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Cercle Obert de Benicalap denuncia a las autoridades valencianas ante la Fiscalía Anticorrupción

(1943)

EL CIUDADANO TIENE EL DEBER DE CONTROLAR A SUS REPRESENTANTES DÍA A DÍA
Cercle Obert de Benicalap solicita la intervención urgente de la Fiscalía Anticorrupción para que investigue las conexiones que mantienen los políticos valencianos con ciertos grupos inmobiliarios

COMUNICADO DE PRENSA / 13 de noviembre de 2004.

Cercle Obert de Benicalap solicita la intervención de la Fiscalía Anticorrupción para que investigue las conexiones que mantienen los políticos valencianos con ciertos grupos inmobiliarios

Cercle Obert presentará el lunes, día 15 de noviembre, una petición oficial a la Fiscalía Anticorrupción, para que inicie una investigación rigurosa y urgente, en aras a determinar y evaluar las conexiones e implicaciones que puedan mantener los políticos valencianos, con ciertas empresas y grupos inmobiliarios.

Para la entidad cívica y cultural, existen demasiados e indudables indicios que evidencian que las autoridades valencianas -tanto locales, autonómicas y provinciales-, tienen demasiadas "obsesiones" preocupantes con el sector urbanístico, dado que conceden total y exclusiva prioridad a temas inmobiliarios, mientras la ciudad y la comunidad valenciana se desangra y se desatiende...

El incremento de la pobreza, el aumento vertiginoso de indigentes y transeúntes... la degradación permanente de barrios enteros, la falta de políticas preventivas en áreas de salud mental, la carencia de una integral red de equipamientos educativos, la consolidación de la precariedad laboral, la visible inseguridad a que estamos sometidos todos... son hechos conflictivos que no son abordados ni atendidos por los actuales gestores y responsables políticos de la Comunidad Valenciana.

Cercle Obert de Benicalap quiere invitar a las autoridades locales, autonómicas y provinciales, para que dejen de trabajar a favor de ciertos elitistas grupos inmobiliarios, activando ya un Plan de Choque urgente que ayude a paliar y resolver las numerosas situaciones de exclusión social, violencia e inseguridad que sufren numerosos colectivos sociales en nuestra Comunidad.

Igualmente, la entidad cívica y cultural de Benicalap, solicita a los representantes políticos valencianos que dejen de "obsesionarse" y "preocuparse" con temas ajenos a la realidad diaria y aprendan a escuchar, ver y conocer las demandas y peticiones ciudadanas.

La activación de programas destinados a canalizar y promover los Derechos cívicos y la participación activa en los asuntos locales, debe ser una prioridad esencial de la actual alcaldesa de Valencia y del presidente de la Generalitat, pues los barrios periféricos seguimos sufriendo el abandono, la desidia y el desprecio de nuestros supuestos "representantes".

Urge que las instituciones públicas, procedan a pisar tierra y abandonen sus obsesiones morbosas por emular a los faraones y jugar a los barquitos.

Por ello, Cercle Obert de Benicalap, solicita la intervención urgente de la Fiscalía Anticorrupción y de todos los organismos internacionales competentes, para así esclarecer y determinar las conexiones y vínculos que mantienen nuestros gestores con determinados grupos empresariales.

Detener el expolio que padecemos en nuestro entorno inmediato, en nuestros barrios, en nuestro patrimonio natural... es una necesidad urgente. Igualmente, estimamos prioritario la adopción de políticas sociales, educativas y participativas que permitan la implicación social de todas las personas y colectivos que intentamos vivir y crear una ciudad con alma, con sentimientos... Queremos seguir viviendo en una ciudad viva, en una ciudad que pueda ser parte de nuestro cuerpo, que pueda soñar con nuestros ojos...

Apoyar o diseñar grandes proyectos "intergalácticos", carece de sentido mientras no se atiendan y resuelvan las justas demandas y legítimas peticiones que numerosos colectivos ciudadanos y muchas personas anónimas reclamamos con argumentos racionales y lógicos.

Las personas somos siempre mucho más importantes que las obsesiones enfermizas que tienen algunos gestores públicos, políticos que viven siempre de espaldas a los ciudadanos, lejos de la tierra y de nuestra Valencia, de la Valencia real, esa que nada tiene que ver con la propaganda y las mentiras oficiales.

Exigir y depurar responsabilidades judiciales a todos aquellos que han generado y contribuido a que la ciudad de Valencia y toda la Comunidad Valenciana, tenga una de las mayores e "injustificadas" deudas públicas de toda España, es un deber ineludible y urgente que deben acometer y realizar con rigor nuestras autoridades judiciales.

Esa deuda no ha servido ni sirve para beneficiar y lograr el bienestar de los ciudadanos. Los problemas y los conflictos emergen con mayor virulencia, gracias a que las autoridades públicas han renunciado a canalizar y atender las demandas y peticiones cívicas.

Esperamos que los organismos competentes procedan, con esmero y ecuanimidad, a iniciar todo tipo de investigaciones y procesos judiciales, en aras a que los culpables intelectuales y materiales del visible desastre financiero, cultural, ambiental, urbanístico, económico... paguen por tanta irresponsabilidad y falta de respeto que sufrimos, diariamente, todos los ciudadanos y personas que habitamos en la Comunidad Valenciana.
Antonio Marín Segovia
Cercle Obert de Benicalap
Iniciativas Sociales y Culturales de Futuro
Benicalap - Valencia, a 13 de noviembre de 2004
Teléfono de contacto: 96.323.43.53 – 645.75.95.91
antoniod17@ono.com

LAS PERSONAS SIEMPRE PRIMERO Y LAS TORRES INTERGALÁCTICAS CUANDO LA COMUNIDAD VALENCIANA DEJE DE SER LA MÁS ENDEUDADA DE ESPAÑA

Valencia tiene suficientes referentes y elementos destacados y gigantescos que la definen y la hacen singular, irrepetible. Son tan valiosos que muchos permanecen desconocidos para casi todos, incluso para los que dicen representarnos y ocupan las poltronas oficiales de la administración pública.

A mi entender lo que sí debe hacerse con urgencia, es un monumento enorme, para que todos podamos conocer las obscenas deudas que tanta fatuidad, superficialidad y banalidad han logrado crear algunos conocidos y destacados desaprensivos, agazapados en lujosos despachos institucionales.

Hablando ahora en serio, si realmente queremos hacer algo sobresaliente y maravilloso por y para Valencia, debemos trabajar para permitir una convivencia plural, solidaria, responsable y reflexiva, huyendo de aquellas obsesiones patológicas e inoportunas que han supuesto que seamos la Comunidad con mayor nivel de deuda y caos administrativo-financiero de toda España.

No entiendo esa manía, esa perturbada e inadecuada insistencia en crear supuestos referentes gigantescos en una ciudad que tiene el mayor centro histórico de toda Europa en ruinas. Una medida estimulante para incrementar el flujo turístico seria recuperar el casco histórico, dotándolo de vecinos y favoreciendo el pequeño comercio, la artesania…

No entiendo ni puedo aceptar que se hable insistente e irracionalmente de construir cuatro enormes torres en una zona tan saturada y problemática, mientras el valioso patrimonio cultural y natural valenciano se degrada ante la indolencia y pasividad de las autoridades autonómicas, locales, provinciales…

Repito: no entiendo ni puedo asumir que se pretenda invertir en actividades urbanísticas gigantescas y desproporcionadas, mientras los ciudadanos valencianos padecemos los mayores niveles de contaminación acústica, atmosférica y lumínica de toda España… Y mientras sufrimos en silencio la degradación de nuestro entorno habitual, contemplamos impertérritos la ausencia de iniciativas institucionales que procedan a paliar los efectos de tanta contaminación y caos circulatorio.

Antes de crear pirámides y ocultar así las deudas enormes, las insoportables deudas generadas por unos comportamientos políticos irresponsables, los ciudadanos valencianos exigimos y necesitamos que las necesidades básicas y fundamentales: asistencia sanitaria, educación, empleo, respeto por nuestro medio ambiente, recuperación de nuestra memoria histórica y cultural… se asuman como objetivos prioritarios de aquellos que dicen ser nuestros gestores.

