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y que se postula como modelo de progreso, progresía, objetividad y estilo presenta cada día una panoplia de signos que revelan su verdadera cara. Delatan lo que en el fondo quizá no quisiera ser pero no puede evitarlo por efecto indirecto de la devastadora globalización anglosajona, de sus agencias y de las imposiciones de ésta sobre todos los mercados de noticias del planeta...

Hoy, por ejemplo, recojo los siguientes titulares para menguados y para los que están deseando que todos digamos: aquí no ha pasado nada...

En la Sección de “Internacional”:

A) “Los iraquíes aprenden técnicas electorales”
Nos presenta la agencia el asunto como un voluntarioso y meritorio esfuerzo de los bárbaros yanquis después de sus masacres...

Obviando por innecesarios los detalles, mi lectura de la noticia es la que sigue:

Los que han ocupado e invadido un país destrozado por ellos mismos intentan, ahora mediante esta tortura psicológica y masiva, insuflarle un modelo sociopolítico —la democracia, además falsificada— incompatible con su cultura global. Sólo los llevados allí desde fuera (gran parte de ellos residían en Estados Unidos, como los judíos que fueron a Israel en el año 1956), es decir, los colaboracionistas, gestionarán las cosas a gusto de los invasores...

En cualquier caso, cuando se dice que les están enseñando “las técnicas electorales” no se puede pensar sino que les están enseñando la trampa antes de enseñarles la ley. Pues si hay alguien experto en la transguesión gravísima de las leyes internacionales sobre la guerra, son precisamente ellos, los que ahora alardean de maestros.

B) “Otro error de las tropas estadounidenses causa cinco muertes al sur de Bagadag”

La noticia se explica por sí sola.

Mi lectura es:

...Como si, aparte del “error” pánico que es la invasión del país en sí misma, no estuviese desde el primer día plagada la ocupación de “errores fatales” y criminales. Desde el asesinato a sangre fría de José Couso, hasta los alevosos de centenares de miles de civiles que no cesan.

Sin embargo ahora, un día sí y otro también, desde sus agencias nos llega la noticia (sin duda por orden de la superioridad) de un atento mea culpa por el “error” del día al matar civiles y niños. ¿Pensarán estos perros sarnosos que van a maquillar así, con estas delicadezas la monstruosa faz del invasor? Allí no hay errores. Allí sólo late un crimen continuado sobre una población que ha sido diezmada a conciencia aunque no sé cuándo conoceremos las cifras... Piden perdón por los “errores”. Es como si después de haberle cortado la cabeza a alguien, el verdugo se disculpara por haberle arrancado un mechón de pelo...

En la Sección de “Nacional”:

“Críticas al obispo de San Sebastián”
Desde el principio de la “movida Ibarretxe”, el periódico viene dando toda la cancha posible a la contra del Plan. E incluso acaba de reforzar su patente rechazo publicando con todo lujo de titulares las invectivas de la Conferencia Episcopal al, para ellos, tan ominoso Proyecto.

El número del periódico de hoy, mientras que fija la posición y el discurso del obispo donostiarra en un par de frases entrecomilladas, dedica a cambio una página entera a los ataques de todos los que abuchean y emporquecen no sólo el proyecto de la Cámara Vasca, sino a sí mismos por su falta de moderación, de liberalidad y del más elemental sentido democrático bajo ambiguos paraguas constitucionalistas. Eso teniendo en cuenta que el dichoso Plan no espera pasar más de mera consulta que hace mucho que cualquier gobierno medianamente inteligente hubiera debido propiciar para intentar paliar el goteo de crímenes durante decenios...

Es decir, frente a quien ha pedido diplomática y “religiosamente” neutralidad a la Conferencia a que él también pertenece, el periódico de cuyo nombre no quiero acordarme pone un completo servicio de megafonía al alcance de un ejército de acusadores y de bronquistas para acallar al obispo y al Plan...

¡Qué falta obscena de ecuanimidad! Que en el centro de la península no haya ni un solo rotativo que sepa cumplir con las sagradas reglas del equilibrio informativo y el respeto ostensible a la pluralidad, sitúa al país en un lamentable nivel democrático y en una atmósfera permanentemente intoxicada por toda esta calaña furibundamente pronorteamericana y procentralista... ¡Qué repulsión!

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