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La democracia a bombazos, y II

(2909)

II EL CANALLA Y SU CIRCUNSTANCIA...
Pero el paralelismo que, por el propósito no por la figura, veo entre el gran Napoleón y el infecto Bush es al mismo tiempo imposible y existente. El pensamiento oriental admite la contradicción que la lógica socrática occidental rechaza...

La "cultura" en que desenvolvió el general francés era, mutas mutandis, poco más o menos la suya. La quería transformar y lo consiguió. La musulmana o árabe (a estos efectos se confunden) que Bush quiere reventar, le es absolutamente ajena. Y la titánica tarea de emular a Napoleón trasladando la democracia y no libertad sólo puede obedecer a un cerebro de petimetre, de un medio hombre, de un ex alcohólico o probablemente del dipsómano en privado. Eso de tratar de implantar la democracia (que no la libertad) con millones de toneladas de acero es el desafío que finge haberse propuesto el vaquero maniatado por su propia estupidez y por las enormes presiones de su entorno. Lo finge porque mientras el mundo vacila, él saquea... Él, que se ve a sí mismo como el dios de United States y a sus compinches como sus ángeles ajusticiadores... Sólo un necio puede intentar sólo a base de fuerza bruta y discursos vacíos una proeza como la de Napoleón de impulsar la libertad social... La imitación de gesta del presidente americano se parecería a la del Hernán Cortés y demás conquistadores hispánicos o a la del corsario Drake y tantos otros piratas ingleses de su historia, no a la de grandes hombres pese al derramamiento de sangre en su época. De ningún modo a la inconmensurable de Napoleón. La diferencia entre uno y otro es la misma que hay entre quien triunfa a la larga y quien ha fracasado tanto a la larga como desde hoy mismo.

No es nada fácil concluir exactamente sobre qué fue provechoso y qué un despilfarro cuando se analiza la historia. Los Imperios y las Aristocracias han aportado grandeza y maravillas en el Arte, las repúblicas pensamiento, las dictaduras paz, los totalitarismos igualdad. ¿Qué es mejor? ¿Qué "deberemos" preferir? Sólo es el momento que vivimos lo que nos hace decidirlo. Esto es consecuencia de la forma poliédrica de la realidad. Y cada cara del poliedro alcanza magnitudes incalculables e inconmensurables cuando, para entendernos y comunicarnos, tratamos de simplificar la historia y hacer reduccionismos de ella y del presente. El hecho de que el pensamiento admita varios niveles de "actuación" y análisis nos puede conducir a admitir que una misma cosa sea terriblemente destructiva y al mismo tiempo semilla fructífera. En esta onda se mueven los "señores" nietzscheanos de una moral que nada tiene que ver con la moral de los demás, los demás que somos sus esclavos... En esa "moral" gravitan no sólo los políticos: también los altos administradores de cada religión en las que brilla el campeón, la curia vaticana. ¿Cómo si no entender miles de cosas ininteligibles a bote pronto que vienen de gentes como tú y como yo transformadas de repente en un ser de otro mundo que ni siente ni padece frente a lo que a los demás, a unos mata el cuerpo y a otros nos causa terrible sufrimiento moral? Pero en el presidente estadounidense no hay más que serrín. Es un hombre de paja de los intereses financieros de su país, y no hay más detrás de él ni dentro de él.

Aparte de que democracia no equivale a libertad sino a participación del pueblo en el poder, democracia y libertad serían en último término conceptos suplementarios. Pero no hay que confundir la parte con el todo. El todo es la libertad, la parte, la democracia. Puede existir libertad sin democracia aunque parezca raro, pero no democracia sin libertad. La libertad política nunca existe ni puede existir a tope, salvo que la responsabilidad individual de todos alcance los niveles de la anarquía que sabemos imposible. La prueba extrema de que la libertad individual total es imposible en la sociedad es que en Estados Unidos y China, los dos países más poderosos actualmente del planeta, no pueden "vivir" sin la pena de muerte. Pero lo que está cocinando para las partes del mundo que a Bush y los neocons interesa es una democracia de libertades secuestradas. Y eso, en un Estados Unidos donde se añade a otro gravísimo recorte al pensamiento preexistente: la proscripción del socialismo. Un comunista en la metrópoli -lo mismo que un sospechoso de terrorismo-, sería hombre muerto. Este como enemigo de la paz y aquél como enemigo de las ideas dominantes impuestas por los dominadores. Les da igual la dramática contradicción que existe en que si un ser humano no "puede" pensar ni actuar según pautas colectivistas (que no otra cosa es socialismo y comunismo), la libertad que posee es la misma que tenía el hereje que no creía en Dios: ninguna.