Y para finalizar la presente reflexión, debo insistir que no nos hacen falta torres ni debemos emular nunca a los faraones si realmente queremos evitar que alguna vez la deuda financiera se contenga. El presente, el día a día no precisa de torres o de nuevas atrocidades urbanísticas para poder existir con cierta calidad y serena pasión.

Y si me permiten, debo recordar a nuestros gestores y representantes públicos que los valencianos tenemos muchos inimitables y envidiados referentes históricos y naturales, pero no sabemos ni queremos apreciarlos y amarlos: La Lonja, los poblados marítimos del Cabañal, las alquerías de Benicalap, el Mercado Central, la huerta…

Benicalap – Valencia, a 11 de noviembre de 2004
Antonio Marín Segovia
Cercle Obert de Benicalap
Iniciativas Sociales y Culturales de Futuro
Teléfono de contacto: 96.323.43.53 – 645.75.95.91
antoniod17@ono.com



Arquitectos en Valencia.
CARLOS GONZALEZ TRIVIÑO - Abogado y militante del PSPV-PSOE.

En el plazo de muy pocos días hemos tenido noticia de tres grandes proyectos para la ciudad de Valencia. Hoy Jean Nouvel presentará en nuestra ciudad las propuestas que ha elaborado, como resultado de una iniciativa particular, para la fachada marítima. El pasado fin de semana Barberá y Camps presentaban una maqueta que incluía cuatro rascacielos diseñados por el arquitecto valenciano Santiago Calatrava. Ayer mismo conocíamos la identidad de quienes se han presentado al concurso convocado por Aumsa para la conexión del último tramo del antiguo cauce del río Turia con el mar.

Hemos pasado pues de una ausencia casi total de previsiones arquitectónicas para el futuro inmediato de la ciudad a una sobresaturación indigerible de propuestas que, a priori, excluye la articulación de un debate sosegado sobre lo que conviene hacer.

Con independencia de la calidad de las propuestas y del incuestionable perfil que las avala, los rascacielos de Calatrava y el proyecto de Nouvel han llegado en forma de estallido súbito. Y no es bueno que los actores profesionales, políticos y ciudadanos más significativos de la ciudad se enteren de estas cosas por la prensa como de hecho ha sucedido. La sorpresa no es un buen comienzo cuando de lo que se trata es de decidir sobre la ciudad.

Sobre las intenciones de Nouvel muy poco sabemos al momento de escribir este artículo. Y pese a lo tranquilizador que pueda resultar su currículum y el del resto de los arquitectos que tienen previsto colaborar con él (son incuestionables las figuras de Piano, Rogers o Gehry), tenemos una importante reserva metodológica que hacer al modo de anunciar el proyecto.

Tenemos muy asumido que correspondería a una sociedad bastante más avanzada que la nuestra una arquitectura que considerase al ciudadano en su modesta dimensión de usuario y no partiese de un premeditado análisis de sus potencialidades consumistas y de espectador de masas. La clase política dirigente ha promovido, salvo honrosas excepciones, el brutalismo soez de una arquitectura usurera y ramplona. Y lo que es peor, lo ha hecho con la complicidad de una sociedad civil nada convencida en general de que existe una arquitectura mucho más allá del espectáculo y de las lecturas banales.

Si esta situación no se gestiona con la suficiente transparencia como para garantizar la prevalencia del interés general, la calidad de ninguna arquitectura redimirá sus defectos éticos originarios. Pese al desconcierto reinante, en este momento se intuyen posibilidades excelentes para la arquitectura de la ciudad. Pero es absolutamente imprescindible que esas posibilidades sean desarrolladas previo un consenso social y un debate de profundidad proporcionada a la importancia de los cambios.

Así se haría en una ciudad estructurada sobre una democracia de carne y hueso. ¿Es Valencia este tipo de ciudad?

La recalificación infinita.
GREGORIO MARTÍN - Universitat de Valencia

Recalificar el triángulo que forma el camino de la Moreras, pista del Saler y las vías de ferrocarril tiene que salvar a la Ciudad de las Artes y las Ciencias, la de Mestalla al Valencia SAD, la de campos de naranjos en golf, al sector turístico. ¿Hasta dónde?

En una sociedad democrática no se pueden permitir zonas de impunidad: Si el político lo facilita, el periodista no lo debate y el ciudadano lo acepta, la confianza en el sistema se deteriora; sólo queda la obligación cívica de dar datos.

Esto se escribe horas después que la UE haya dada por buena, desde la óptica de la libre competencia, la operación de recalificación de la ciudad deportiva del Madrid. Muchos habrán interpretado que ahora le toca al Valencia con Mestalla, por lo que me voy a permitir tomar como ejemplo esta recalificación futbolera.

Con la perplejidad y desánimo de quien no entiende el tratamiento que Hacienda y las autoridades públicas están haciendo del mundo del fútbol, cuando se dio a conocer el presupuesto 2003/2004, uno pensó y escribió que el Valencia se vería obligado a reducir su capital social mediante la disminución del valor nominal de las acciones. El artículo 163 de la Ley de Sociedades Anónimas es contundente: «La reducción del capital tendrá carácter obligatorio para la sociedad cuando las pérdidas hayan disminuido su haber por debajo de las dos terceras partes de la cifra de capital y hubiese transcurrido un ejercicio social sin haberse recuperado el patrimonio». Naturalmente me equivoque, alguien pago por estas acciones una cantidad fuera de toda racionalidad, aunque por lo que se sabe, en el pecado ha encontrado su penitencia.

Los números cantaban y se sabía que se volverían a registrar pérdidas durante la temporada 2003/04 y así ha sido. Lo que vayan a hacer, responsables del Club autoridades reguladoras y accionistas de base, es algo que ya depende de las conciencias de unos y del ética de otros. El Valencia SAD me cuentan, ha cerrado los dos últimos ejercicios con unas pérdidas contables (antes de impuestos) de 13.860.325,13 euros (más de 2.300 millones de las antiguas pesetas) y ello después de vender en el último ejercicio 2003/2004, 1502 metros cuadrados del anexo a Mestalla (Levante-EMV 23/10/04) y con ello, poner en libros una plusvalía contable de 16.875.228,69 euros. Sin este apunte se habrían acumulado a las pérdidas reconocidas y estaríamos hablando de 30.735.553,82 euros, una situación que sería de proceso concursal o de quiebra voluntaria, pues incluso los Fondos Propios de la Entidad habrían sido negativos.

Como conviene que nadie se llame a engaño, en el Presupuesto de ingresos y gastos previsto para la actual campaña, que se someterá a la aprobación de la próxima Junta General de Accionistas, se incluye, entre los ingresos, una partida de Beneficio de inmovlizado material por importe de 18.664.434,70 euros. Hay que suponer que se está previendo (¿o tal vez ya está firmada la operación?) la venta de otra parte que se tendrá que segregar del actual Estadio. La pregunta de acerca de cuantas segregaciones habrá que hacer para cuadrar las cuentas surge de inmediato, a menos que estemos asistiendo a un teatro de operaciones, cuyo desenlace final ya es conocido por parte del Consejo, con la colaboración del Ayuntamiento.

Aquí como en tantos otros casos el fenómeno de la recalificación que no cesa se mantiene, cuando en todas las Sociedades mercantiles, ante las necesidades económicas o se recurre a la ampliación de capital, si se puede o se reestructura la empresa. Si ello se hiciera así el verdadero beneficiado sería la solvencia profesional, no determinadas locuras de políticos o de especuladores profesionales como ha acabado ocurriendo con todo el trasiego febril de compraventas de acciones del Valencia SAD, donde como en toda operación especulativa uno ganó y otro perdió, pero desde luego ni el Club, ni la Ciudad se han beneficiado lo mas mínimo de todo ello.

Las recalificaciones tal como se están practicando en nuestra tierra son perniciosas y para empezar alguien debería plantear las cosas de forma coherente en nombre de muchos vecinos de determinados barrios de Valencia, en la Junta del Valencia SAD. Por el bien de la ciudad de Valencia, algo debería pasar antes que as brigadas recalificadotas alcancen sus últimos objetivos.

Si estos episodios siguen su rumbo seguiremos diciendo a las nuevas generaciones que nuestra solución como pueblo consiste en cambiar zonas verdes por rascacielos, polideportivos populares por grandes estadios y huertos de naranjas por campos de golf. Perdonen lo que pueda haber de demagógico en la conclusión, pero aquí algo no funciona, el silencio se extiende y la recalificación no puede servir para no exigir responsabilidades y abordar seriamente crisis muy profundas.


