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Pollos y puestas, de Aguiluchos cenizos

(1994)

CRÍAS EN CENTROS DE RECUPERACIÓN.
La Organización conservacionista AMUS abría en el año 95, todo un alegato de frenética actividad focalizada en un primer momento en minimizar, de alguna manera, los efectos directos y colaterales de la recolección mecanizada del cereal sobre los contingentes poblacionales de estas rapaces, tan aferradas a un paisaje de la España agraria.

UNA ESTRATEGIA DE INTERVENCIÓN, UNA LINEA PERMANENTEMENTE ABIERTA A LA CONSERVACIÓN: EL AGUILUCHO CENIZO COMO RETO EN LA PRESERVACIÓN DE UNA ESPECIE.

PROTOCOLOS METODOLÓGICOS EN LA ASISTENCIA Y CRIANZA DE POLLOS Y PUESTAS DE AGUILUCHOS CENIZOS CRIADOS EN EL CENTRO DE RECUPERACIÓN DE AMUS.

En la conservación de una especie, sin lugar a dudas entran en juego un tropel de factores sumamente diversos, de los cuales no pocos de ellos, son a veces imposibles de prever y a veces los objetivos son igualmente necesarios de reconducir o al menos de replantear en el tiempo.

Así pues, en este auto análisis, se describe un proyecto cuya estructura la ido componiendo secuenciadamente la problemática de una especie ibérica con un factor de riesgo como ninguna otra.

Hoy a pesar de lo que se pudiera llegar a decir en seminarios o en otros foros especializados, sinceramente se continúa sin saber realmente como influyen en el tiempo todas estas interferencias antrópicas vinculadas a la siega del cereal sobre los núcleos reproductores.

Y esta información no la genera los resultados de una campaña que está claramente incardinada en los ciclos fenológicos de las aves y de las propias variedades vegetativas empleadas así como la variante climatológica de ese año.

Tanto es que se anunció inexcusable bucear históricamente sobre la distribución, hábitat y amenazas del género circus en España y más concretamente sobre la situación pasada del Aguilucho cenizo, de su relación con el campesino y de su posible adaptación a unas épocas mutables hablando en términos de avances tecnológicos y agrarios .

En este crisol como escenario, la Organización conservacionista AMUS abría en el año 95 todo un alegato de frenética actividad focalizada en un primer momento en minimizar, de alguna manera, los efectos directos y colaterales de la recolección mecanizada del cereal sobre los contingentes poblacionales de estas rapaces tan aferradas a un paisaje de la España agraria.

Nuestros esfuerzos discurrían en un manejo forzado de las puestas y polladas ante el paso de las máquinas en una especie que se nos anunciaba singularmente susceptible y con una autosuficiencia inexistente.

Entonces, nuestros primeros objetivos nos arrojaron a la necesidad de un buen plan censal, de control y salvamento estandarizado, es decir debíamos con unos mismos protocolos recoger una información precisa relacionada entre otras con la productividad, mortalidad, tamaño de puesta, sustrato de ubicación del nido, manejo... conocer en definitiva el estado y tamaño de las poblaciones así como sus índices o variables demográficas en al menos cinco años, que menos que desvelar en el tiempo la incidencia real del problema o problemas objeto de paliar.

En este proyecto coparticiparon diferentes ONGs, consejerías de diversas comunidades autónomas, Fundaciones, expertos independientes y vinculados a distintas líneas de investigación en universidades españolas y europeas y el Ministerio de Medio Ambiente.

Campañas rebosantes de ilusión y compromiso en las que se ha conseguido implicar al sector de agricultores, cosecheros, pastores... como en ningún otro programa de conservación, sin embargo, inmersos en un reto que requería de enormes sacrificios y que además se nos presentaba con una durísima realidad... la de parchear después de meses de trabajo con unas medidas de protección nidos con escasísimas posibilidades de éxito..

Nidos que muchos de ellos acababan siendo víctimas del variado abanico de fatales oportunistas que aparecerían, entre estos por supuesto el hombre.

Así, ante la ausencia de medidas mucho más eficaces que hoy ya existen ( retraso de siega, creación de reservas en colonias buenas, ampliación de los rodales a media hectárea, cercados metálicos y/o eléctricos...) siguen siendo iniciativas que aunque aplaudamos adolecen de ser tímidas, escasas y en algunos casos mal planteadas, aún a sabiendas que la problemática del género y de las comunidades avifaunísticas de las llanuras cultivadas de cereal y de las estepas es otra mucho más compleja.