De modo que ¿de qué está hablando y tratando toda esa monserga bushiana sobre los regímenes despóticos? ¿Hay algo más despótico y criminal que lo que está haciendo él cada día desde hace cuatro años? ¿Se puede ser mayor degenerado al decir que hay que acabar con esos regímenes y al propio tiempo personificar un régimen despótico y una voluntad de poder hitleriana sólo parapetada en armas y dinero? Nadie hasta él llegó tan lejos para reducir la democracia norteamericana sólo a cáscara y portada.

Es más que probable que las aventuras de Napoleón, Alejandro, Aníbal o Gengis Khan que Bush quiere emular sean fruto del delirium tremens que deja una tan repentina como improbable abstemia. Delirium que, después de cinco años sin dejar de matar y sin haber conseguido ni un atisbo de democracia en los dos países asiáticos ocupados, ni conseguirá jamás, prosigue en estos momentos con el bombardeo sistemático y muerte de decenas de miles de iraquíes en Samarra y aledaños.

Este pisaverde depravado está aniquilando materialmente y haciendo desaparecer del mapamundi a la cuna de la civilización. Su propósito, además de hacerse dueño de la zona, es llevar allí otra imitación de democracia con occidentales y occidentalizados de importación por las mismas vías y fórmula que hicieron posible la creación artificial del actual Estado de Israel en 1948. La cuestión ahora es ¿lo van a permitir los países más avanzados moral y socialmente del planeta?

II El fantoche y su circunstancia...

Pero el paralelismo -por el propósito no por la figura- que veo entre el gran Napoleón y el infecto Bush es al mismo tiempo imposible y existente (a fin de cuentas el pensamiento oriental, al que yo más inclinado estoy, no hace ascos a la contradicción que la lógica socrática rechaza). La "cultura" en que desenvuelve el general francés es, mutas mutandis, la suya. El se propuso remachar los cambios llegados con el vendaval de la revolución, y lo consiguió. Mientras que la musulmana o árabe (a estos efectos se confunden) que Bush quiere literalmente reventar es, para él y los suyos, de otro mundo. Y la ridícula tarea de emular a Napoleón llevando aquí y allá la democracia, y no la libertad (luego diré en qué no existe ésta en el mundo de las ideas en su propio país), sólo puede pertenecer a un cerebro de petimetre, de un medio hombre, del ex alcohólico o probablemente del alcolhólico a escondidas. Eso de tratar de implantarla con millones de toneladas de acero y explosivos es el reto que finge el vaquero haberse puesto a sí mismo; ese estúpido vaquero maniatado por su propia estupidez y por las enormes presiones de su entorno con las que mantiene una perfecta sinergia. Lo finge, porque mientras el mundo vacila en si creerle o no, él saquea y va vaciando los excedentes de armamento... Él, que a sí mismo se ve como el dios del país de las barras y las estrellas y en sus compinches a sus ángeles justicieros...

Sólo a un necio puede ocurrírsele introyectar en un país de otra cultura mediametralmente opuesta -sólo a base de fuerza bruta y mentiras- las libertades ¡formales!. Su proceder, en todo caso, está más próximo a la dudosa gesta de Hernán Cortés y demás conquistadores hispánicos, a la del corsario Drake y a la de tantos otros piratas ingleses, que a la de los Libertadores tradicionales. De ningún modo a la titánica de Napoleón que instalaba su tienda en el mismo campo de batalla. La diferencia en este aspecto entre uno y otro, es la misma que hay entre quien triunfa en su idea a la larga y quien fracasa desde el momento que arranca con un disparate dominador y por motivaciones economicistas. Y la misma que hay entre el hombre que se arriesga y el vividor que se abraza a la botella...

No es nada fácil concluir exacta y objetivamente pasados los siglos sobre qué fue "provechoso" y qué un despilfarro cuando se analiza la historia: los Imperios y las aristocracias han aportado a la historia del mundo grandeza y maravillas en el Arte y la ingeniería, las repúblicas pensamiento, las dictaduras paz, los totalitarismos igualdad, las guerras e invasiones profundos cambios. ¿Qué es mejor y para quién? ¿Qué debemos preferir y por qué? Sólo es el momento que vivimos y nuestro ojo en la distancia lo que nos hace decidirnos. Esto es consecuencia de la forma poliédrica de la realidad. Cada cara del poliedro alcanza magnitudes incalculables y, para entendernos y comunicarnos tenemos que simplificar la historia y hacer odiosos reduccionismos relacionándola con el presente. El hecho de que el pensamiento admita varios niveles de actuación y análisis nos puede conducir a tener que admitir que una misma cosa puede ser terriblemente destructiva y al mismo tiempo fructífera. Las claves quizá estarían en calcular cuántos se benefician y cuántos salen sacrificados en una guerra siempre abyecta por definición mientras existan los ejércitos y las armas. El tiempo interviene concluyentemente. Es en esta dimensión en la que sobrevuelan los "señores" nietzscheanos de una moral que nada tiene que ver con la moral de los demás; los demás que somos sus esclavos... Y a esa "moral" pertenecen no sólo todos los políticos. También los altos administradores de cada religión en las que brillan los campeones: la curia vaticana. ¿Cómo, si no, entender miles de cosas ininteligibles a bote pronto hechas por seres humanos como tú y como yo transformados de repente en engendros de otro mundo que ni sienten ni padecen causando la muerte a mansalva con "legalidad" y a otros causándonos terrible sufrimiento moral al saberlo? Pero en el gran necio norteamericano no hay más que serrín, erótica de dominio e intereses financieros. Ni la más mínima preocupación para que la libertad, el escrutinio limpio y la participación ciudadana se expandan por el globo. En el propósito de este pelele no puede haber absolutamente nada positivo, ni para la humanidad ni para la cultura asaltada, ni siquiera a la larga para su propio país por mucho que de momento proporcione unos cuantos barriles Brent para los tanques de gasolina de los de su clase... Por lo tanto, toda esta trágica aventura es un desgarrador despilfarro antropológico histórico. Esta es la cuestión, vista desde mi perspectiva y la de muchos.