Publicado en el diario LEVANTE- EMV
SÁBADO, 13 DE NOVIEMBRE DE 2004
Edición digital n. 2484
* Consulta esta noticia en...

Las torres del ridículo.
Si los aviones vuelan por donde se van a construir las torres de Calatrava, se cambia la ruta de los aviones y punto. Y si las autoridades aéreas no lo permiten, se destituye a quien sea hasta que lo permitan. Si se destituyó al Síndic de Greuges cuando se opuso a la destrucción del Cabanyal, también se puede hacer ahora. ¿O es que va a permitir la alcaldesa que la dejen en ridículo?
Juan de López. Valencia.

MANIPULACIONES DE LA CIUDAD.
Desde determinadas instancias del poder, se han querido manipular hechos para deformarlos de cara a un público que suponían idiotizado por la tele basura: la huelga general fue un fracaso de participación; el Prestige no existió o bien fue beneficioso para nuestras costas; las armas de destrucción masiva, supuestamente en poder de Iraq, no existen pero la invasión de ese país se justifica porque los dirigentes iraquíes pensaban tenerlas (pecado de pensamiento); no hubo manifestantes contra la participación española en esa invasión; los atentados del 11M no tenían que ver con la foto de las Azores? Afortunadamente, la ciudadanía no estaba tan alelada como aquellos dirigentes suponían y éstos fueron desalojados del poder.

En Valencia, aún se mantienen en el poder gentes que hablan de proteger la Albufera permitiendo edificar en sus bordes: sólo 60 viviendas con la excusa de realojar a los errantes vecinos de La Punta, utilizados como el Cid, después de muertos, para justificar una operación que en realidad esconde más de 250 viviendas, la mayoría unifamiliares adosadas de alto standing, que nunca serán para ellos. Gente que afirma proteger la huerta y para ello proponen un nuevo estatus, la huerta garantizada, a la que se llegará por el procedimiento de edificar 3.045 viviendas, en 35 hectáreas de terrenos de huerta protegida en el barrio de la Torre. Gente que permite el supermercado de la droga en las inmediaciones de la partida de Dalt de Campanar, lindante con el parque de Cabecera, y utiliza el urbanismo como disciplina drogadicida recalificando el suelo no urbano en urbanizable.

Gente que se propone no perjudicar los intereses de un gran propietario y para ello sacrifica a las docenas de pequeños propietarios que han cuidado o rehabilitado sus viviendas en la calle Eugenia Viñes entre el mamotreto del hotel las Arenas (con el que se destruyó un histórico palmeral y se privatizó una propiedad pública) y las innecesarias piscinas olímpicas con forma de medio huevo duro acuchillado en su tercio trasero.

Gente que asegura que desea rehabilitar el Cabanyal y para ello se proponen derribar el 30% de su patrimonio edificado entre la Avenida del Mediterráneo y la calle del Pintor Ferrandis, es decir, su trama urbana y su arquitectura popular, ambas protegidas mediante su declaración como Bien de Interés Cultural, mediante la inserción de una avenida y la edificación que le acompaña, que pretende la asombrosa tarea de conectar por sí sola Valencia con el mar y, además, regenerar por completo los barrios del Canyamelar, del Cabanyal y del Cap de França, degradados por años de falta de interés municipal y permisividad para con la delincuencia que allí se ha establecido.

Todo esto tiene un denominador común: argumentos manipulados que benefician principalmente a las grandes empresas constructoras, verdaderos acumuladores de capital especulativo, que invertirán en las tecnologías más avanzadas para poder construir más y más deprisa, y por lo tanto necesitarán de más Albufera, de más huerta, de más partidas de Dalt, de más pequeños propietarios, de más cabanyales y, como no, de todo el litoral posible, para continuar acaparando capital, y tal y tal?

¿Hasta dónde llega el alelamiento? Quizá la gente no ve alternativas a esta manera de actuar, pero haberlas haylas. Quizá no son buenos tiempos para la reflexión y suene ingenuo proponer un debate ciudadano sobre un modelo de ciudad, pero la reflexión es posible, al menos sobre aquello que los valencianos apreciamos y estamos dispuestos a defender, pues si nos demoramos mucho, en un abrir y cerrar de maletines, desaparecerán devorados por la maquinaria pesada de la construcción especulativa.

Es desalentador escuchar el lamento de muchísimos ciudadanos por la pérdida de Las Arenas, por la sustitución de la playa a la que acudían de pequeños por el mamotreto del hotel edificado. ¿Qué hicieron para evitarlo? ¡Despierte la ciudadanía, aún quedan cosas que rescatar de la maquinaria!

No hacen falta las ideas potentes y monolíticas de los salva patrias ni de los especuladores que hoy sabemos a donde nos conducen, sino una manera de enfrentarse a los problemas más flexible, más acorde con los tiempos de mudanza que nos ha tocado vivir, donde haya ciudadanos con ánimo de participar, y donde los ciudadanos con ánimo de participar sean atendidos.

La planificación urbana en una democracia del siglo XXI, exige la participación ciudadana: nos jugamos nuestra ciudad.
Tato Herrero - Arquitecto.

De vergüenza.
De vergüenza lo de dar 100.000 metros cuadrados de edificabilidad al Valencia, pues roza lo delictivo por parte del Ayuntamiento de nuestra ciudad. Y que conste que yo soy valencianista y conservo mis nueve acciones que compré con mucho esfuerzo hace 10 años. Pero este club ya no es propiedad de los aficionados, sino de un grupo de empresarios inmobiliarios, encabezados por la familia Soler, que pretenden hacer negocio aprovechando lo que significa el Valencia para la mayoría de los ciudadanos y a costa de los vecinos de la zona de Mestalla, que van a ver cómo saturan de edificios lo que es el actual estadio. Espero que los Tribunales no permitan esta tropelia.

Fútbol y recalificaciones.
La recalificación del Mestalla no será como el pelotazo del Real Madrid, será peor; primero, porque al Valencia S.A.D o mejor dicho al grupo constructor que lo controla, se le permitirá hacer un estadio nuevo en un terreno público que estaba destinado a los vecinos de Benicalap. Antes de firmarse la recalificación ya vendieron parte de ésta para no caer en la ruina, también añadir que parte de la ampliación del Mestalla es ilegal y hubiera tenido que ser demolida, con lo cual el cambio de estadio les viene muy bien a los chotos.

Segundo, porque están haciendo chantaje a la ciudad pidiendo una edificabilidad de 100.000 metros cuadrados cuando únicamente se podrían edificar 60.000 por ley, el Ayuntamiento de Valencia ya les ha concedido 80.000.

Tercero, porque los vecinos de Mestalla y Benicalap estamos en contra de este chanchullo que sólo sirve para saldar las deudas que dejó Paco Roig y pagar el gasto que tuvo que hacer el constructor Bautista Soler.
Jorge Sánchez González

La recalificación infinita.
GREGORIO MARTÍN - Universitat de Valencia.

Recalificar el triángulo que forma el camino de la Moreras, pista del Saler y las vías de ferrocarril tiene que salvar a la Ciudad de las Artes y las Ciencias, la de Mestalla al Valencia SAD, la de campos de naranjos en golf, al sector turístico. ¿Hasta dónde?

En una sociedad democrática no se pueden permitir zonas de impunidad: Si el político lo facilita, el periodista no lo debate y el ciudadano lo acepta, la confianza en el sistema se deteriora; sólo queda la obligación cívica de dar datos.

Esto se escribe horas después que la UE haya dada por buena, desde la óptica de la libre competencia, la operación de recalificación de la ciudad deportiva del Madrid. Muchos habrán interpretado que ahora le toca al Valencia con Mestalla, por lo que me voy a permitir tomar como ejemplo esta recalificación futbolera.

