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El Concejo Indigenista Misionario, acusa a la FUNAI.

(2672)

DESDE BRASIL...
Para la entidad, aunque la Funai concluyese que la tierra no es tradicionalmente ocupada, la ley (Estatuto del Indio) dice que la Funai debería encontrar un área en donde este pueblo pueda vivir. Áreas creadas en estas circunstancias son las llamadas Reservas Indígenas. O sea, aunque aquella tierra no fuese de los Krahô, la Funai tendría la obligación de resolver la cuestión porque se trata de una población indígena.

21.10.05 - BRASIL
Entidad acusa a FUNAI
Adital.
Las posturas de la Funai manifestadas en la nota periodística "Indios Krahô-Kanela serán incluidos en la reforma agraria", publicada por la Agencia Brasil, traen una serie de mentiras, demuestran la postura conque esta Fundación ha respondido a la situación de ese pueblo indígena, y muestran la forma discriminatoria y preconceptuosa conque el órgano ha tratado a los Krahô-Kanela. La denuncia parte del Concejo Indigenista Misionario (CIMI).



"Pero lo peor de las mentiras divulgadas por la Funai es la de que los estudios antropológicos no consideraron la tierra Krahô-Kanela, llamada por ese pueblo "Mata Alagada, como tierra tradicional", afirma el CIMI.


Según el Consejo, no es eso lo que dicen los estudios antropológicos y territoriales solicitados por el órgano. Fueron realizados dos estudios sobre esta área: un relevamiento previo y un estudio antropológico completo, realizado por un Grupo Técnico (GT).

Ambos estudios concluyen que el área reivindicada por el grupo étnico posee las características de una tierra tradicionalmente ocupada. La coordinadora del GT, Graziela Rodrigues de Almeida, propone la delimitación de la Tierra Indígena Krahô-Kanela con una superficie de 31.925 hectáreas.

Según lo que determina el Decreto nº 1.775/96 que dispone sobre el procedimiento administrativo de demarcación de tierras indígenas, la fase siguiente es la decisión del presidente del órgano, en 15 días, sobre si aprueba o no, el informe del GT que él mismo constituyó. "Así, al contrario de lo que afirma Michel Blanco, el proceso de demarcación de la Tierra Indígena Krahô-Kanela está parado hace más de un año en los ‘cajones de la burocracia’ de la Funai, sin ninguna decisión jurídico-administrativa de su dirección".

El CIMI declara que hay una decisión política de la dirección de la Funai en mantener a los 306 Krahô-Kanela confinados en una única habitación de 100 m². "Ese confinamiento es una agresión a la salud y a la vida de ese pueblo y debe ser vehemente repudiado. La antropóloga Graziela ya alertó a la dirección de la Funai que ese pueblo tiene una baja tasa de natalidad "por el hecho de que el grupo está destituido de una tierra, siendo obligado a migrar y a sujetarse a pésimas condiciones de vida".

Racismo.
El relator de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre Formas Contemporáneas de Racismo, Discriminación Racial, Xenofobia, Doudou Diène, inició su viaje por Brasil en la Capital Federal el día 17 escuchando denuncias realizadas por representantes y entidades de la sociedad civil que acusaron al gobierno y al Estado brasileños de ser los mayores promotores de discriminación.

Una denuncia fue realizada por el cacique del pueblo Krahô-Kanela, Mariano Ribeiro. Él relató el sufrimiento de 96 personas Krahô-Kanela que hace dos años viven confinadas en una casa de 100 metros cuadrados, en el municipio de Gurupi, Tocantins, donde antes funcionaba el depósito de residuos públicos de la ciudad. Más del 80% viven con una helmintiasis (lombrices) que puede llevar a la muerte. Sin espacio para plantar o tener con que sobrevivir, los Krahô-Kanela reivindican hace más de 20 años 29,3 mil hectáreas de su tierra tradicional, llamada "Mata Alagada".

Después de escuchar a Mariano Ribeiro, Diène afirmó que, así como en Brasil, en otros países por donde ya pasó, los indios son las principales víctimas del preconcepto. La visita continuará por Recife y Pesqueira, donde él conocerá la tierra del pueblo Xukuru. Los primeros resultados del viaje deben ser presentados el día 7 de noviembre ante la ONU.

