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Preparar alimentos con una cocina solar...

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SALUD Y BIENESTAR EN EL HOGAR...
Preparar alimentos con una cocina solar parabólica es uno de los placeres que nos brinda la energía solar. A pesar de ser una práctica sencilla con el tiempo una persona va acumulando una experiencia respecto a los tiempos de cocción, los utensilios más adecuados, el propio mantenimiento de la cocina solar.

Las cocinas solares son un medio para aprovechar la energía superabundante del Sol y convertirla en alimentos cocinados.
Las formas de cocción tradicionales utilizan la energía solar de forma indirecta, a través de la madera o el carbón de leña. En cambio, la cocina solar aprovecha la luz del Sol directamente: está diseñada para interceptar los rayos solares y convertirlos en calor que calienta la comida para que sea apta para el consumo. Y cuando la cocción de estos alimentos se realiza a velocidad pausada, se reservan e incluso incrementan sus propiedades nutritivas.
* Algunos consejos para este tipo de cocinados...







La primera cocina solar construida data de 1767, y se atribuye al naturalista suizo Horace de Saussure.
Logró cocer frutas en una primitiva cocina solar, a temperaturas que alcanzaban los 88 ºC. Más tarde, en India, hay indicios de una cocina solar bastante sofisticada patentada por un soldado británico. También en esta época, un joven capitán diseñó una cocina solar para cocer alimentos en sus largas travesías. Ya en el siglo XIX, el francés Augustin Mouchot escribió un libro sobre las aplicaciones industriales de las cocinas solares. Mientras, en Sudáfrica, J. Herschel experimentaba con un modelo portátil. Hacia finales del mismo siglo XIX, un restaurante chino se enorgullecía de servir algunos platos de comida preparada con el calor del Sol.

Pero no fue hasta mediados del siglo XX cuando nació un verdadero interés por las cocinas solares.
Hacia los años 50, tras la Segunda Guerra Mundial, el mundo Occidental estaba tratando de recuperarse de los desastres de la guerra. La naturaleza mundial de esta batalla mostró, por primera vez, que los habitantes del planeta éramos una sola comunidad que debíamos hacer frente a problemas que nos afectan a todos, como conjunto. Esto favoreció el nacimiento de una conciencia social para trabajar por un futuro menos dependiente de los combustibles fósiles.

Problemas como la creciente y visible desertización del planeta, y la afectación en la salud respiratoria por el uso de combustibles tradicionales para la cocción doméstica, entre otros, dieron lugar a que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y otras agencias internacionales encargaran un estudio sobre las posibilidades de las tecnologías de cocción solar. El objetivo era introducir estas cocinas en comunidades necesitadas y con escasez de combustible, para reducir su dependencia del combustible vegetal. Estos estudios confirmaron la viabilidad e idoneidad de las cocinas solares: sencillas de construir y usar, eficaces y manteniendo buenas cualidades nutritivas de los productos cocinados. Los progresos en las últimas décadas han permitido que, actualmente, se fabricaran decenas de miles de cocinas solares de diferentes tipologías y que hayan sido distribuidas por todo el globo, sobre todo en los países en vías de desarrollo.

Tipologías de cocinas solares.
Existen dos modelos básicos de cocinas solares: las de caja caliente u hornos solares que funcionan por acumulación, y las cocinas solares parabólicas, que funcionan por concentración. Una tercera opción son las cocinas llamadas mixtas, que combinan las características de ambos tipos de cocinas solares.

La caja caliente u horno solar.
Éste es el tipo más popular y extendido de cocina solar. Consiste en una caja o recinto revestido de material térmico aislante por todos los lados menos por el frontal, el que queda orientado al Sol, y tapado con un material transparente. Dentro de la caja se colocan los recipientes para cocinar. En el interior de esta caja, la energía solar queda atrapada por efecto invernadero y, transformada en energía térmica, puede alcanzar con facilidad los 100 ºC en las ollas y recipientes de dentro de la caja solar. Si se añaden sistemas de captación solar, como reflectores de aluminio que amplíen el área de captación de los rayos del Sol, estos hornos solares pueden alcanzar los 140 ºC fácilmente. El buen funcionamiento en eficiencia energética de un horno solar está en la calidad del aislamiento de modo que tengan la mínima pérdida de la energía solar que almacenan en su interior.
La cocción en el horno solar

En las cocinas de caja, la cocción es lenta o muy lenta. Esto, por otro lado, favorece el proceso de cocción de los alimentos, ya que permite la conservación de su sabor y propiedades. Dependiendo de sus dimensiones, la caja caliente u horno solar puede albergar varios recipientes a la vez. Cuantos más elementos existan en su interior más se potenciará el poder calorífico del compartimento, permitiendo que los alimentos se cuezan mejor. Los recipientes se sitúan encima de una rejilla o soporte para que el aire circule por el fondo del horno.