Con la perplejidad y desánimo de quien no entiende el tratamiento que Hacienda y las autoridades públicas están haciendo del mundo del fútbol, cuando se dio a conocer el presupuesto 2003/2004, uno pensó y escribió que el Valencia se vería obligado a reducir su capital social mediante la disminución del valor nominal de las acciones. El artículo 163 de la Ley de Sociedades Anónimas es contundente: «La reducción del capital tendrá carácter obligatorio para la sociedad cuando las pérdidas hayan disminuido su haber por debajo de las dos terceras partes de la cifra de capital y hubiese transcurrido un ejercicio social sin haberse recuperado el patrimonio». Naturalmente me equivoque, alguien pago por estas acciones una cantidad fuera de toda racionalidad, aunque por lo que se sabe, en el pecado ha encontrado su penitencia.

Los números cantaban y se sabía que se volverían a registrar pérdidas durante la temporada 2003/04 y así ha sido. Lo que vayan a hacer, responsables del Club autoridades reguladoras y accionistas de base, es algo que ya depende de las conciencias de unos y del ética de otros. El Valencia SAD me cuentan, ha cerrado los dos últimos ejercicios con unas pérdidas contables (antes de impuestos) de 13.860.325,13 euros (más de 2.300 millones de las antiguas pesetas) y ello después de vender en el último ejercicio 2003/2004, 1502 metros cuadrados del anexo a Mestalla (Levante-EMV 23/10/04) y con ello, poner en libros una plusvalía contable de 16.875.228,69 euros. Sin este apunte se habrían acumulado a las pérdidas reconocidas y estaríamos hablando de 30.735.553,82 euros, una situación que sería de proceso concursal o de quiebra voluntaria, pues incluso los Fondos Propios de la Entidad habrían sido negativos.

Como conviene que nadie se llame a engaño, en el Presupuesto de ingresos y gastos previsto para la actual campaña, que se someterá a la aprobación de la próxima Junta General de Accionistas, se incluye, entre los ingresos, una partida de Beneficio de inmovlizado material por importe de 18.664.434,70 euros. Hay que suponer que se está previendo (¿o tal vez ya está firmada la operación?) la venta de otra parte que se tendrá que segregar del actual Estadio. La pregunta de acerca de cuantas segregaciones habrá que hacer para cuadrar las cuentas surge de inmediato, a menos que estemos asistiendo a un teatro de operaciones, cuyo desenlace final ya es conocido por parte del Consejo, con la colaboración del Ayuntamiento.

Aquí como en tantos otros casos el fenómeno de la recalificación que no cesa se mantiene, cuando en todas las Sociedades mercantiles, ante las necesidades económicas o se recurre a la ampliación de capital, si se puede o se reestructura la empresa. Si ello se hiciera así el verdadero beneficiado sería la solvencia profesional, no determinadas locuras de políticos o de especuladores profesionales como ha acabado ocurriendo con todo el trasiego febril de compraventas de acciones del Valencia SAD, donde como en toda operación especulativa uno ganó y otro perdió, pero desde luego ni el Club, ni la Ciudad se han beneficiado lo mas mínimo de todo ello.

Las recalificaciones tal como se están practicando en nuestra tierra son perniciosas y para empezar alguien debería plantear las cosas de forma coherente en nombre de muchos vecinos de determinados barrios de Valencia, en la Junta del Valencia SAD. Por el bien de la ciudad de Valencia, algo debería pasar antes que as brigadas recalificadotas alcancen sus últimos objetivos.

Si estos episodios siguen su rumbo seguiremos diciendo a las nuevas generaciones que nuestra solución como pueblo consiste en cambiar zonas verdes por rascacielos, polideportivos populares por grandes estadios y huertos de naranjas por campos de golf. Perdonen lo que pueda haber de demagógico en la conclusión, pero aquí algo no funciona, el silencio se extiende y la recalificación no puede servir para no exigir responsabilidades y abordar seriamente crisis muy profundas.
Publicado en el diario LEVANTE- EMV.
SÁBADO, 13 DE NOVIEMBRE DE 2004
Edición digital n. 2484

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UNA CAMPAÑA DE AUN BUSCA EL APOYO DE LOS ESPAÑOLES AFECTADOS POR LA LRAU.
La asociación reclama «medidas» al Gobierno central contra la ley

La asociación Abusos Urbanísticos No (AUN) ha iniciado, en su lucha en contra de la Ley Reguladora de la Actividad Urbanística (LRAU) de la Comunidad Valenciana, una campaña para recoger el mayor número posible de apoyos entre los afectados de nacionalidad española. El colectivo busca, así, romper la falsa creencia de que la asociación reúne sólo las inquietudes de los residentes extranjeros en la Comunidad Valenciana.

Un escrito de AUN que ha comenzado a difundirse vía correo electrónico, que se inicia con la frase «Somos españoles y estamos en contra de los abusos urbanísticos en la Comunidad Valenciana», incluye un total de siete proclamas que resumen el posicionamiento de la asociación en estos momentos.

Por un lado, AUN se define «en contra de la depredación del medio ambiente y el desarrollo insostenible que ha propiciado la LRAU», así como «en contra de la corrupción y la especulación urbanística generados al amparo de» esta polémica ley.

A juicio de la asociación, la ley sitúa al agente urbanizador como «simple intermediario que encarece el proceso de urbanización», al tiempo que la LRAU deja a los pequeños propietarios en situación de «indefensión».

En el escrito, AUN exige «que los gobiernos central y valenciano tomen las medidas necesarias para asegurar el cumplimiento efectivo de los tratados internacionales y normas europeas que garantizan el respeto de los derechos fundamentales y la protección del medio ambiente».

Por último, en el escrito la asociación contra los abusos urbanísticos manifiesta su reconocimiento «por la labor de sensibilización pública que está realizando la comunidad de ciuadanos no españoles víctimas de la LRAU».
Abusos Urbanísticos No (aglutina a cerca de 30.000 socios).

Para más información dirigirse a...: manifesto@abusos-no.org

Insertado por: CERCLEOBERT (13/11/2004)
Fuente/Autor: Antonio Marín Segovia - Cercle Obert de Benicalap - Iniciativas Sociales y Culturales de Futuro
 

          


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El fútbol no es un bien social ni una necesidad básica.
REFLEXIONES... PARA TOMAR APUNTES.
En muchas zonas de Valencia (España) sigue habiendo grandes carencias sociales, educativas, asistenciales... que deben ser atendidas con rigor y absoluta prioridad.
Por GREGORIO MARTÍN - Universitat de Valencia.
Los mayores nos acordamos de cuando Franco adelantaba los partidos del Madrid para que, debidamente televisados, coincidieran con la víspera del 1 de Mayo, mas allá de las demostración sindical del día siguiente. Han pasado los años, pero no las historias turbias y vergonzosas entre poder político y fútbol.

LOS HECHOS.
1.- En 1996, Francisco Roig sacó adelante la ampliación de capital del Valencia SAD, de la cual se quedó una buena parte gracias a una red de testaferros, que tuve el honor de ayudar a poner de manifiesto, aunque el Supremo dijera que en ello no hubo delito.

2.- El consejo de administración del Valencia tiene hipotecas inmobiliarias en favor de la Agencia Tributaria por actas que abarcan de las temporada 91-92 a diciembre de 1995 por un lado y por otro como consecuencia de la Inspección correspondiente al período 96-99, actas de mas13 millones de Euros. En estos momentos debe mucho dinero a todos los españoles.

3.- Valencia SAD, con la deuda que tiene si se le aplicara norma: «la reducción de capital tendrá carácter obligatorio para la sociedad cuando las pérdidas hayan disminuido su haber por debajo de las dos terceras partes de la cifra de capital y hubiere transcurrido un ejercicio social sin haberse recuperado su patrimonio», debería rehacerse profundamente. Ello no impidió que en junio de 2003 se tuviera que leer:

P: ...la deuda del club es de 120 millones de euros.
R: Si un club crece mucho, las fichas también lo hacen. No es un problema nuestro. El Madrid lo arregla con un tema urbanístico.
P: ¿Y la deuda con Hacienda?
R: Es una solución política, porque los clubes no pueden pagarla..
P: ¿Por qué debe el Estado pagar las deudas privadas?
R: Si el Estado puede permitirse que quiebren todos los equipos, allá él.

4.- En junio, Roig vende sus acciones a Bautista Soler, con un importante protagonismo de las autoridades autonómicas y municipales. Al precio pagado, la totalidad del capital social del Valencia SAD sería de 196 millones de euros, en incompatibilidad racional con lo dicho en el punto anterior. Fue inexplicable. Para que sirva de elemento de comparación, representa 21,5 veces la valoración que se hizo del capital social del club de la ampliación del 96.