En respuesta a las denuncias realizadas por el Cimi al relator de la ONU, la Funai citó datos que presentan la caída en los números de la mortalidad infantil en el pueblo Guaraní-Kaiowá, en el estado de Mato Grosso do Sul. "Este año, el índice es de 35,9 muertes por cada mil niños nacidos. Lo que representa una reducción del 51,4% de la mortalidad en el primer año de vida si se lo compara con el año 2004, cuando era de 69,7 por cada mil", afirma el órgano.

La distribución de alimentos y de vitaminas es una medida para resolver los problemas de emergencia de los niños y adultos del pueblo Guaraní.
Mientras tanto, según el CIMI, la Funai no envió ni articuló acciones estructurantes que permitiesen a los indios la posibilidad de volver a producir sus alimentos, pues eso requiere el reconocimiento de sus tierras tradicionales y un arduo trabajo de recuperación ambiental de gran parte de esas tierras, que fueran degradadas por la explotación pecuaria y, recientemente, por el monocultivo de soja.


Traducción: Daniel Barrantes.
barrantes.daniel@gmail.com
* Información extraída integramente de... (Enlace...)

* Toda la información relacionada con Brasil, en Ibérica 2000... (A numerosos enlaces...)

INDIOS “KRAHÔ-KANELA” : LA TRAYECTORIA DE UN HOLOCAUSTO.
Brasilia, 4 de abril de 2005
Por Paulo Couto Teixeira.

cerrados viven un problema serio de devastación ambiental debido a la explotación ilegal de madera y a la expansión de la industria pecuaria y del agronegocio de soja con fines de exportación.

Este proceso acelerado se da en medio de disputas por tierras baldías entre los grandes terratenientes, indios, antiguos posseiros y peones sin tierra, que muchas veces resultan en falsas escrituras de tierras públicas, destrucción y descaracterización de comunidades indígenas y de posseiros, ocupación de latifundios, trabajo esclavo, amenazas de muerte a trabalhadores, funcionários del poder público y militantes de direitos humanos, así como matanzas y asesinatos valiéndose de emboscadas.


Dibujo de Pulika.

Recientemente, el asesinato de la religiosa estadounidense Dorothy Stang, encargado por un consorcio terratenientes del Estado de Pará, molestos por su acción pastoral con los «posseiros» y pequeños agricultores que disputaban tierras que les interesaban a ellos, puso en evidencia el drama de los indios Krahô-Kanela, al divulgarse en los grandes medios de comunicación una lista con los nombres de cerca de 140 personas amenazadas de muerte. Entre ellas estaban los nombres del obispo católico-romano de Cristalândia (TO), Don Heriberto Hermes; del presbítero de la Diócesis Anglicana de Brasilia, Rvdo. Brás Rodrigues da Costa; del cacique Mariano Krahô y de un técnico del Consejo Indigenista Misionero (CIMI), que luchan por los derechos de dicha etnia.


Abandonados y hacinados, en condiciones precarias, en una residencia de la ciudad de Gurupi, en el estado de Tocantins (TO), y reclamando la devolución de las tierras de las que fueron expulsados con violencia en 1977, los Krahô-Kanela viven, desde hace más de ochenta años, un verdadero éxodo marcado por el sufrimiento, la arbitrariedad y la injusticia.

La presente nota busca hacer luz sobre los antecedentes y la actual situación de estos indígenas con el objetivo de auxiliarlos en su lucha por justicia. Para facilitar la comprensión, se optó por la presentación cronológica de los hechos, tal como sigue.

1926
Presionados por hacendados en el estado de Marañón, una rama de los indios Krahôs se fija en tierras que hoy integran el municipio de Itacajá, en el nordeste de Tocantins. Cerca de allí existe, actualmente, una reserva indígena de los indios Krahôs.

1933
Acosados constantemente y en busca de mejores oportunidades, migran a la Sierra del Carmen, en el centro del mismo estado, al Norte de Puerto Nacional.

