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Fragmentos de un mapa, en Gaza

(2533)

PALESTINA, ¿HABRÁ PAZ VERDADERA?
"A nosotros nos repugna que algunos pretendan hablar en nombre de todos los judíos; que se quieran apropiar de la Shoah (el Holocausto) transformándose en representantes de nuestras víctimas. Olvidan que nadie tiene el monopolio del judeocidio nazi. No podemos continuar haciendo que los palestinos paguen el precio del Holocausto que ellos no cometieron. Seguridad no significa paz"

Por Pablo Sigismondi.
"Aquí también estamos gobernados por la mafia. Ahora quieren entregar Gaza. Yo tengo amigos que viven allá, que han invertido mucho dinero y esfuerzos.


Imagen extraída de... (Enlace...)

¿A dónde irán a parar?
Todo mejorará cuando seamos gobernados por la Torah. Pero hay que orar. "Esta es una tierra santa que puede ayudarnos y nuestra única hoja de ruta es la Torah", dice Avishay mientras recorremos las sinagogas de Tzafat, un sitio de encuentro de los judíos ortodoxos, los Kanai. Cuando nos despedimos, él me recuerda:
"Acordate que en el colectivo siempre los hombres van sentados adelante y las mujeres atrás".

Cruzar a los territorios ocupados puede ser duro y extenuante. El grupo que viaja en el ómnibus es por demás ecléctico: turistas, médicos, trabajadores de la construcción, comerciantes, madres con sus niños en brazos. Al llegar al ingreso, en el cruce de la frontera, desaparecen los estatus sociales.

Todos quedamos reducidos a un común denominador: esperar las preguntas y las humillaciones.
El soldado habla con el peor tono posible, cerrando las vocales, dificultando la comprensión, con prepotencia.
–¿Eres goim ("no judío")?
–Sí
–¿Tienes cámara de fotos?
–Sí, acá está y la puedes ver –contesto mientras señalo mi bolso–; la puedes revisar.
–No. ¿Tienes rollos? Eso es lo que quiero ver.
–Escucha, puedes ver en mi mochila lo que quieras, no tengo nada que ocultar –le contesto.
–Ok –dice y comienza a inspeccionar cosa por cosa, todo. Luego de quitarme las películas, dice sarcásticamente: "Bienvenido, y que pases un buen día".
–Ah, me olvidaba, dice riéndose, y agrega: ¿Tienes teléfono satelital? Te servirá de protección.

Seguridad; más seguridad, todo es seguridad, todo es por seguridad, todo está afectado por la seguridad: los recipientes contenedores de residuos son enrejados y abiertos; algunos transportes públicos llevan bolsas con carne de cerdo colgadas de los pasamanos "para disuadir a los terroristas suicidas. Si al morir tocan carne de cerdo, no irán al paraíso"; las paradas de colectivos están distanciadas y se evitan siempre las aglomeraciones. En Jerusalén, si uno visita a pie el barrio de los ortodoxos, ni soñar siquiera en mostrar una cámara de fotos para testimoniar lo que se lee en las paredes "la mut arabin" (mate un árabe).

No ocurre lo mismo en el otro bando, donde se colabora para que los extranjeros puedan fotografiar y hacer conocer "su" versión de los hechos. Así, muchos europeos llegan como voluntarios para ayudar a los palestinos.

Francesco, italiano, dice: "La moral de la lucha palestina decae, ya no hay tanta participación, la gente está cansada. Por eso es importante nuestro respaldo. Esta es una lucha muy difícil, casi imposible. Es como la lucha de los indios americanos contra los cowboys en el Lejano Oeste. Aquí cada uno vive su propio infierno".

Un lugar de difícil acceso.
La llamada Franja de Gaza ha sido uno de los lugares de más difícil acceso a los que un viajero puede tener la posibilidad de ingresar.

Gaza integra uno de los dos fragmentos (en realidad tres, como veremos) en que está dividido el futuro Estado palestino. Constituye una lonja de tierra adosada al Mar Mediterráneo, que, a los fines prácticos, puede ser considerada a modo de una gran urbe. ¿Por qué? Cubre 360 kilómetros cuadrados de superficie (poco menos que el departamento Capital de Córdoba) y está habitado por 1.500.000 de habitantes. Así, su densidad de población, que ronda los cuatro mil habitantes por kilómetro cuadrado, es una de las más elevadas del mundo. Esa es la bomba "H" de los palestinos, la bomba humana, con uno de los índices de crecimiento demográfico mayores del planeta. Israel amortigua esa diferencia con la llegada de inmigrantes de la diáspora, los llamados oleja dash. Las condiciones naturales y geográficas de la región son más que limitadas para contener a tanta gente.