LAS PREGUNTAS OBVIAS.
La operación no tenía ningún tipo de racionalidad económica, ni siquiera sentimental, ya que el amor por Valencia coincidiremos que se puede expresar con otro tipo de actuaciones, como por ejemplo pagando a Hacienda.

¿Por qué la intervención de los poderes políticos?
No es admisible como principio democrático que las relaciones entre el poder institucional y las personas con mas posibilidades económicas se manifiesten de esta forma.

La probabilidad de que Bautista Soler o sus sucesores puedan deshacer posiciones, sin perder mucho dinero parecía prácticamente inexistente, no se explica desde el punto de vista de la reglas de la economía. ¿Había gato encerrado?.

Se trataba de entender cómo se consiguió culminar este espectacular pelotazo. Al tiempo de expresar la solidaridad con Bautista Soler por la actuación mafiosa de la que acababa de ser victima su compañera, algunos pedimos poder entender la razón por la cual había decidido poner tal cantidad de dinero en una actividad tan equívoca como es el fútbol, cuando tantas necesidades hay por cubrir en Valencia.

¿LA RESPUESTA?
Presidente de la Generalitat, alcaldesa de Valencia y presidente del Valencia SAD, acaban de firmar un protocolo de intenciones para la construcción de un nuevo estadio en una parcela de 90.000 metros cuadrados de propiedad municipal que gestionará una sociedad público-privada integrada por las tres partes del acuerdo.

Ello en el sobrentendido de dos decisiones: recalificaciones del actual Mestalla y de los aledaños del estadio del Levante, a favor de dos sociedades anónimas propiedad de una serie de personas particulares.

Por si fuera poco, Juan Bautista Soler deja claro que el club no está dispuesto a ceder en sus pretensiones: «El protocolo es un documento de intenciones, pero están por ver los porcentajes que corresponden a cada uno de los organismos. Nuestra intención es que el Valencia tenga la mayoría y pueda tener capacidad de decisión sobre el futuro constructor del estadio».

Verde y con asas. Único consuelo y esperanza: este mismo día, una juez en Sevilla decidía encausar a otro personaje del fútbol Ruiz de Lopera, por un fraude de 10 millones de euros a Hacienda.

Francisco Camps y Rita Barberá han hecho lo que no debían, cuando son incapaces de afrontar las obligaciones financieras que, como nuestros representantes legítimos, han asumido internacionalmente con la Copa del América.

Vergonzosamente están apoyando a una institución con grandes deudas con la Hacienda Pública y que sigue gastando un dinero que no tiene y que ha demostrado su incapacidad para gestionarse.

No es admisible que el Valencia SAD se aproveche del patrimonio de todos los valencianos. Se ejerce un trato a favor de particulares usando el patrimonio y los impuestos que pagamos todos los valencianos.

Si después del pelotazo del señor Roig, asistimos a una operación inmobiliaria como la que se está gestando, se entrará en la más absoluta desmoralización democrática.

Si el PSOE y los otros grupos de la oposición permiten la cristalización de esta operación consistente en resolver un problema particular con fondos de todos, se romperá una de las base de el pacto social moderno: el pago de impuesto y el reparto razonable de los recursos disponibles.

No quiero pensar que Ferran Torrent pueda haber llegado a ser tan clarividente como buen escritor.

LEVANTE - EMV - Viernes, 10 de septiembre del 2004.






Carta abierta al VCF:
El fútbol no es un bien social ni una necesidad básica. Nadie se alimenta de los goles...

Algunos avispados y desaprensivos creen que se puede permitir todo cuando se trata de hablar y vivir el "fútbol", deporte rey que atrae todas las atenciones, dada la saturación que padecemos en todos los medios de "información" y "comunicación".

Los especuladores y ciertos expertos financieros han visto el gran filón que supone dedicarse a la construcción de nuevos estadios deportivos, pero se olvidan que también existe la necesidad de crear equipamientos y estructuras armónicas con el entorno, que favorezcan e impulsen el desarrollo de actividades deportivas minoritarias.

Si alguna entidad deportiva (empresa y/o negocio como otra cualquiera) desea construir estadios y complejos deportivos, puede y debe hacerlo, pero invirtiendo su propio dinero, evitando siempre construir en espacios públicos que pertenecen a los ciudadanos y que son administrados por nuestros representantes interinos en ayuntamientos y gobiernos autonómicos...

Bueno, es probable que algunos especuladores tengan demasiados intereses alrededor del balón y consideren vital extender su imperio seudo-deportivo al mundo de la política, invocando que el fútbol cura todo tipo de enfermedades. Son capaces de todo para justificar cualquier saqueo, cualquier expolio...

Benicalap - Valencia, a 9 de septiembre de 2004
Antonio Marín Segovia.
Cercle Obert de Benicalap.
Iniciativas Sociales y Culturales de Futuro.


Carta abierta a las autoridades valencianas:
Estadio de fútbol sí, pero no en nuestro suelo...

La especulación urbanística es la reina de la actualidad en la Valencia actual. Todos los partidos políticos tienen gran interés en secundar y respaldar, con desaforado y desmedido entusiasmo, las innumerables maniobras de expolio y saqueo que ciertos grupos promotores e inmobiliarías desarrollan en el Imperio de Camps y Rita..

Es ya una realidad la destrucción sistemática y feroz de la huerta de Valencia, igual que también es una certeza indiscutible la profunda desidia y ausencia de medidas institucionales para proceder a la recuperación, rehabilitación y uso racional y armónico del legado natural, cultural, artístico... existente en todo nuestro territorio.

A los anteriores disparates, se suma ahora el deseo de querer construir un nuevo estadio de fútbol en unos terrenos públicos, ubicados en el barrio de Benicalap, próximo a los barrios de Campanar y Beniferri.

Benicalap, uno de los núcleos periféricos de la gran Valencia con menos equipamientos públicos, ve como sus peticiones legítimas e históricas, caen en el olvido una y otra vez, en aras a que unos pocos especuladores puedan satisfacer su voracidad insaciable.

Los señores del cemento no tienen reparo alguno en contribuir a la modificación vertiginosa del paisaje urbano, con los consiguientes problemas que se derivan: contaminación acústica, atmosférica, lumínica...

Bueno sería que alguna vez escuchasen y atendiesen las solidarias y constructivas iniciativas y sugerencias que presentan los diversos movimientos cívicos, los expertos independientes, los organismos locales e internacionales...

Lo peor y realmente lamentable es, una y otra vez, constatar la complicidad directa y visible de los partidos políticos que dicen ser de izquierdas, pues han olvidado sus compromisos con sus votantes, la necesidad de abrir un debate público y exigir la participación ciudadana en temas urbanísticos, ambientales...

Existen barrios y núcleos urbanos que tienen exceso de equipamientos y estructuras públicas, mientras otras partes y barriadas de Valencia ciudad, seguimos careciendo de los servicios y prestaciones que posibiliten y favorezcan el desarrollo y la convivencia armónica de sus ciudadanos, de sus vecinos...

Si alguna entidad (y todo club deportivo es una empresa privada, una sociedad anónima) quiere hacer un estadio de fútbol, puede hacerlo, pero la administración pública debe evitar a toda costa que seamos los vecinos y contribuyentes los que participemos en abonar los gastos de ese negocio privado, que beneficia realmente a unos pocos, muy pocos.

En muchas zonas de Valencia sigue habiendo grandes carencias sociales, educativas, asistenciales... que deben ser atendidas con rigor y absoluta prioridad. Siguen existiendo deficiencias estructurales en nuestra Valencia, carencias que las padecemos una gran mayoría de ciudadanos que, afortunadamente, cada vez somos menos silenciosas.

Benicalap - Valencia, a 10 de septiembre de 2004.
Antonio Marín Segovia.
Cercle Obert de Benicalap.
Iniciativas Sociales y Culturales de Futuro.
Teléfono de contacto: 645.75.95.91
marsegan@hotmail.com
Nombre: Cercle Obert de Benicalap  (29/12/2005) E-mail: marsegan@hotmail.com
 
Réquiem por la soberanía popular
Juan Francisco Martín Seco



Capítulo 13

ROUSSEAU
Volvemos a reunirnos en nuestros parajes habituales. Debatir con alguien de tu altura intelectual es muy gratificante, no me duelen prendas en reconocerlo.

