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Por qué estoy a favor de la Constitución Europea

(1975)

UN MAL MENOR
Ya sé que muchos asiduos de estas páginas, en cuanto vean el titular, sin seguir leyendo, se van a lanzar metafóricamente a mi yugular o a ponerme una mordaza hasta cerciorarse de que han terminado con mi vida intelectiva, al menos en este, por lo que veo, tan espinoso asunto.

Eso es lo que tiene no ser un político profesional ni querer serlo. Eso es lo que tiene no ser un demagogo; que a menudo las reflexiones o comentarios son impopulares. Y en algunos casos perseguibles de oficio... Pensar –intentarlo- por cuenta propia, ordenar nuestras ideas y poder lanzarlas hoy día en la botella de Internet al mar de la Red por si pueden ser provechosas para alguien, es una oportunidad que hasta ayer le ha sido negado al género humano. Muchos literatos, filósofos, pensadores, escritores y periodistas han puesto su vida en peligro simplemente por posicionarse frente al poder. Hoy raro es el que corre ese riesgo. Por eso creo que nosotros, casi marginales en la vida pública, hemos de esforzarnos en suplir su falta de valentía en la medida de lo posible. Puesto que, por mucho que vociferemos, hemos de padecer un sistema que detestamos, seamos astutos aprovechando, como en las artes marciales, la fuerza del contrario. Ya vendrán oportunidades...

Hace unos días uno de mis artículos a propósito del mismo tema, la empezaba con una abstracción: “la inmensa mayoría de los humanos carece (carecemos) de inteligencia propiamente dicha (creativa): parasitamos de la ajena y-o charlataneamos”. No creí que fuese necesario aclarar una obviedad. Desde la toma de Constatinopla, el Descubrimiento del Nuevo Mundo o la vuelta al mundo, la Carta Magna, la toma de la Bastilla, el asalto al palacio de Invierno o de la Moneda, la Constitución de Virginia hasta el avión y la lavadora, todo, es cosa de uno y todo lo más de unos cuantos. El resto de la humanidad “vive” (vivimos) de las rentas del ingenio de otro u otros. Porque no creo que quede alguien que piense en serio que liarse a mamporros en los Congresos políticos o en la televisión o en Internet o a hacer periodismo partidista o dedicarse a captar cuentas corrientes por ahí o creer que convencemos a jueces de la inocencia de nuestro cliente... sean acciones “propiamente inteligentes”, entendida la inteligencia en una inspiración creadora y creativa, sobre todo cuando cumple una función social... Por otro lado, las cosas, sobre todo las grandes cosas, con mucha frecuencia tardan mucho tiempo, a veces siglos, en hacerse: una catedral, la Capilla Sixtina, la Biblioteca de Alejandría, la estabilidad sociopolítica de un país... Y apenas bastan unas horas para destruirse para siempre. Los talibanes destruyeron en dos días estatuas que tenían 2.000 años. La inteligencia creativa y la destructiva, pues, no tienen, creo yo, la misma naturaleza química. ¿Vivimos de la inteligencia de unos pocos? Sigo creyendo que sí...

Con las ideas puestas en marcha en la política pasa otro tanto. La invasión de Irak, la política contraterrorista, la guerra como solución o la lucha de civilizaciones fueron ideas puestas en marcha mucho tiempo atrás por ensayistas mediáticos, sabiendo que tarde o temprano fructificarían habida cuenta su atractivo. La necesidad de petróleo y principalmente el de Oriente Medio donde ya había una franca hegemonía anglosajona, había sido incluso señalada por la Dama de Hierro, Margaret Thacher en los años 70 u 80. Una idea de unos cuantos, materializada entre otros cuantos, ha convertido el mundo del siglo XXI en un polvorín a punto de estallar...

Con la idea de Europa Unida en el terreno político sucede lo mismo. España es un país genuinamente inmovilista. Lo lleva en sus genes media población dedicada a retener lo que quizá sus antepasados arramplaron quién sabe si con gran derramamiento de sangre... La otra mitad, la que se considera “progresista”, intenta dar pasos adelante siempre con timidez para no provocar excesiva iracundia en los otros. La Constitución española es prácticamente un texto “cerrado”, los avances descentralizadores no se producen, ni se producirán, porque cualquier gobernante prudente no estaría dispuesto a arriesgar una grave desestabilización por ese motivo. De modo que las fuerzas centrífugas de los nacionalismos periféricos están condenadas al fracaso.

Europa, liderada en esto de la Constitución Europea que propone, por una Francia con más de dos siglos de experiencia democrática, inventora de la idea de libertad exportada a Estados Unidos, pero también de la de igualdad que la Asamblea constituyente de Virginia no pensó ni por un momento recoger, no pretende abusar de país alguno y menos de un país tan efervescente como éste, y aún menos de los pueblos que lo integran. Ya que no se plantea siquiera la idea de una República Federal, éste es el mal menor.

Las aspiraciones de los pueblos de España no van a ninguna parte si no se canalizan a través de la articulación europeísta o se resuelven en una revolución social. Una vez aprobada la Constitución Europea, ya estarán establecidas las bases para pasar a la acción reivindicativa. Ya podremos contar con Organismos, además de Estrasburgo, para dirigir protestas, hacer reclamaciones y proponer enmiendas. Mientras tanto, si la constitución se retrasa mucho corre el peligro de malograrse la idea. Sobre todo cuando sabemos que la Estados Unidos de Bush, los neocons y los neofascistas de allí, europeos y españoles –a pesar de votarla- están subrepticiamente empeñados en que la idea no cuaje. Una Europa Unida sería un tremendo palo entre la rueda para lo que la Administración actual estadounidense tiene reservado a Asia y al mundo que no se le someta. Esto, creo, es una cuestión de amplitud de miras. Simplemente.

Estas son las razones que, equivocado o no, tengo para creer que es importante e interesante aprobar la Constitución que dentro de poco se va a someter a la voluntad de los europeos.

Insertado por: Jaime Richart (26/11/2004)
Fuente/Autor: Jaime Richart
 

          


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Comentarios

Hola, soy el coordinador de un pequeño grupo politico democratico, he leido su articulo pero no entiendo muy bien porque esta a favor de la constitucion europea
Nombre: OSP  (29/12/2004) E-mail: ayudasocial@yahoo.es
 

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