"Se dicen muchas mentiras, se confunde el problema. Nos dicen que es una lucha religiosa, de proporciones bíblicas, enfrentando las banderas de Israel y Palestina. Es mentira, esto es una lucha de clases, acá hay una clase explotada y otra explotadora. Los inmigrantes (oleja dash venidos de Sudamérica, los falashas –judíos negros– de África, y los rusos) son los que hacen los peores trabajos. Ellos son la mano de obra barata. Ahora, como nos sobran oleja dash, no necesitamos más a los palestinos. Por eso los podemos tratar como queramos. Acá todo es confuso, ya lo verás. Los palestinos insultan a los judíos a la noche. Pero a la mañana siguiente, bien temprano, se levantan y trabajan mudos para ellos. Lo que un israelí cobra a 400 ó 500 shekels al día, ellos lo aceptan por 120 ó 150. A todos les interesa el dinero, ganar, nada más", dice Pablo, un porteño que vive desde hace años aquí. Y distiende su discurso con desvergüenza y picardía. "Acá en el supermercado podés robar lo que quieras. Te revisarán a la entrada, no a la salida. Nunca jamás".

Mapas e imaginación.
El pendiente Estado palestino estaría integrado por las porciones de Gaza y de Cisjordania, dos partes separadas por más de 30 kilómetros –en línea recta– de espacio israelí y a 70 kilómetros de Jerusalén Oriental, su pretendida capital, o de Ramallah, la capital de facto. Pero falta agregar el muro que se construye actualmente. Con más de 700 kilómetros de longitud, una vez finalizado dividirá a la Cisjordania en dos territorios completamente separados. En resumen, entonces, llegado el día de la independencia, Palestina sería un Estado formado por Tres Islas separadas entre sí y cuyo hinterland y fronteras estarían en su mayor parte limitando con el Estado de Israel. De tal manera, las comunicaciones indispensables entre esas tres islas deberán pasar siempre por territorio israelí. En tales condiciones, cabe preguntarse qué capacidad de tomar decisiones nacionales o internacionales podría ejercer ese Estado. Es decir, en definitiva, qué soberanía tendría su gobierno.

Hagamos entonces un poco de historia, porque justamente los antecedentes de otras situaciones arrojan luz sobre el asunto. Durante el período del apartheid en Sudáfrica, el régimen racista de Pretoria se dedicó a crear "países-isla" dentro de su propio territorio, formados por bantustanes, donde se alojaba a la población negra: Ciskei, Transkei, Bophutaswana. Estos territorios eran considerados "independientes" solamente por la República Sudafricana.

En la antigua Unión Soviética, las monstruosidades de Stalin también comprendían el traslado forzoso de población y la separación de nacionalidades. Así, una parte de Armenia fue aislada en una "isla" dentro del territorio de Azerbaiján, conocida como Nagorno Karabag (en realidad los armenios la denominan Artsaj). Durante el período comunista, Armenia soportó esta mutilación y división territorial. Pero, con la llegada de Mijail Gorbachov al poder y la "perestroika", estalló el conflicto. Una larga guerra –aún no resuelta– ha concluido con la unión de Artsaj al resto de Armenia, lo cual ha puesto fin a dicha "isla".

Sin dudas que se puede considerar como un paso hacia delante la retirada de Gaza. Pero no hay que olvidar que esto solo no resolverá la ecuación de paz entre palestinos e israelíes. La situación del resto de los territorios ocupados, la construcción del muro y, especialmente, el estatus final de Jerusalén darán la última palabra al conflicto. La creación de islas palestinas y la dependencia económica que su población mantiene con Israel sólo llevarán a solidificar más que antes cada una de las identidades. El volcán está alimentado por diferencias sociales, por pobreza, por exclusión y por el aumento de la población. Y, una vez agotado el ciclo de apaciguamiento, el fanatismo lo volverá a hacer estallar.

