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Foca monje: estado de una especie en peligro de extinción.

(1130)

GRUMM - UNIVERSITAT DE BARCELONA
La foca monje (Monachus monachus) es una de las especies de mamíferos marinos más amenazadas de todo el planeta (IUCN 1996).

Sus poblaciones han ido fragmentándose durante los últimos siglos en grupos pequeños y aislados hasta llegar a las estimaciones actuales que indican que no deben de quedar más de 500 individuos en toda su área de distribución (Aguilar 1999).

La foca monje del Mediterráneo es un pinnípedo de tamaño medio que pertenece a la familia de los fócidos y a la subfamilia Monachinae. Los adultos pueden llegar a los 285cm de longitud y pesar unos 400 kg (Bonner 1989, UB 1998); las hembras son ligeramente más grandes que los machos. Las crías al nacer miden entre 80 y 90 cm llegando a pesar unos 20 kg. El pelo es corto y lo mudan anualmente junto al resto de la epidermis característica compartida por los géneros Monachus y Mirounga (elefantes marinos). La coloración del pelaje es dimorfa en los animales adultos: completamente negra salvo una mancha ventral blanca en la región ventral en los machos, y de color grisáceo sin patrones de manchado definido en las hembras (Samaranch y González 2000). Al nacer las crías son de color negro a excepción de una región ventral blanca con manchas negras, el perfil de la cual es sexualmente dimorfo (Badosa et al. 1998).

Historia y distribución.

La existencia de la foca monje viene ligada desde siempre a la de los hombres que vivían y comerciaban en las orillas del Mediterráneo. Se han encontrado restos óseos de foca monje en cuevas de la provincia de Málaga pertenecientes al período Magdaleniano y Epipaleolitico entre 14000 y 12000 años de antigüedad. Las marcas, fracturas y quemadas detectadas en estos resto indican que en aquella época no se utilizaban sólo las focas por su carnes sino que también utilizaban la piel y la grasa (Raga y Perez-Ripoll 1997).

La primera referencia escrita que se tiene de la especie data del 850 AC y se encuentra en la Odisea de Homero, posteriormente Plinio el Viejo y Plutarco la referenciaron en sus obras y incluso se cita una disección anatómica hecha por Aristóteles (Johnson y Lavigne 1999).

La foca monje era un animal muy común y conocido en las civilizaciones clásicas ya que incluso existen monedas del año 500 AC en las que se ve una reproducción de la imagen de la foca en una de sus caras.

En sus orígenes, la población de la foca monje se extendía por toda la Mediterránea, el Mar Negro y el Atlántico Oriental (Maruecos, Sahara occidental, Mauritania, Senegal y las islas de Madeira, Canaria, y Cabo verde (Reijnders et al 1997).

En todas estas localidades era muy abundante y formaba grandes grupos poblacionales. Las poblaciones más grandes fueron explotadas comercialmente en el pasado para la obtención de piel y aceite.

Las colonias que sufrieron de manera más severa esta explotación fueron las del Atlántico que ya no volvieron a recuperar-se. El decremento poblacional combinada con la alteración y la degradación del hábitat costero y la sobrepoblación del litoral, la industrialización y sobretodo el desarrollo de las actividades pesqueras en los últimos 50 años hicieron que la amplia área por dónde se distribuya la especie quedase reducida a pequeñas zonas con poblaciones muy pequeñas y aisladas entre ellas.

Durante el siglo XX, la foca monje desapareció de la costa francesa en los años treinta, de Italia y de la mayoría de las costas de España en los años cincuenta y del sur de España (Andalucía), las islas Baleares y el archipiélago Toscano en los años sesenta.

Durante los años sesenta desapareció de Córcega, Sicilia (Islas Egadi) del Líbano y de la mayor parte de Chipre, mientras que en los ochenta se realizaban las ultimas observaciones de carácter frecuente en las costas de Túnez (Reijnders et al 1997).