1949
Expulsados de allí, huyen a la región del Mumbuca, hoy municipio de Cristalândia (TO). En 1940, los indios Krahôs que habían permanecido en el nordeste de Tocantins sufren una masacre histórica organizada por terratenientes, que dejó un saldo de 70 muertos.


1959
Asediados y amenazados por los blancos, llegan a la región del «Atolado», próxima al río Formoso, projimo de Duerê (TO), en las proximidades de la Isla del Bananal, región oeste del estado. Cerca de allí, entre los ríos Formoso y Javaés, se sitúa un área de selva y «cerrados» denominada «Mata Alagada», donde iban a cazar, y poco a poco empezaron a fijarse allí (1963-1965), con sus aldeas, sembrados y cementerio.

En 1972 toda la comunidad se había ya instalado en «Mata Alagada», completando su ciclo migratorio, teniendo incluso en vista la barrera representada por las áreas indígenas previamente establecidas de los Javaés y de los Carajás en la Isla del Bananal y en las márgenes del río Araguaia. En «Mata Alagada» esta rama de los Krahôs vivió en paz y tranquilidad.

1977
En la década de 1970 el gobierno incentivó a los terratenientes, inclusive a los del sur, a ocupar tierras en la Amazonia y en la región del Centro Oeste. El organismo de tierras del antiguo estado de Goiás, tituló la «Mata Alagada» a un grupo de terratenientes del sur, sin tener en cuenta su ocupación por los Krahôs. El título fue registrado en una notaría de Minas Gerais, otro estado brasilero, situado a más de mil kilómetros de distancia. En consecuencia, los «dueños de la tierra» expulsaron de allí a los indios, con violencia, en 1977. Mataron a algunos y otros, amedrentados, salieron del área y se establecieron en los alrededores.

1984
La Fundación Nacional del Indio (FUNAI), organismo federal al que incumbe la tutela de los indios en Brasil, asume trabajos con los Krahôs, abre los primeros procesos sobre la Mata Alagada, intenta negociar una indemnización por parte de los terratenientes, proporciona a los Krahôs alguna ayuda material.

1987
La FUNAI transfiere provisionalmente a los Krahôs a la Isla del Bananal, donde ya estaban los Carajás y los Javaés, mientras les busca una tierra. Recomendó a los Krahôs que escondiesen su identidad étnica y se autodenominasen «Kanela», nombre de otra tribu de Brasil, debido a la tradicional animosidad de los Krahôs con los Carajás y Javaés. Sin embargo, los Krahô-Kanela nunca desistieron de recuperar la «Mata Alagada», iban allí a cazar y pescar, aunque no pasasen a sus antiguas aldeas porque en las sedes de los latifundios había pistoleros determinados a matarlos si los veían aparecer. En esa época la hacienda pertenecía a la cervecería Brahma. También empezaron a surgir animosidades con los Carajás y Javaés, por la manera diferente que tenían los Krahôs de pescar, cultivar, en fin, de trabajar y vivir.

1995
Inicialmente la FUNAI quería expropriar unas áreas de latifundios en la Isla para cedérselas a los Krahôs. Pero debido al empeoramiento de las animosidades entre las etnias, y probablemente porque el largo éxodo introdujo miscegenaciones en el grupo, optó por retirar su tutela sobre los Krahô-Kanela, y, según queja de los propios indios, instigó a los Javaés a expulsar por la fuerza a los Krahô-Kanela del Bananal, dejándolos abandonados en la otra orilla del río Javaés. Según denuncia de los Krahôs, los Javaés se apropiaron de todas sus pertenencias en aquel lugar –cultivos, animales, casas, equipos, alambres– en fin, de todo lo que tenían. En total unas 70 personas quedaron desamparadas. Pasaron allí en la playa 18 días al sereno, sin nada.

1999
En julio, autoridades municipales y del Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (INCRA), transportaron los indios en camiones al asentamiento de Tarumã, ligado a la política de reforma agraria, en Araguacema (TO), a más de 600 Km de distancia. En el área ya estaban instalados cerca de 200 parcelarios del INCRA, y éstos no aceptaron de ninguna manera tener a los indios cerca. Así y todo, los Krahôs fueron puestos allí contra su voluntad, en un área de cascajales, tierra totalmente impropia hasta para las actividades agrícolas más rudimentarias.