¿Existe un Estado soberano en el mundo que pueda existir en la actual situación geopolítica que se plantea a los palestinos? No es necesario que el lector viaje hasta la región para comprobarlo. Tome simplemente un mapa de la provincia de Córdoba con su división política. A continuación pinte en el mismo la mitad sur del departamento Capital y los departamentos de Punilla y Calamuchita. Imagine a continuación que usted debe viajar entre esas tres porciones atravesando controles militares, muros de concreto, alambrados eléctricos, montículos de piedra y tierra, bloques de hormigón, fosas y puertas corredizas de metal. Bueno, aproximadamente así sería el Estado palestino que se crearía bajo las actuales condiciones. ¿Alguien cree que podría vivir en un país de esta manera? Una condición indispensable para cualquier Estado es su continuidad territorial. Por eso, la actual relación de fuerzas entre Israel y Palestina dice a las claras que un proyecto así resulta inviable.

Sedientos de sangre.
"Es así, podemos atravesar los controles e ir a trabajar mientras todo está bien. Pero si se produce un ataque suicida, en instantes todo cambiará, se cerrarán los territorios ocupados y se alterará todo", comenta un joven que vive en Jerusalén.

–A mí no me gusta esto, que haya tanta gente armada por todas partes.
–¿Y qué querés, que los terroristas nos maten a todos?
–¿Acaso ustedes pueden entender desde la comodidad lo que nos ocurre cada día? Esta es una tierra muy pequeña, la tenemos que defender, nunca sabemos qué sucederá. Tengo amigos que han muerto cuando los suicidas palestinos se han estallado – replica con fuerza.

Si algo he aprendido al visitar áreas del mundo en conflicto es que en ellas se ha destruido el flujo normal del tiempo: la noción del pasado y del futuro han quedado rotas, sólo interesa el presente, el sobrevivir hoy. El tiempo queda contraído a un punto de absoluta concentración. Entonces nos olvidamos de todo, de distancias y de diferencias, porque quedamos sumergidos en el instinto de sobrevivir hoy. Ese instinto tan elemental del que parecen carecer los suicidas.

Por eso es que la violencia se transforma en un proceso de interacción positiva que acarrea la propia destrucción cuando se ha rebasado el umbral y se ha destruido ese flujo normal del tiempo. Por eso los fanáticos, de cualquier bando, quedan con la mente despejada para cometer cualquier atrocidad en nombre de la patria, la justicia, la libertad. Y si es en nombre de Dios mismo, mayor cantidad de víctimas se permitirán. Mientras los ortodoxos y fundamentalistas sigan basando sus prédicas en lo teológico, no habrá negociación posible. Cuando ellos dicen que "esta es la tierra otorgada por Yahvé o por Allah", ¿Cómo podríamos siquiera contradecir a Dios en persona?

Sin dudas que la solución del conflicto es a largo plazo y vendrá de la propia sociedad civil. Pese a todo lo que pueda achacársele, Israel es el único de los países de la región que tiene un gobierno elegido libremente. Muchos ciudadanos israelíes son objetores de conciencia y se niegan a cumplir con sus obligaciones militares.

La organización Iesh Gvul ("Hay un límite") trabaja por la defensa de los derechos humanos en los territorios ocupados. En su mayoría son jóvenes y militantes de izquierda. "A nosotros nos repugna que algunos pretendan hablar en nombre de todos los judíos; que se quieran apropiar de la Shoah (el Holocausto) transformándose en representantes de nuestras víctimas. Olvidan que nadie tiene el monopolio del judeocidio nazi. No podemos continuar haciendo que los palestinos paguen el precio del Holocausto que ellos no cometieron. Seguridad no significa paz".

FORO SOCIAL CORDOBA.
ARGENTINA

Información relacionada:
* Preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra (Enlace...)
* Tribunal Mundial sobre crímenes de guerra, y contra la humanidad en Iraq.
* Minas Antipersonales... ¿solidaridad o hipocresía?
* Información sobre muchos conflictos olvidados... (A muchos artículos...)