En las aguas del Mediterráneo oriental queda un pequeño remanente de focas dispersas por las islas griegas (mar Egeo y mar Jónico) y en la costa de Turquía. Estos individuos no forman grandes agregaciones o colonias estables y utilizan cuevas pequeñas, profundas y estrechas para descansar y reproducirse.

En el resto del mediterráneo, la foca monje ha de considerarse extinguida salvo algunos ejemplares en la zona norte de Marruecos y Argelia, que pertenecen a la exigua población argelino-marroquí que se extendía desde oran a Alhucemas (Avella y González 1984).

Es posible que aún sobreviva un pequeño grupo de focas en el Adriático, en las costas albanesas, aunque la información que se tiene do es demasiado fidedigna

En el litoral Ibérico, la foca monje fue frecuente hasta los inicios del siglo XX en determinadas zonas de Catalunya, Alicante, Murcia, Almería y las islas Baleares. Sin embargo, en todas las áreas fue perseguida hasta la extinción que tuvo lugar hacia finales de los años cincuenta (González y Avella 1989).

La razón de la desaparición de la especie en nuestras costas no fue la caza ya que en el Mediterráneo nunca fue explotada comercialmente. Las principales causas de desaparición fueron por un lado las agresiones de los pescadores, que utilizaban trampas y armas de fuego y explosivos para eliminar focas a las que consideraban culpables de la reducción de la pesca y producían daños en los artes de pesca.

Por otro lado la degradación del hábitat como consecuencia del incremento de la flota pesquera y del grado de sobrepesca que esta conlleva, y la alteración y ocupación por asentamientos humanos de la franja costera que utilizaba la especie par ala reproducción.

En el Atlántico la distribución actual se limita sólo a dos colonias. Una se encuentra en las islas Desertas (archipiélago de Madeira), y la otra que es hoy en día la única agregación de la especie que conserva la estructura social y demográfica de una colonia se encuentra en la península de Cabo Blanco, entre el Sahara occidental y Mauritania (Marchessaux 1989; González et al. 1997).

La especie se encuentra protegida por todos los convenios internacionales e instrumentos de conservación aplicables: Convenios de Bonn, Berna, Barcelona y Washington (CITES). Desde 1996 esta catalogada en el Libro Rojo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza como especie “en peligro”, altamente amenazada (IUCN, 1996). Posteriormente, ha estado incorporada en todas las listas de especies protegidas de los países de su área de distribución.

En la Unión Europea la especie esta acogida dentro de la Directiva Habitats y en Grecia y Portugal existen áreas de protección específicas para la especie.

Las estimas de la población superviviente disponibles cubren sólo muy pocas regiones y los datos recopilados no son del todo fidedignos.

Además las diferentes metodologías utilizadas en las distintas áreas para evaluar el numero de individuos existente hace que las cifras obtenidas no sean del todo comparables.

No obstante y basándonos en las informaciones más recientes la población mundial de foca monje del Mediterráneo se estima entre 300 y 400 individuos distribuidos de la siguiente manera (Reijnders et al. 1997; Aguilar 1999):

Área geográfica.
(Número de individuos).

* Mar Negro (Bulgaria, Rumania, Ucrania y Turquia) 10.
* Mediterráneo Oriental
(Chipre, Grecia, Líbia y Turquia) 120-250
* Mar Adriático (Croacia, Albania) 20
* Mediterráneo Central (Cerdeña- Italia,) 10
* Mediterráneo Occidental (Argelia, Marruecos) 20 - 30
* Costa Atlántica
(Madeira, Sahara Occidental - Mauritania) 100-150


La colonia de Cabo Blanco.
La colonia de Cabo Blanco fue descubierta en el año 1945 por el naturalista español Eugenio Morales-Agacino (Morales-Agacino, 1945).

La costa occidental de la península de Cabo Blanco (Sahara Occidental - Mauritania) está formada por una sucesión de altos acantilados entre los que se intercalan playas de arena batidas fuertemente y de manera continuada por las olas. La acción del mar ha originado las cuevas que se abren al pie de estos acantilados y en ocasiones también provoca el derrumbe completo del techo de la cueva formando playas de arena en forma de semicirco geológico.