Cuando la cocina solar dispone de un único reflector o lámina reflectora, no se consiguen temperaturas muy elevadas. Pero la ventaja en este caso radica en la posibilidad de dejar la comida durante horas en su interior para que se prepare lentamente sin miedo a que se queme. Una vez caliente, se conservan los alimentos a la temperatura alcanzada si se mantienen en el interior de la cocina. Este proceso es ideal para dejar los alimentos a cocer a primera hora de la mañana, por ejemplo, y tenerlos listos y calientes al mediodía, cuando llega la hora del almuerzo.

El horno solar puede emplearse incluso cuando existe nubosidad débil, ya que funciona tanto con la radiación directa como con la difusa (es decir, la reflejada por las nubes y las partículas atmosféricas antes de llegar al suelo). En este caso, hay que tener en cuenta que la cocción será más lenta. En los climas tropicales este tipo de cocina puede usarse todo el año, en cambio en los países nórdicos sólo durante los meses en que los días son más largos.

La cocina solar parabólica.
Como su nombre indica, su estructura básica es una parábola o disco cóncavo que concentra los rayos solares en una zona donde se ubica la cacerola o bandeja con la comida. A diferencia del horno solar, la cocina parabólica es más parecida en velocidad a las cocinas convencionales modernas, puesto que los rayos de Sol se concentran bajo el recipiente, alcanzando temperaturas elevadas en poco tiempo. En términos generales, se puede decir que el tiempo de cocción de los alimentos es algo menos del doble que en la cocina convencional, aunque en muchos casos de días soleados, la cocción casi es tan rápida como con un fogón de gas. Con esta tecnología de cocción solar se pueden alcanzar temperaturas de unos 180 ºC, lo que permite preparar todo tipo de frituras.

Para obtener esta enorme potencia sólo se requiere cierta orientación hacia el Sol cada 15 - 25 minutos para alcanzar las temperaturas deseadas en el foco de la parábola. Los rayos solares que caen perpendiculares a la superficie parabólica receptora se concentran en un único punto, el punto focal o foco, que es donde se coloca el recipiente de cocción. Un inconveniente de estas cocinas es que son algo vulnerables al viento, por lo que requieren de una estructura sólida que las mantenga firmes y ancladas al suelo. También hay que tener cuidado con el deslumbramiento durante el manejo.

El éxito de las cocinas solares parabólicas se debe en gran parte al diseño del ingeniero alemán Dr. Dieter Seifert, quien a raíz del accidente de Chernobil en 1986, empezó a desarrollar un modelo doméstico de cocina solar que fuera fácil de fabricar. Sus ideas tomaron forma en las primeras las cocinas de la serie SK, mejoradas posteriormente por él mismo con los soberbios modelos K de 100, 120 y 140 cm de diámetro. Recientemente se ha evolucionado el diseño del modelo de 140 cm por la microempresa española Alsol en colaboración con el propio Dr. Seifert.

Funcionamiento de las cocinas solares.
Los dos tipos de cocinas solares descritos, las de concentración y las de acumulación, tienen como función básica captar la energía del Sol para cocer alimentos. Sin embargo, utilizan principios físicos diferentes y los resultados que obtienen son ligeramente distintos. La transmisión del calor asociado a la energía del Sol se da a través del aire por radiación, y a través de los materiales por el proceso de conducción. En el caso de la radiación, el calor se transmite en forma de radiación electromagnética, sin medio físico para la transmisión. Éste es el proceso mediante el cual nos llega energía del Sol a través del espacio exterior. En la conducción, el calor se transporta a través de un medio material. Es decir, cuando dos cuerpos están en contacto, el que está más caliente cede calor al que está más frío por el proceso de conducción.
* Toda la información completa en... (Enlaces...)


* Secador solar de frutas...
* Destinador de agua solar...
* Circuito solar de agua caliente...
* Horno solar...
* Chimenea solar...
* Asador solar de brochetas de carne...
* Calentador solar de agua caliente...

Insertado por: elenafernandez (10/05/2010)
Fuente/Autor: Recopilaciones para Ibérica 2000.
 

          


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