MAQUIAVELO.
Opino de igual modo sobre ti, Rousseau, pero presiento que éste será por ahora nuestro último encuentro. Hemos llegado prácticamente al final de estos diálogos, ni siquiera nosotros, moradores del Averno, podemos disponer a nuestro antojo del tiempo.

ROUSSEAU
Veo que pretendes poner término a nuestras disquisiciones y no me extraña, toda vez que el último día te manifestaste partidario de esa absurda teoría del fin de la historia. Yo también creo, sin embargo, que debemos ir concluyendo estos debates. No porque esté dispuesto a admitir tus planteamientos, sino porque poco más tenemos que decirnos. El tiempo se encargará de poner a cada uno en su lugar. Nada está decidido. Ese canto de victoria de tus acólitos se produce cuando la batalla todavía está librándose. Porque si bien es posible que desde hace algunos años el discurso del que has hecho gala se haya impuesto como dominante, no es menos cierto que su plasmación en las estructuras sociales lleva un ritmo mucho más lento. Vuestros éxitos son escasos. Hoy en día, la sociedad se configura sobre parámetros que, para mi sosiego se encuentran muy alejados de vuestro diseño y que no habéis logrado cambiar.

MAQUIAVELO
Las ideas, Rousseau, antes o después, terminan modificando la realidad. Y tú mismo lo has reconocido. En los momentos actuales mi discurso es hegemónico; te diré más, único. No existe alternativa. Las sociedades, por tanto, irán conformando sus estructuras de acuerdo con estos principios universalmente aceptados. Con distintos ritmos, de forma paulatina si quieres, pero indefectiblemente.

ROUSSEAU
El que ese discurso sea ahora el dominante, de ninguna manera implica que sea el único. Ya conozco otro de los trucos que manejan tus seguidores. Ocaso de las ideologías, creo que lo llaman. No existe ni la derecha ni la izquierda. Claro que con eso únicamente pretendéis afirmar que existe un solo credo, el que vosotros defendéis y suspiráis por imponer en la sociedad.

MAQUIAVELO
¿Y acaso no es verdad? El socialismo si alguna vez existió, se derrumbó con el muro de Berlín y el fracaso de los países que lo implantaron.

ROUSSEAU
¡Otro sofisma más! Esa pretensión vuestra de reducir el socialismo a los regímenes de la Europa del este. Sabes perfectamente que la historia está repleta de experiencias en las que las banderas iniciales fueron abandonadas, falseadas y terminaron representando todo lo contrario de los postulados y doctrinas que las hicieron nacer. Pero del hecho de que ciertas ideas hayan sido traicionadas en la práctica, no se deduce que fuesen erróneas ni que hayan quedado obsoletas. La historia es dialéctica, querido amigo, nunca he dicho que el avance de la humanidad sea lineal y que no existan, en consecuencia, los retrocesos e incluso, lo que es más grave, las traiciones y los errores. La historia está sometida a ensayo, a prueba y a error, y el fracaso de ciertos experimentos no conlleva la derrota definitiva de las ideas bajo las que se acometieron; simplemente habrá que preguntarse por qué se malograron para no caer jamás en parecidos errores.

Por otra parte, desde mi punto de vista, el socialismo es más bien un proyecto, un proceso que como tal nunca se da en su totalidad. Cuando hacéis una identificación estricta entre esos sistemas y el socialismo lo que buscáis es el desprestigio de esta posición política; pero falseáis la realidad, sabéis muy bien que fue precisamente desde las filas socialistas desde donde surgieron las primeras críticas a estos regímenes, y que a lo largo de la historia otras posiciones han enarbolado con más razón el estandarte del socialismo.

MAQUIAVELO
¿Te refieres a los partidos socialdemócratas?

ROUSSEAU
Me refiero a todos los que han defendido el socialismo democrático, al movimiento obrero y a las fuerzas sociales y políticas que han ido consiguiendo mayores niveles de igualdad y democracia. Ellos han sido los artífices de las cotas de socialismo alcanzadas, ellos hicieron posible que el sistema capitalista evolucionase hacia lo que luego se ha llamado economías mixtas, hacia el Estado social al que tantas veces nos hemos referido. He ahí el socialismo real, el único posible, hasta ahora. Porque lo que tú no quieres reconocer es que las sociedades capitalistas han tenido que ir asumiendo muchos de los elementos propios de la doctrina socialista. El capitalismo se ha trufado de socialismo.


MAQUIAVELO
Puede que en el pasado haya sido así, tal como dices. Pero ten por seguro que no volverá a ocurrir. No se trata tan sólo de que el socialismo haya perdido la batalla, es que deviene imposible. Hoy, ya nadie defiende en serio tales posiciones. Incluso las formaciones políticas que mantienen tal apelativo han abandonado totalmente su contenido. Todos se han pasado a nuestro bando. Continúan conservando, es verdad, en su discurso ciertas reliquias del pasado, pero sin mayor transcendencia. Principios, declaraciones de intenciones, aseveraciones generalistas, pero sin que después se observe traducción alguna en la práctica. El pragmatismo lo justifica todo. Asumen la mayoría –por no decir todos- de nuestros postulados: la globalización y liberalización de los mercados, la eficacia como valor supremo, la autonomía de la economía. Llegan a aceptar que ésta no es de derechas ni de izquierdas, sino buena o mala. Apoyan el actual proceso de Unión Europea, miran con total reticencia el sector público y están conformes con los actuales procesos de privatizaciones. Eso sí, presentan un discurso genérico sobre la economía del bienestar y la justicia social; pero, como te digo, es genérico porque, a la hora de la verdad, sus reformas son tanto más duras que las de los partidos conservadores; aunque según dicen, actúan así para evitar que la derecha desmantele esa protección social. La verdad es que no será preciso porque sus propias medidas, poco a poco –lo comentábamos uno de estos días-, terminan por desmontar el Estado social. Si eres listo, te darás cuenta de que nada podrás esperar de esos partidos socialdemócratas. Asumir tales principios los coloca al borde de una pendiente que no tendrán más remedio que recorrer. En la práctica, su política poco se diferenciará de la de los liberales o conservadores. Al comienzo de nuestras conversaciones te anticipé que todo mi esquema se basaba en un bipartidismo en el que ambas formaciones políticas no presentarían más divergencias que las siglas y, en algunos casos, la historia.

Te diré incluso más a menudo mi príncipe se siente más cómodo con gobiernos socialdemócratas. Tienen menos pudor a la hora de plantear ciertas reformas. Su reputación de izquierdas les permite actuar con mayor libertad, además, siempre pueden blandir la amenaza de que viene la derecha. Los gobiernos conservadores, por el contrario, deben cubrirse las espaldas.

ROUSSEAU
En el fondo, creo que eres consciente de que el retrato que has hecho no tiene nada que ver con la verdadera socialdemocracia.

MAQUIAVELO
¿A qué llamas verdadera socialdemocracia? ¿A la de Rosa Luxemburgo, a la de Kautsky, Bernstein, Bebel? Lo que entiendes por tal ya no existe. Yo te hablo de lo real. No hay revoluciones, pero tampoco revolucionarios. Hoy todos los políticos son funcionarios. Socios de una compañía cuyo único objetivo es el poder, carentes casi por completo de ideología. La política ha perdido cualquier carga subversiva, se ha domesticado hasta transformarse prácticamente en juego, en una función. Muchas veces juego sucio, es verdad, donde abundan las zancadillas y los navajazos. Pero te diré algo, esas jugadas sucias incluso se dan más entre los correligionarios que con los rivales de otras formaciones políticas. Las puñaladas obedecen a razones de poder, casi nunca se deben a motivos ideológicos. Los parlamentos son campos de competición, repletos de caballerosidad y elegancia. Gran parte de los enfrentamientos que se producen en ellos son representaciones escénicas de cara a la galería, en las que los actores después confraternizan y conviven en armonía.