Insertado por: pamelaamaya (22/08/2005)
Fuente/Autor: kuyenmay@gmail.com
 

          


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* GAZA Y EL VALOR DE RESISTIR.
Por ÁNGEL GUERRA CABRERA - ALTERCOM.
Las implicaciones de la evacuación unilateral de los colonos y las tropas israelíes de la franja de Gaza distan mucho del melodrama hollywoodesco montado por los pulpos mediáticos. Estos, tan conmovidos por el desalojo de los asentamientos judíos ilegales, silencian o minimizan los crímenes de guerra perpetrados cotidianamente por el ejército de Tel Aviv contra la población civil en los territorios palestinos ocupados. Comparemos, por ejemplo, la escenografía con que nos bombardearon machaconamente sobre la evacuación de los colonos con el espacio que otorgan a la construcción del Muro del Apartheid y las constantes protestas de los palestinos y las brigadas internacionalistas contra esta acción. El muro, cuya edificación ha sido declarada ilegal por el Tribunal Internacional de La Haya y por la ONU, se interna en Cisjordania e impide el acceso de miles de campesinos palestinos a sus tierra de labor y fuentes de agua, que ahora quedan en manos de Israel. Su impacto en la ya exangüe economía palestina será desastroso.
Para entender cualquier paso dado por Tel Aviv es indispensable partir de algunos hechos. Desde su misma fundación, Israel se basa en una ideología teocrática, racista y colonialista que lo llevó a desplazar por la fuerza a gran parte de la población palestina de sus tierras de origen y a una continua política de guerra y expansión. En la entidad sionista, que ocupa el ochenta por ciento de la Palestina histórica, tiene un gran peso político una corriente ideológica ultra, aspirante a una nueva anexión territorial que le devuelva el espacio al que cree tener derecho según una interpretación alucinada del Viejo Testamento. Esta conlleva la expulsión de los palestinos incluso de los territorios ocupados en 1967. Israel, además, es el aliado estratégico de Estados Unidos en el Medio Oriente y pieza clave de sus planes de dominio de la región, por lo que recibe de aquel cantidades astronómicas de ayuda económica y militar. Puede haber eventualmente diferencias secundarias entre Washington y Tel Aviv, pero en lo esencial siempre existirá coincidencia. Esto repercute directamente en cualquier avance hacia la paz en Palestina, que la política de la Casa Blanca subordina a los intereses del Estado hebreo.
Entonces, ¿cómo leer la evacuación de Gaza? Aunque no sea su única causa, la evacuación encaja en la necesidad apremiante de Bush II de mejorar su deteriorada imagen ante la opinión árabe e islámica presentándose como promotor de este paso a “favor de la paz” para aliviar su desesperada situación en Irak. También, de proyectar al mundo la noción de que Ariel Sharon abre una perspectiva de solución negociada a la ocupación de Palestina. Según esto, Israel sería llevado a una posición de liderazgo en el área con la complicidad de los regímenes árabes títeres.
Gaza constituye sólo una ínfima parte de la Palestina histórica y aún de los territorios ocupados por Israel en 1967. La evacuación no significa el fin de la ocupación, toda vez que Tel Aviv conservará el control de las fronteras, el mar, el espacio aéreo y sectores claves de la economía como electricidad y telecomunicaciones. Nada ni nadie puede entrar o salir de la franja sin autorización de Israel, como también ocurre en Cisjordania. Por otra parte, el Estado hebreo refuerza con el muro los asentamientos ilegales, que ya cuentan con 230 000 colonos. Baste decir que se han establecido más colonos en Cisjordania este año que todos los recientemente evacuados de Gaza y de dos asentamientos de Cisjordania. Sharon ha afirmado que no existe ninguna intención de retirarse de Cisjordania ni de Jerusalén este. Llegó a proclamar que los colonos permanecerán allí «por toda la eternidad». Bush, por su parte, ha dado a entender que no sería «realista» esperar el desalojo de todos los colonos. Este cuadro aleja cualquier solución verdadera de paz no obstante el doble discurso de Washington.
Pero hay otro ángulo a considerar sobre la retirada de Gaza. Y es que no habría sido posible sin la desigual y persistente resistencia palestina, armada y de masas, contra un enemigo dotado de los medios de combate más modernos.
Lo mismo es válido para el pequeño moviendo pacifista de Israel.
La resistencia es lo único que puede doblegar a Tel Aviv. Aunque sea un movimiento táctico de Sharon y Bush, ellos no habrían hecho ni siquiera esta pequeña concesión de no existir la tenaz rebeldía palestina.
www.altercom.org
Date: Thu, 1 Sep 2005 03:12:38 +0200 (CEST)
Nombre: Altercom  (01/09/2005) E-mail: redaccion@altercom.org
 

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