En este entorno, y concentrada en una franja de 5 km conocida con el nombre de la “Costa de les Focas”, se encuentra la colonia de foca monje de Cabo Blanco.

La mayoría de las focas que componen la colonia se concentran durante todo el año en dos grandes cuevas de reproducción - conocidas como las Cuevas 1 y 3 - para descansar y cuidar de sus crías.(Marchessaux 1989, González et al 1997).

En el año 1996 se estimo el numero de ejemplares de foca monje que componían la colonia en 300 ejemplares. No obstante, durante la primavera de 1997 una mortalidad masiva redujo el numero de ejemplares en casi dos tercios (Forcada et al. 1999). Este episodio no solo puso en entredicho la supervivencia de la colonia de Cabo Blanco sino que también la especie a nivel mundial.

El agente que provocó la mortandad es aún hoy en día discutido (Anónimo 1998).
Mientras que un colectivo de investigadores apoya la hipótesis de una infección vírica producida por un virus emparentado con los morbillivirus de los cetáceos (Osterhaus et al 1997),otros lo atribuyen a la ingestión de toxinas paralizantes del tipo PSP (paralytic shellfish poison) de origen fitoplanctonico, bioacumuladas a lo largo de la cadena trófica (Hernández et al. 1998; Costas y López Rodas 1998).

La mortalidad no afectó por igual a todas las clases de edad. EL hecho de que afectará principalmente a adultos y subadultos mientras que la mayoría de crías y jóvenes sobrevivieron (sólo un 3.4% del total de cuerpos recuperados pertenecían a sotas dos últimas clases de edad), da más soporte a la teoría de la toxina, ya que la asimetría de la mortalidad puede ser explicada por la diferencia en la dieta y en las áreas de alimentación entre jóvenes y adultos. No obstante, e independientemente del agente causante de la mortalidad, el proceso fue rápido y severo: la colonia disminuyó cerca de un 60% en solo dos meses redujendose de 309 a 107 individuos (Forcada et al. 1999)

A consecuencia de la mortalidad de 1997 en Cabo Blanco, se ha hecho más necesario que nunca el conseguir herramientas de gestión adecuadas y específicas para la recuperación de la especie. Para desarrollar estas herramientas, es necesario conocer los parámetros demográficos básicos de la colonia y de manera particular, aquellos relacionados con la reproducción que es el proceso biológico que asegura la recuperación de efectivos.

La reproducción de una población esta regulada por su contenido genético y por las características del entorno donde vive. Los parámetros reproductivos son indicadores muy sensibles del buen estado de la población y son del todo esenciales para entender la dinámica y la tendencia de esta población, así como para desarrollar estrategias de gestión y/o conservación

La información disponible sobre estos parámetros en la foca monje del Mediterráneo es muy pobre, porque la baja densidad e inaccesibilidad de los animales en ciertas poblaciones ha hecho que los datos sobre la biología de la especie hayan sido recogida de manera oportunista y en la mayoría de los casos , provienen de grupos pequeños y de estructura no colonial.

Referencias citadas y lectura recomedada:

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Más información en Ibérica 2000:
* Jornadas sobre gestión y conservación de fauna silvestre en peligro de extinción.

Más información en Internet:
* Foca Monje. Naturaleza amenazada.

Insertado por: cipi-cpn (04/11/2003)
Fuente/Autor: Manel Gazo. Universitat de Barcelona.
 