Los partidos se han convertido en máquinas electorales, en mecanismos para alcanzar el poder, en los que la ideología ocupa un lugar secundario. No te extrañe, por tanto, que todos cambien de ideas y de planteamientos según les convenga. Donde ayer dije Diego, puedo hoy decir digo. Tanto los de derechas como los de izquierdas adaptarán sus programas lo que sea menester para plegarse a las circunstancias. Habrás adivinado quién dicta esas circunstancias: mi príncipe. El poder económico define un cuadrilátero y sancionará duramente a los políticos y partidos que osen abandonarlo y aventurarse por otros derroteros.

Los políticos se han convertido, mal que te pese, en una clase, y, como cualquier clase, se mueven por mecanismos compartidos e intereses comunes. Todos ellos, al margen de sus particulares contiendas, se unirán para mantener sus privilegios de grupo y preservar unas reglas de juego. He dicho bien, juego, que a muchos de ellos los coloca en un estamento social y les concede una relevancia con la que nunca soñaron. Es fácil domesticar a los políticos, querido amigo. Cuando consiguen un puestecito se sienten confortables y pierden sus ansias de cambio y de reforma. Sólo tienen que pisar alfombra y moqueta, y comienzan a valorar el sistema. Terminan haciéndose conservadores. Los he visto llegar al parlamento con los atuendos más dispares: a unos con sus trajes de obreros orgullosos de ir descamisados, a otros con ropas informales de una juventud contestataria, que pretendía mostrar con su forma de vestir el rechazo a una sociedad cuyos valores no compartían. Al poco tiempo, todos quedaban uniformados, asumiendo la indumentaria de las clases altas. Podrás decirme, quizá, que esto es anecdótico. Pero no lo creas, es un buen signo de transformación interna. El gorro termina modificando el resto. En el fondo aspiran a sentirse integrados, se sienten atraídos y seducidos por ese, para ellos, nuevo género de vida, el de los grupos privilegiados; les deslumbra la toga y los oropeles. Mi príncipe tiene mil maneras de atraerlos. Unas veces con el dinero –hablo de la compra pura y dura-, pero en la mayoría de los casos no será necesario llegar a tanto, bastará con hacerles sentir importantes: la fama, la vanidad, la aparición continua en los medios de comunicación, el espejismo del prestigio y la autoridad. Las oligarquías económicas han captado bien la situación, se han reservado para ellos el dinero y el verdadero poder, mientras contentan a los políticos con determinadas migajas. Será suficiente dejarles figurar. A menudo es lo único que piden. Te aseguro que se habrá terminado cualquier vestigio de izquierdismo.

ROUSSEAU
Eres corrosivo, Maquiavelo. Tengo que reconocer que el retrato que haces se acerca bastante a la realidad, pero, como siempre, confundes la parte con el todo. Puedo compartir tu idea de que es grande la tentación por asimilarse al sistema a la que se ven sometidos los políticos de izquierdas, e incluso, que son muchos -¡qué duda cabe!- los que terminan sucumbiendo. Pero, desde luego, no todos. Y, lo que es más importante, tu análisis es válido para aquellos que se encuentran situados en la cúspide, los que saborean las mieles del poder, los que ocupan cargos institucionales. Únicamente ellos serán susceptibles de seducción. Por el contrario, la mayoría de los que participan en la actividad política se encuentran lejos de esas zarandajas. Si han entrado en un partido, ha sido principalmente por motivos ideológicos.

MAQUIAVELO
Realmente me asombra tu desconocimiento de la realidad actual. ¿Acaso el autor de El contrato social ha vivido todos estos años aislado y ensimismado en su mundo hasta el punto de ignorar los caminos por lo que hoy discurre la política? La primera verdad es que la sociedad se ha despolitizado; efecto inmediato de su desideologización. A la gran mayoría de los ciudadanos les trae sin cuidado la política. Los que hoy juegan a ella son casi todos arribistas, van buscando un atajo para medrar en las diferentes profesiones, o para obtener alguna canonjía. Y eso, querido amigo, en todos los estratos. El ansia de poder y de prestigio social siempre son relativos. Cada uno a su altura. La misma lucha puede existir para lograr ser ministro de Economía que para ser concejal de un pequeño pueblo. La prueba más palpable de lo que afirmo es que todos se dirigen a los partidos con alguna posibilidad de éxito electoral. Una razón más para la concentración de las formaciones políticas.

Pero es que, además, lo que importa en realidad son las motivaciones de las cúpulas. ¿O es que acaso crees que los partidos tienen de verdad un funcionamiento democrático? Aun cuando entre los militantes de base pueden existir quienes realmente se hayan acercado a la política guiados por motivos ideológicos, no tendrán más remedio que seguir las indicaciones de los que manejan los hilos; aún más, es muy posible que ni siquiera sean conscientes de en qué coordenadas se mueven.

ROUSSEAU
Haces afirmaciones excesivamente tajantes y menosprecias a esa gran masa anónima que milita en las formaciones políticas y que no espera obtener ninguna ventaja. En los partidos ocurrirá como en la sociedad, antes o después, se rebelarán contra sus líderes si se saben traicionados.

MAQUIAVELO
No pienses que son tantos los que están por motivos desinteresados. Las ubres de la política son generosas, y una gran mayoría de los que militan participan del festín de una u otra forma. Principalmente en los partidos mayoritarios, en aquellos que disponen de poder en todas las esferas. Pero, por si fuera poco, querido amigo, surge otro fenómeno de enormes consecuencias, la identificación casi mítica entre los afiliados y su formación política. Actúan en ese terreno mecanismos psicológicos bastante complicados. El hombre es social, tú lo dijiste, tiene pavor a la soledad. Y en esta sociedad compleja y hostil se siente perdido, desvalido, inerme e insignificante ante el mundo tal se le presenta, colosal y temible. En muchos casos su individualidad se resiente. Sabe que nunca será importante y busca la notoriedad que le falta en una organización. Puesto que su organización es grande y poderosa, él también es egregio y fuerte, posee la fortaleza de su organización.

ROUSSEAU
Conozco las teorías de Eric Fromm acerca de los fundamentos psicológicos del nazismo.


MAQUIAVELO
El fascismo y el nazismo son casos extremos. Pero mecanismos de comportamientos similares están presentes en buena parte de las relaciones sociales, bien es verdad que en estado menos agudo. Verás, en un número significativo de situaciones se produce una simbiosis curiosa entre las fuerzas políticas y sindicales y sus afiliados. Se práctica una especie de patriotismo de siglas, un cierto fundamentalismo político y sindical. La adhesión tendrá poco de racional e ideológico, obedecerá más a motivos sentimentales, afectivos o de interés, de manera que se tenderá a disculpar todo, hasta las mayores atrocidades, a una fuerza política o sindical por el único motivo de que es la propia. Después, eso sí, se producirá un proceso de racionalización. Nadie puede vivir con mala conciencia mucho tiempo. Se termina asumiendo un dogmatismo en el que se acepta sin la menor vacilación o duda todo el discurso oficial de la organización. Cualquier critica, el más leve titubeo es considerado desafección. La política se convierte así en una trama de lealtades y fidelidades. El caudillismo es la conclusión más inmediata. El jefe es la personificación de la organización. No te ocultaré qué es un juego que le conviene a mi príncipe. Un sistema tan jerárquico y acrítico es fácilmente manipulable; sólo se precisa controlar o comprar a los líderes. Éstos serán en el fondo hombres de paja supeditados a los verdaderos dueños.

ROUSSEAU
He notado que, de forma sibilina, introducías en tus argumentos a las organizaciones sindicales y las equiparabas a los partidos políticos.

MAQUIAVELO
Eres muy observador y apenas se te escapa nada. Sí, Rousseau, efectivamente, los sindicatos se mueven por mecanismos similares. Me estoy refiriendo, claro está, a los mayoritarios. También aquí los mecanismos electorales tienden a la concentración y al oligopolio. Y no hay que olvidar el problema de la financiación; las organizaciones sindicales son hoy grandes monstruos económicos rehenes de sus múltiples intereses. Se llaman de clase, pero en realidad nada tienen que ver con los de otras épocas. Están regidas por enormes aparatos, un número desmesurado de burócratas que viven, y bastante bien, gracias al sindicato. Algunos incluso jamás han tenido un trabajo que no fuera sindical. El chalaneo, la componenda y el cambalache serán la tónica general. No esperes nada de ellos, serán también fáciles de domesticar.

ROUSSEAU
Si fuese como dices, paulatinamente tendrían menos poder, porque perderían la confianza de los trabajadores.