Instalaciones en haciendas en la Mata Alagada.

2001
Ante las condiciones de vida y de abandono a las que estaban sometidos, los Krahô-Kanela resolvieron volver de cualquier manera a su tierra, entraron en la hacienda de madrugada y acamparon junto a la sede. El terrateniente buscó y obtuvo una decisión preliminar de reintegración de la posesión y los indios fueron nuevamente expulsados.


En estas circunstancias, fueron colocados provisionalmente en el asentamiento Loroti, del Incra, situado en el municipio Lagoa da Confusão (TO), no lejos de la «Mata Alagada». El trato era que ellos quedarían allí dos años hasta que el gobierno consiguiera un lugar donde pudiesen vivir definitivamente. Nuevamente sufrieron discriminaciones y animosidades por parte de los colonos blancos asentados, sobre todo después que se descubrió que nueve lotes de aquel asentamiento fueron ubicados sobre tierra indígena. Además, los colonos estaban allí porque habían sido transferidos de sus posesiones en la Isla del Bananal para viabilizar la creación de la reserva indígena javaé, contra su voluntad, y por eso muchos manifestaban gran resentimiento contra los indios.

2003
Indignados y exasperados, los parcelarios cercaron y detuvieron a los Krahôs y a algunos funcionarios de la FUNAI, del INCRA y del organismo de tierras de Tocantins (Intertins) durante 34 horas, en la sede de la hacienda. Sin ninguna protesta por parte de la FUNAI, los Krahô-Kanela fueron sumariamente colocados en camiones, prácticamente sólo con lo puesto, de noche, bajo fuerte lluvia –hombres y mujeres, incluidas personas mayores, enfermos y niños– y conducidos a la Casa del Indio de la ciudad de Gurupi, con la promesa de dejarlos allí sólo por cuatro días. Sin embargo, como después la FUNAI no proporcionó ninguna solución, allí se quedaron y allí siguen hasta el día de hoy, hacinados, en condiciones precarias e indignas. Las personas expulsadas fueron 86 en total.

2004
No pudiendo soportar más esta situación, ansiosos y obcecados con volver a su tierra, en junio de 2004 cerca de cien indios Krahô-Kanela entraron en la «Mata Alagada» al amanecer. Después de mucho revuelo, tuvieron que salir de allí por fuerza de una decisión preliminar de reintegración de la posesión. El juez determinó que en 15 días los indios presentasen una tierra para que fuese arrendada por la FUNAI... pero no consiguieron a nadie que quisiera arrendar tierra a indios.


Casa matriz de hacienda en Mata Alagada.

SITUACIÓN ACTUAL
En noviembre de 2004 hubo un nuevo incidente. En el intento de resolver el problema, un procurador federal de Tocantins convocó a líderes e entidades interesadas a una reunión en el área de asentamiento de Loroti, buscando suavizar los ánimos y encontrar una alternativa de solución, buena para los Krahôs y los asentados en aquel proyecto.


Mientras tanto, consta que el Sr. Antonio Mardoni Urzedo, ex vicealcalde de Duerê y dueño de la balsa que posibilita el acceso al asentamiento, así como la Sra. Rejane, presidenta de la asociación de los asentados, se amotinaron e impidieron el encuentro, llevando a la orilla del río a decenas de colonos para impedir la travesía de aquellos que eran contrarios a sus intereses, y amenazaron además de muerte al Obispo de Cristalândia y al padre anglicano de Aliança do Tocantins.

Como hemos dicho anteriormente, Dom Heriberto, el Padre Brás, el Cacique Mariano Krahô y el técnico Martone, están amenazados de muerte y constan en la lista elaborada por la Comisión Pastoral de la Tierra de la Conferencia Nacional de los Obispos Católicos (CNBB), publicada por el periódico «O Estado de São Paulo» tras el asesinato de la hermana Dorothy Stang.