El tiempo y unas situaciones que nos exigieron unas determinadas cosas quizás nos condujeron ha especializarnos más en las labores de campo y en la asistencia clínica, de crianza y pediatría, de reintroducción y de reproducción en cautividad de esta especie. En este campo pretendemos centrarnos durante las siguientes frases por que igualmente pensamos que explicitan una apuesta inmediata y que los resultados en el tiempo la han aprobado como acertada.

Comenzamos atendiendo a nuestros primeros pollos de Aguiluchos cenizos (no había soluciones para puestas, ni pollitos de pocos días de vida que quedaban al abrigo de un pequeño rodal de cereal) de manera más o menos organizada en el año 95, fue entonces cuando empezó a cobrar forma la idea de disponer de un lugar físico y con medios, aunque al principio básicos, en el que se pudieran ofrecer todas las atenciones pediátricas requeridas por tan jovencísimos pacientes, aquí se fraguan las zapatas del Centro para lo que se contó desde entonces hasta ahora con el apoyo de la Dirección General de Medio Ambiente de la Junta de Extremadura y el Ayuntamiento de Villafranca de los Barros.

El tiempo y los errores así como la búsqueda incesante de otras experiencias similares con la especie o al menos con el género desarrolladas en España, en Francia, en Escocia... nos hicieron dar sino un volantazo sí algún giro en la dirección de nuestro proyecto.

Sabíamos que el comportamiento social, la impronta migratoria y la particular naturaleza estresable de la especie iban a ser dificultades añadidas.

Nuestro objetivo discurría en ofrecer un ambiente en extremo diverso en estímulos, un escenario que reprodujera los mismos acontecimientos que ellos hubieran tenido con sus padres naturales en el medio.

Percibiendo, absolutamente todo los sonidos de sus originales zonas de nacimiento con el nada sencillo objetivo de conseguir un desarrollo músculo-esquelético y psíquico que les permitieran una inserción plena en la vida silvestre... y todo en una precisa secuenciación fenológica... idéntica a la que tendrían en el medio (tipología y presentación del alimento, temperatura y humedad según la edad, comienzo de las relaciones interespecíficas, inicio de la bipedestación, del desgarro autónomo de la presa, de los primeros vuelos, de la caza, de las relaciones con otros jóvenes que no sean hermanos, con adultos, en el inicio de la rivalidad, de la huida, de la sensación de peligro...)

Arrancamos criando con el apoyo de marionetas que hacían las veces de fijadores de un patrón físico de los pollos aunque con el paso de distintas campañas constatamos la nula o escasa impregnación hacia nosotros de los pollos, aunque la mansedumbre o la socialización era más notable como comprobaríamos en años posteriores comparándola con la de otros pollos salvajes.

El paulatino ingreso de ejemplares con lesiones traumáticas y la irreversibilidad quirúrgica de algunos contribuyó a vernos con un dispositivo de animales en principio inservibles; hoy como después contaremos son la base y la justificación de gran parte del programa de adopción y cría en cautividad.

Parejo a esta carrera de obstáculos o al menos de dificultades relacionadas sobre todo con los protocolos de nutrición, incubación y alojamiento, ya que esta especie es altamente exigente y vulnerable por su propia biología y anatomía fisiológica (los primeros cuatro días de vida son extremadamente delicados en los que el manejo, la temperatura, la alimentación debe obedecer a unos protocolos muy rigurosos tanto en la presentación como en el suplemento de vitaminas, minerales y aminoácidos) son igualmente rapaces que permanecen muchas horas volando, con baja carga alar, que presentan gran vulnerabilidad en el epitelio plantar simplemente por no poseer un buen sustrato, posaderos adecuados o deficiente alimentación... y además sus primarias, articulación carpiana y rectrices son más que delicadas ante la fricción incluso con redes de nylon).

Fuimos simultáneamente componiendo lo que es actualmente el stock de reproductores para el programa de cría en cautividad. Para estos ejemplares se diseñó un alojamiento por tríos o en colonias laxas.

En instalaciones en las que se han cuidado hasta los últimos detalles (refugios con vegetación natural o con pequeños majanos de piedras, distribución y altura de perchas pensada por pautas jerárquicas y relacionadas con la lívido en los machos, siempre con césped artificial, dimensiones, piscinas y bebederos con pequeñas playas de arcilla de acceso a las mismas, cazaderos con posibilidades de que las presas se escondan, sustrato con cereal, superficies de arena cribada para la desparasitación a través de los baños ...).