          


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* CURIOSIDADES QUE MERECEN TENERSE EN CUENTA:
Viagra protege a las focas
Hace diez años, 152 millones de hombres sufrían de disfunción eréctil, un problema que afecta a casi la mitad de los hombres de más de cincuenta años. Como la población mundial envejece, esa cifra se duplicará en los próximos veinte años, llegando a 322 millones.
En algunas partes del mundo, particularmente en Asia, los hombres tradicionalmente han tratado este problema con productos extraídos de focas, renos, caballos de mar, pepinos de mar, salamandras, y tortugas verdes. De vez en cuando, también utilizan órganos de rinocerontes y tigres. Esto, junto con otros factores, amenaza la supervivencia de muchas de estas especies.
Hasta 1998, los médicos occidentales no contaban con ninguna solución sencilla y eficaz para este problema de salud, así que era natural que los hombres buscaran soluciones en otra parte. Sin embargo, el Viagra es relativamente eficaz y barato, y apenas tres años después de que salió al mercado ya lo utilizaban diez millones de hombres.
Dado este contexto, cabe preguntar si los hombres comenzarán a sustituir las medicinas tradicionales con Viagra y si eso ayudará a proteger a los animales. Varios artículos de la revista Environmental Conservation escritos por William y Frank von Hippel, Norman Chang, y Clara Cheng dicen que "sí!"
En 2004, los autores encuestaron a 256 hombres entre las edades de 50 y 78 años en una clínica grande que practicaba la medicina china tradicional en Hong-Kong. Encontraron que los hombres han comenzado a tratar su impotencia usando Viagra en vez de medicina china, aunque confían más que nunca en las medicinas tradicionales para tratar la indigestión, artritis, y gota.
Los autores también le acreditan al Viagra el ser parcialmente responsable de una reducción considerable en la caza de focas arpa canadienses en 1998. Dicen que después de que el Viagra salió al mercado en 1998 bajaron tanto la cantidad cazada como el precio de penes de foca que se venden para curar la impotencia de forma considerable y nunca se recuperaron. La demanda creciente de pieles y de aceite de foca provocó una nueva alza en la caza en el 2001, pero los autores siguen convencidos de que a largo plazo el Viagra ayudará a proteger a las focas. Los autores también aseguran que el Viagra ha contribuido al descenso en las ventas de terciopelo de la cornamenta del ciervo desde 1997, aunque admiten que no ha hecho mucho por los caballos de mar.
Éste es un caso más donde las tendencias del mercado mundial tienen efectos grandes y a veces inesperados sobre la biodiversidad. Los autores admiten sin vacilar que todavía hay que proteger directamente a los animales amenazados, y no podemos confiar solamente en el Viagra. Aun así, ojala que más hombres mayores decidan usar pastillas en lugar de órganos de animales.
Nombre: Kaimowitz, David (CIFOR)  (29/05/2006) E-mail: d.kaimowitz@cgiar.org
 
Avistada una foca de aguas árticas en la Bahía de Algeciras
CAMPO DE GIBRALTAR 7/08/2006 (Península Ibérica)
Una foca denominada casco, cetáceo que vive en aguas árticas, ha sido avistada ayer, domingo día 6 de agosto 2006, en la Bahía de Algeciras.
No es raro que algunos de estos ejemplares jóvenes se desorienten o se dejen arrastrar por las corrientes de agua y lleguen a otros lugares, como en este caso.
Algunas consiguen volver a su lugar de origen, otras, sin embargo, por desgracia suelen varar en nuestras playas (hace unos días ocurrió en Cádiz).
Algunas de sus características más significativas son las siguientes: tienen una cabeza bastante corta, y el hocico es largo y ancho, también tienen el lomo de color grisáceo y la parte delantera es blanquecina.
Tenemos noticias de que en lo que llevamos de verano han habido más avistamientos en otros lugares como en Cádiz, Málaga y Granada.
Si alguien puede o consigue ver por estos alrededores alguno de estos ejemplares, por favor que se pongan en contacto con Ecologistas en Acción Campo de Gibraltar (teléfono 956 781430) o con el Aula del mar de Málaga (Telf. 952 229287).
www.ecologistasenaccion.org/article.php3?id_article=5563
Nombre: ecologistasenaccion.org  (20/08/2006) E-mail: comunicacion@ecologistasenaccion
 
hola , me gustaria preguntar que paso con las focas monjes en los años 1998 y 1997 muchas gracias
hermenegilda leopolda joaquina de culasso
Nombre: hermanagilda leopolda joaquina d  (28/04/2011) E-mail: herme_cula@gmail.com
 

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