Aparte de que democracia no equivale a libertad sino a participación del pueblo en el poder, democracia y libertad serían en último término conceptos suplementarios. Pero no hay que confundir la parte con el todo. El todo es la libertad, la parte, la democracia. Puede existir libertad sin democracia aunque hoy nos parezca raro, pero no democracia sin libertad. Pues la libertad política nunca existe, ni puede existir ilimitada salvo que la responsabilidad individual de todos alcance los niveles de la anarquía que sabemos imposible. La prueba extrema de que la libertad individual y política total es imposible en la sociedad es que en Estados Unidos y China, los dos países más poderosos del planeta, no pueden "subsistir" sin la pena de muerte. Pero lo que Bush y los neocons están cocinando para esa parte del mundo es una democracia dirigida. Porque aunque Estados Unidos presuma de libertad, ya desde los tiempos de Mac Arthur convive con un grave baldón ideológico. Me refiero a ese gravísimo recorte al pensamiento en que consiste la proscripción del socialismo. Un comunista confeso en la metrópoli -lo mismo que un sospechoso de terrorismo-, sería hombre muerto. Este, como enemigo de la paz y aquél como enemigo de las ideas dominantes impuestas por los dominadores. Les da igual la dramática ablación que “padece” en su cerebro un ser humano cuando no "puede" pensar ni actuar según pautas colectivistas. Les da igual que esa libertad condicionada sea la misma que la del hereje que no creía en Dios. En Estados Unidos, a pesar de tanta universidad, el pensamiento general está cuarteado. Está cuarteado a menos que a la lobotomía de los ciudadanos de una democracia la consideremos normal.

De modo que ¿de qué está hablando y tratando toda esa monserga bushiana sobre los regímenes despóticos? ¿Hay algo más despótico y criminal que lo que está haciendo él con su Pentágono a cuestas cada día desde hace cuatro años? ¿Se puede ser mayor depravado al decir que hay que acabar con esos regímenes y al propio tiempo personificar el régimen despótico por antonomasia y una voluntad de poder hitleriana sólo parapetada en armas y dinero? Nadie, hasta él, llegó tan lejos para reducir descaradamente la democracia norteamericana sólo a cáscara y a portada. El equilibrio de poderes en Estados Unidos no existe. Los tres poderes institucionales son, ya, mil veces más ultranacionalistas que demócratas.

Así es que las aventuras de Napoleón, Alejandro, Aníbal o Gengis Khan que Bush aparenta emular, no tengo dudas de que sean fruto del delirium tremens que deja una improbable abstemia aprovechada por la clase financiera. Delirium que, después de cinco años sin dejar de matar y sin haber conseguido ni un atisbo de democracia a la americana en los dos países asiáticos ocupados -ni conseguirá jamás-, prosigue en estos momentos con el bombardeo sistemático y la muerte de decenas de miles de iraquíes en Samarra y aledaños, todo tesoros de arqueología...

Este pisaverde degenerado está aniquilando materialmente y haciendo desaparecer del mapamundi a la cuna de la civilización. Su propósito, además de hacerse dueño de la zona, es llevar allí otra imitación de democracia con occidentales y occidentalizados de importación por las mismas vías y fórmula que emplearon los victoriosos de la segunda gran guerra para levantar, artificiosamente, el actual Estado de Israel en 1948. La cuestión ahora es ¿van a permitir los países más avanzados moral y socialmente del planeta la progresión del loco y su locura por ejemplo tambien en Irán?
richart@telefonica.net

* A todos los artículos alojados por este autor, en Ibérica 2000... (Enlace a numerosos artículos...)

Insertado por: Jaime Richart (30/03/2006)
Fuente/Autor: Jaime Richart
 

          


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