aquí soplan fuertes vientos que traen con ellos mucha sal, y de las dunas movientes mucha arena.

Para proteger los cultivos de estas agresiones, se plantaron pinos, creando una barrera casi impermeable entre las dunas y los campos. Estas pinedas, hoy centenarias, suponen otro ecosistema que sustenta una gran variedad de animales y pájaros.

A lo largo de las décadas de los 70, 80 y los 90, han sufrido la colonización de los turistas aficionados a las actividades de mar y playa.

Castelldefels, pueblo vecino, sufre de sobreexplotación, sin embargo, Gavá supo hasta ahora equilibrar el desarrollo turístico, mientras conseguía protegerlas.

Hoy los pinares que llegaban a la playa de arena blanca son historia, pero el territorio de Gavá y Viladecans ( vecino al otro lado) conservan, en medida, núcleos importantes donde se escuchan, sobretodo en primavera un gran concierto de cantos de cientos de especies de pájaros.

En invierno, cuando las masas de turistas desaparecen, vuelven las gaviotas a la extensa arena de esta playa kilométrica.
Decenas de especies de estas pescan a las orillas y repostan en las dunas, que el ayuntamiento de Gavá ha restaurado para su goze.

Y aquí en la playa de Gavá termina un viaje corto y largo. Aquí sentada entre las dunas, tras estos pinos majestuosos veo las montañas de un misterioso Garraf.

Cae el sol, y las nubes se tornan de rosa, naranja, hasta llenar el cielo de fuego. Las siluetas azules casi negras de esos montes y los reflejos de luces sobre las olas hacen contener la respiración. Y es que este es un lugar maravilloso y merece que la inteligencia humana se muestre vencedora para ofrecer esta experiencia a tantas generaciones por venir.

NATURALEZA AMENAZADA.

Sobre los paisajes más salvajes de Gavá cierne una sombra que hace temblar, pues su efecto podría ser devastador e irreversible.

Una fuerte constructora nacida en la propia Gavá, tiene entre sus manos un plan para este pueblo.

Ya desde hace veinte años lleva jugando el papel de urbanizadora de las zonas más deseables por su belleza natural.
Las principales pinedas (primera línea de mar) se han convertido en los últimos años en algo entre una urbanización vacacional y una ciudad dormitorio, gracias a la voracidad con la que opera este moloso de la construcción en cataluña.

Desde hace años lleva una dura labor para poseer grandes extensiones de bosques dentro del territorio de Gavá, con el único fin de convertirlos en auténticas minas inmobiliarias (sin hacer mención de la decena de pueblos cuyos espacios naturales lindantes se ven afectados).

Debo resaltar que soy consciente de la necesidad de crear ewspacios habitables para una creciente población mundial.

La expansión urbanística es inevitable. Pero estoy convencida de que no se tiene por que hipotecar irreversiblemente nuestro entorno natural.

Existen formas de urbanizar más inteligentes, que permiten convivir con la naturaleza sin perturbarla tan desgraciadamente.

La tendencia general de intensificar el crecimiento, impone fuertes presiones sobre zonas en las que nunca se debería urbanizar- se puede recordar los recientes desastres por inundaciones, precisamente en estos pueblos del Baix Llobregat.

La construcción y urbanización sin sentido, sin conocimientos han convertido muchas de las zonas de estos pueblos hoy habitadas en frecuentes zonas catastróficas. Los hechos hablan por si solos.

Decía, que esta constructora-promotora, de forma más o menos turbia, se ha apoderado de la propiedad de terrenos de gran valor ecológico para su próxima explotación inmobiliaria.

Zonas no –programadas y otras no urbanizables han sido recalificadas. Hasta existen los planos de los edificios de hasta diez pisos que el ayuntamiento ha aprobado.

El futuro de los bosques al pie del Garraf corre peligro. Nada importa que este significa el último corredor verde, que permite a la fauna del Garraf llegar hasta el parque agrícola para alimentarse.

Piensan que haciendo un parque público, eso sí, muy bonito y de diseño ultramoderno por su minimalismo, la población de Gavá, que estos bosques, corre, pasea, hace bici, recoge setas y espárragos, pasea al perro, monta a caballo, hace pic-nic, o simplemente se recrea en un trocito de paz y tranquilidad, lejos del bullicio de las calles y de la fábrica o la oficina; no podrán ni rechistar cuando todo esto desparezca, por que se les ha proporcionado con un espacio verde “adecuado”.

Después del proyecto del Pla de Ponent, se pretende urbanizar las últimas pinedas del litoral, y al Parque Agrícola se le comen un cachito cada día. Gavá no debería acabar siendo otro suburbio, donde la gente de la ciudad acude buscando naturaleza y tranquilidad, solo para encontrarse con que la ciudad se ha venido con ella.

Disfrutando de tanta riqueza natural aún, este pueblo puede todavía atreverse a ser diferente, optar por ofrecer a sus ciudadanos y turistas calidad de vida.

Os he invitado a conocer Gavá para que participéis conmigo en esta cruzada. Gavá no sufre una situación única, ni aislada.

Lo más probable, cerca de vosotros existe un lugar, que aunque a primera vista no parezca, resulta ser un sitio especial que ofrece a vuestros sentidos estímulos que os llenan de vida, y que os permiten mantener un contacto cada vez más necesario con la naturaleza.

Os ruego que, como yo, lo denunciáis, e informéis a todos aquellos que puedan ayudar, y recordar esas palabras que, aunque las oigamos; no las escuchamos. Y , sin embargo, son verdad: ”La unión hace la fuerza”.

AYUDA A DETENER ESTA BARBARIDAD!
Escribe al alcalde de Gavá:
Didac Pestaña.
Alcaldía.
Ayuntamiento de Gavá.
08850 - Barcelona.

HAZ OIR TU VOZ EN:
* www.gavaciutat.net
* www.ispana.es (Izquierda Unida de Gavá)

VISITA E INFORMATE MÁS EN:
* www.amics21.com
* El portal de Gava.
* www.geocities.com
associasiocgava@yahoogroups.com
* [Playafun.com.:www.playafun.com/home/riera




Insertado por: gemma (08/02/2003)
Fuente/Autor: Gemma Knowles
 

          


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Comentarios

Sin duda alguna este artículo no refleja en absoluto la realidad de Gavà que ha sabido recuperar sus espacios naturales y que es una de las ciudadades con más compromiso social (vivienda protegida) y con más creación y mantenimiento de espacios naturales de la comarca
Nombre: Una ecologista de Gavà  (09/06/2003) E-mail: -
 
Comprendo muy bien a la persona que ha escrito este artículo. Yo también soy de Gavá, nacida en la Gavá antigua, la Gavá de hace más de treinta años, y, aunque hace mucho tiempo que me instalé en Barcelona, por circunstancias de la vida, no olvido sus parajes, sus caminos en el bosque, sus árboles y su tierra roja. Estoy de acuerdo y me siento muy identificada con el problema y la visión de este artículo, y me gustaria conoceros y hacer algo al respecto.
Detesto lo que están haciendo las Inmobiliarias -con el beneplácito del Ayuntamiento!- con el pueblo de Gavá.
Cómo puedo ponerme en contacto con vosotros....?
Nombre: Patricia  (09/08/2005) E-mail: Littlenevada1@hotmail.com
 

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