Hasta el momento los indios Krahôs están desocupados en Gurupi, en el mismo lugar de hace dos años, que era para quedarse allí cuatro días. En aquella ocasión la FUNAI encargó un informe antropológico para identificar si la «Mata Alagada» era o no «tierra tradicionalmente indígena» y, en caso de que lo fuera, delimitarla e iniciar un largo procedimiento para devolvérsela a los indios. Ya concluido, nos consta que tal informe no ha sido aceptado, no obstante presentar evidencias seguras de que aquel territorio ha sido habitado anteriormente por los Krahôs, ya que se encontraron allí restos de sus cultivos, de sus aldeas, de sus cementerios. Lo que comprueba la ilegalidad de su expulsión 1977 y su justo derecho a la misma.


Restos de cemintério en Mata Alagada.

La cuestión hoy sigue abierta, pero la situación de los indios en Gurupi no puede sostenerse más. No existe la menor justificación para que las autoridades sigan desatendiendo este asunto y tampoco hay modo de prolongarlo sin desgaste para la FUNAI y para todo el gobierno. Esta situación se está planteando ya en los medios de comunicación y comienzan las presiones por parte de las entidades de Derechos Humanos, inclusive del exterior, lo que puede ocasionar dificultades para el gobierno, si no se encuentra a muy corto plazo una solución que los indios puedan aceptar .

Lo cierto es que, ante la avasalladora difusión del agronegocio de exportación en los mencionados lugares y la lentitud e incluso el desinterés manifestado por el gobierno hasta fecha muy reciente, cada vez se hace más difícil y onerosa una solución para el problema. A propósito, al sur de la «Mata Alagada» se localiza el célebre «Projeto Formoso», una gran área sistematizada para la irrigación en gran escala, donde se produce principalmente arroz (4,7 ton/ha).

Este proyecto fue una aventura del gobernador de Goiás, Ari Valadão, en la década de los 70. Costó una fortuna a las arcas públicas y, después, los terrenos ya preparados fueron cedidos, no se sabe en qué términos, a terratenientes poderosos.

Un proyecto que muchos consideran megalomaníaco y antiecológico, que estaría muy bien si se implantara en un área tipo primer mundo, pero totalmente inapropiado para las características de aquel ambiente ecológico, bien dotado de matas y de vegetación baja. Se dice en la región que todas las áreas vecinas son codiciadas para proyectos de este tipo, cuya preparación implica una deforestación radical, mediante tractor de estera y corriente, y posterior sistematización del área con aplanamiento y construcción de canales. Tal vez por esto, la concesión de una tierra para los Krahôs allí se ha vuelto una empresa tan difícil.
* Información extraída integramente de... (Enlace...)

Sobre el autor:
Paulo Couto Teixeira tem 61 anos, é economista e mora em Brasília. Aposentado do Ministério do Planejamento do Brasi, trabalhou 17 anos no IPEA/MP, onde coordenou programas e projetos especiais de desenvolvimento regional/ articulou grandes projetos regionais e compôs missões de negociação do Governo Federal junto ao Banco Mundial. É “Especialista em Planejamento Econômico e Social”, pela Universidade de Brasília, e sua formação inclui ainda o curso de "Altos Estudos de Política e Estratégia", da Escola Superior de Guerra, no Rio de Janeiro; Planejamento do Setor Público (CENDEC/IPEA) e Projetos Agrícolas (IDE/Banco Mundial). Foi Secretário de Planejamento do Ministério da Cultura e do Ministério da Reforma Agrária, Superintendente de Planejamento do Estado do Mato Grosso do Sul, bem como técnico de projeto e depois assessor de planejamento do INCRA. Foi co-diretor, coordenador e professor em cursos de projetos de desenvolvimento rural integrado no CENDEC/MP e no Banco Mundial (convênio CENDEC-BIRD), em Brasília e em Washington. Atualmente é artista plástico e trabalha como voluntário em ações ligadas a direitos humanos e cidadania. Pertence à comunidade do Mosteiro da Anunciação do Senhor, de Goiás (beneditino, congregação de Subiaco), como consagrado leigo, e é secretário de ação social e direitos humanos da Diocese Anglicana de Brasília. Ligado à Família Dominicana, colabora com a Comissão Dominicana de Justiça e Paz do Brasil.

Insertado por: Amazonía - Ibérica 2000 (24/10/2005)
Fuente/Autor: Agencia Adital.org.br
 

          


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