MAQUIAVELO
¿Y es que acaso no eres consciente de que cada vez cuentan menos? Claro que han perdido poder, el poder de movilizar, de reivindicar, el poder popular en suma. Pero a cambio han adquirido otro, el de participar en el sistema, en todas las prebendas del nuevo príncipe. Disponen de un importante entramado económico. Gozan de respetabilidad. Disfrutan de la consideración del régimen y tendrán a su alcance los instrumentos de que éste dispone, por supuesto los mediáticos. Pero, como podrás entender con facilidad, este poder, al igual que el que saborean los políticos, es delegado, dependiente del auténtico poder. Lo mantendrán en tanto sean dóciles con las reglas marcadas.

ROUSSEAU
Resumamos. Esta conversación comienza a cansarme y resulta monótona. Según tú, no hay salida ni esperanza.

MAQUIAVELO
Para tus objetivos, no

ROUSSEAU
Mis objetivos, Maquiavelo, son los de la humanidad. Y ahí se encuentra precisamente tu talón de Aquiles. El triunfo del que alardeas negando toda esperanza es también tu mayor fracaso y la prueba más clara de que tus teorías nunca pueden vencer de forma definitiva. No digo que no se den en la historia momentos de oscurantismo en los que tu discurso parece imponerse, no digo que no alcances alguna victoria parcial; pero nada más, porque si a algo no renunciará nunca la humanidad será a la esperanza. Si intentas cercenarla, provocarás automáticamente la rebelión. Nada nuevo enseñas. Pretendes exclusivamente retornar a situaciones sociales y políticas trasnochadas. Si por un casual tus teorías tuviesen éxito, avivarías de nuevo el mismo grado de conflicto social y de violencia que antaño. ¡Qué digo el mismo!, sería infinitamente mayor, puesto que la sociedad ha conocido ya otras formas de equidad y de progreso. ¿en virtud de qué motivos los ciudadanos van a admitir pacíficamente un orden social que los condena a la miseria, al paro y a la autocracia? ¿Por qué van a renunciar pacíficamente a ser los artífices de su propio destino y a gobernarse a sí mismos?

Afirmas que el nuevo príncipe es el poder económico, pues bien, se rebelarán contra él igual que en el pasado lo hicieron contra las monarquías absolutas. La propiedad privada volverá a situarse otra vez como objetivos de todos los dardos, ya que en las nuevas circunstancias que propugnas se transforma en el principal instrumento de opresión. Mira, Maquiavelo, o la soberanía popular a través del Estado controla el poder económico o las masas terminan destruyendo la propiedad y un Estado que ya no les sirve para nada. Si fuese verdad, tal como dices, que este orden político estuviese corrompido y adulterado los partidos y los sindicatos, ten por seguro que surgirían nuevas formas de lucha y de democracia. Nada habéis concedido gratuitamente. Era un pacto. No podéis pretender romperlo unilateralmente sin reacción.

MAQUIAVELO
A mi también comienza a parecerme monótona esta conversación, tengo la impresión de que no podemos avanzar más y de que terminamos repitiendo nuestros argumentos. Hablas de esperanza y de la humanidad, conceptos gradilocuentes y genéricos. Yo prefiero lo concreto, me refiero a los hombres y a sus pequeñas ilusiones. He ahí la diferencia. Pero dejemos que el tiempo, como hace un momento, ponga a cada uno en su lugar. Demos fin a estas pláticas y despidámonos como dos buenos amigos, tal como las habíamos comenzado.

ROUSSEAU
Sea como dices, Maquavelo. Separémonos como dos colegas que a pesar de sus diferencias en el plano intelectual se respetan mutuamente. Aquí terminan nuestros diálogos. ¿Terminan? Dentro de muchos años, lustros siglos tal vez -¿qué es el tiempo para nosotros?-, volveremos a encontrarnos en este mismo río de la muerte. Y te garantizo, Maquiavelo, que no habrá ya discusión posible porque un nuevo mundo habrá hecho su aparición. Mis teorías se habrán impuesto por completo.


Último capítulo del libro “Réquiem por la soberanía popular. Diálogos de Maquiavelo y Rousseau sobre la sociedad actual”. Juan Francisco Martín Seco.
Ediciones Temas de Hoy, 1998
Madrid, 1998

Gentileza de Cercle Obert de Benicalap
Iniciativas Sociales y Culturales de Futuro



Nombre: -  (28/11/2006) E-mail: -
 
Valencia: dos ciudades
Manuel Pérez Montiel
Universitat Politècnica de València

Adquirí un pequeño libro turístico, denominado “Toda Valencia”, para obsequiar a unos amigos extranjeros a los que iba a visitar. De edición cuidada, con fotos bonitas, se podían contemplar los monumentos, edificios, paisajes urbanos más destacados de la ciudad. Cuando lo mostraba a estos amigos no podía menos que estar orgulloso de mi ciudad y alegrarme de la admiración que aquellas fotos les causaban. Estaban asombrados de nuestra ciudad. Pero al finalizar la conversación y la contemplación de las fotos del libro, tuve una especie de caída de las nubes: sólo había mostrado media Valencia, la ciudad Art Déco que ven los turistas, no la ciudad real en la que viven 800.000 personas y en la que yo mismo vivo. “Nuestra” ciudad, la Valencia real, es otra muy distinta de la que ven los forasteros. Menos espectacular y más gris. Más dura y menos acogedora.

La realidad es que tenemos dos ciudades en una: la que ven nuestros visitantes y aquella en la que vivimos los ciudadanos valencianos. No se trata de hacer un memorial de agravios o lista de carencias. Pero creo que vale la pena comentar esa estructura dual, asimétrica de la ciudad Valencia, su carácter de dos ciudades superpuestas entre las que apenas hay, en mi opinión, contactos significativos.

La ciudad que vivimos los ciudadanos está congestionada, carece de muchos servicios básicos, no es que sea muy limpia, no está precisamente sobrada de equipamientos sociales, hay barrios –muchos- en que la vida social es gris, incluso penosa… en fin, que no existen muchos motivos –más bien ninguno- para incluir la ciudad real en el circuito de los turistas. Éstos pueden hacer un recorrido turístico sin contactar ni conocer la Valencia real. Y pueden generalizar la imagen de la Valencia turística a toda la ciudad.

Vaya usted al Puerto pasando por la Ciudad de las Ciencias. Si se separa del circuito turístico convencional, verá la degradación de los barrios marítimos, el urbanismo deprimente de Natzaret, la saturación urbana de los barrios aledaños de la Avenida del Puerto, etc.. Intente entrar en Valencia desde cualquier población del área metropolitana y tardará, en las horas que es necesario entrar en Valencia, una hora de reloj, quizás más. Trate de acceder al interior de la ciudad y no sabrá qué hacer con el coche. Circule como peatón por el Centro, y se verá agobiado por el tráfico. Busque un colegio público para sus hijos cerca de su casa y es probable que no lo encuentre. Utilice el transporte público y ármese de paciencia…. La lista de carencias de elementos básicos para su bienestar es larga, muy larga.

Esta situación tiene una contrapartida económica. La ciudad, sus dirigentes, han decidido construir la Ciudad de las Ciencias, transformar el Puerto, etc., etc.,… en fin, han desarrollado un programa intenso y costoso de transformar una parte de la ciudad en un parque de atracciones turístico. Bien. Eso ha costado dinero, mucho dinero. Una gran parte de ese dinero se ha detraído –es decir, no se ha gastado- de los servicios colectivos urbanos que precisan los 800.000 ciudadanos de Valencia. Y para más escarnio, una parte importante de la financiación ha salido de los impuestos que pagan esos ciudadanos. Para una persona con sentido común, la ecuación es sencilla: yo pago mis impuestos, con mis impuestos se ha construido la ciudad de las ciencias, la reforma del Puerto….Con mis impuestos NO se han construido escuelas, NO se ha ordenado el tráfico, NO hay un transporte público eficiente y seguro, NO….

En fin, la ciudad de Valencia se ha convertido en una ciudad dual, la turística, que hemos pagado los ciudadanos, y la real, en la que vivimos todos. Y entre estas dos ciudades, la única conexión es que la ciudad turística la hemos financiado los ciudadanos de a pie.

Nombre: -  (05/12/2006) E-mail: -
 

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