Después de ir formando el dispositivo de cría los primeros resultados de reproducción con cópula natural los hemos tenido este año. Con algunos contratiempos fuimos superando estas barreras y hoy desarrollamos una depurada estrategia que pensamos que se aproxima bastante a la sucesión de hechos que se darían en cualquier colonia salvaje.

Pero lo realmente significativo es que se ha conseguido el que este centro disponga de una serie de animales irrecuperables (con anquilosis articulares, contracturas musculares asociadas a problemas de funcionalidad de miembros, amputaciones a distinta altura del miembro torácico...) que hacen las veces de padres adoptivos o de madres guías.

Es decir, existen por ejemplo hembras que entran en celo, llegan a poner puestas no fecundadas por que por ejemplo no son fértiles o no han aceptado o no han tenido macho con condiciones físicas de emprender cópula pero sin embargo previa retirada de sus propios huevos se les coloca otros fecundados o artificiales con pollitos de horas de vida en su interior y los atienden y crían como si fueran su propia descendencia.

De esta manera se les está dando una salida perfecta a un sinfín de pollos o puestas que deben ser retiradas en el medio por la siega y que antes se dejaban a su suerte.

Así, se establece un vínculo paternofilial que es toda una réplica a la que tendrían en la Naturaleza.

Es obvio el rol protagonista y la contribución de estos ejemplares que en principio eran de poca utilidad y que pueden llegar a ser el sostén de un programa de adopción en una especie con una casuística en términos de amenaza tan parcelada, tan definida como la del Aguilucho cenizo.

Del mismo modo, en las instalaciones al aire libre de crianza campestre en las que se van agrupando a los pollos por edades a partir de los 15 días en parques elaborados con paja, también se escenifica un importante trasvase de información con los distintos lotes de pollos que son cebados también por hembras indistintas e incluso por machos sanos e irrecuperables..

Además la ubicación del mismo, próximo a colonias salvajes, permiten a estos jóvenes entrar en contacto visual con otros ejemplares salvajes (coespecíficos o no) que pasan por la instalación hacia sus àreas de campeo o cazaderos. No es esto una buena salida para innumerables pollos que de lo contrario morirían en el campo de insolación, predación o expolio.?

Igualmente se han abierto distintas líneas de investigación con la colaboración de numerosos Centros de investigación, Universidades y laboratorios en un intento de profundizar más en aspectos genéticos, parasitológicos, microbiológicos, hematológicos, bioquímicos, toxicológicos, anatomopatológicos, biométricos... que nos permitan tener una visión más global y formada en beneficio de la especie.

Contacto directo con los autores:
Guerrero Mayo, Álvaro.
Pinilla Torres, Antonio.

AMUS (Acción por el Mundo Salvaje)
amus100@hotmail.com
Teléfonos: Oficinas. 924 520 428.
Centro de Recuperación: 924 124 051.
Apdo. 6. 06220 Vca de los Barros. Extremadura. España.

* El Centro de Amus, es colaborador de la Dirección General de Medio Ambiente, para la recuperación de fauna protegida y cría en cautividad del Aguilucho cenizo.

Más información relacionada, en Ibérica 2000:
* VIII reunión del Grupo Ibérico de Aguiluchos... (Enlaces...)
* El Aguilucho cenizo, en el Prat de Cabanes...
* Supervivencia o muerte en los campos de cereal...
* Adaptación al medio, de jóvenes de Aguilucho cenizo...
* Rehabilitación y liberación del Aguilucho cenizo...
* El Aguilucho lagunero occidental...

Organizaciones que también trabajan con esta especie, en Extremadura:
* ADENEX. Asociación para la Defensa de la Naturaleza. En Badajoz.... (Enlace...)

Insertado por: elenafernandez (03/12/2004)
Fuente/Autor: AMUS (Acción por el Mundo Salvaje)
 

          


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Comentarios

Tengo una hembra que puso un huevo hace dos años y hace 3 días ha puesto otro. No hemos observado cópulas y no le hace caso al huevo. Me gustaría charlar con vosotros a ver que me podéis aconsejar.
Nombre: Roberto Milara  (30/05/2006) E-mail: rmilara@aytoburgos.es
 

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